Rohirrim escribió:el caballero era entrenado para manejar su montura solo con los pies entre otras formas, sin coger las riendas siquiera y girar sobre sí mismo su montura mientras daba el jinete bolazos, mazazos o espadazos a diestro y siniestro hasta que el montón de cuerpos inertes impedían el movimiento más libre de su montura
Rohirrim, la verdad es que llevar a un caballo solo con los pies no es tan facil como parece, te lo digo por experiencia pues aunque sin ser un experto durante muchos años lo he hecho. En base a dicha experiencia y a las suposiciones que hago (susceptibles ambas, pero sobretodo éstas últimas, de ser corregidas) en el marco de una batalla medieval dudo que fuese la norma llevar un caballo con los pies por varias razones:
1- Como he dicho, dudo que la mayoria de los caballos disponibles tuvieran esa doma campera, que es algo específica y no imprescindible, lo cual no significa que no tuviesen una magnifica doma o que los caballeros no fuesen avezados jinetes, pues eso cae por su propio peso. Lo que pasa es que para que funcione, caballo y jinete tienen que tener más sensibilidad de la necesaria para hacer muchas más florituras apoyado en las riendas, lo cual me choca con el caballo que siempre me he imaginado montado por un jinete, muy fuerte y resistente para soportar envestidas de la gente. Normalmente las espuelas o los bocados que he visto en museos, mucho más agresivos que las espuelas vaqueras o a los testigos que sirven para "apuntar" al caballo en la actualidad, no parecen apropiados para un caballo que puede dirigirse con el simple cambio de nuestro peso: sería una crueldad emplearlos en tal caso y seguramente esa genete apreciaba a sus bestias igual o más que nosotros.
2- Como he dicho, necesitas tener una gran sensación con el caballo, lo cual con según que armaduras, pertrechos o silla es más dificil. Por ejemplo la silla seguramente era preferible que dotase de mayor estabilidad que no que permitiese florituras: en varias ocasiones utilicé una silla campera portuguesa, que agarra mucho las caderas y los muslos del jinete, para montar un caballo menorquín el cual, por su doma, tenía tendencia a encabritarse: el caso es que con esa silla no me tiró jamas, salvo una vez que caimos de espaldas ambos y casi me parto la crisma, pero ni siquiera conseguí hacerle caminar de lado y ni se me ocurrió intentar llevarlo con los pies.
3- Según he comentado, el control que ejerces sobre el caballo es menor y susceptible a que los extraños que te pueda hacer te tiren al suelo, lo cual no debe ser difícil que ocurriera por fuego, gente golpeándose alrededor, otros caballos envistiéndose, etc...aun cuando el nuestro fuese un caballo de batalla acostumbrado a tales lides. Piensa que en mi caso, que siempre lo hacía en un picadero sin otros caballos alrededor pues el mío estaba entero y podía excitarse, en contadas ocasiones conseguí detenerlo viniendo a galope lento, y nunca tan rápido como hubiera sido deseable.
4-Por último un factor muy importante: en medio de una batalla o refriega en la que estoy empleando una espada, ésto es, estoy en un combate cuerpo a cuerpo, procuraré tener sujetas las riendas pues de lo contrario es facil que otro me las coja y me haga quedar a su merced.
Además, acabo de hacer los deberes y he repasado a Fiore dei Liberi. Fíjate que en su capítulo 7 en todas las ilustraciones los jinetes llevan cogidas las riendas del caballo y que incluso la última maniobra en la lucha entre dos jinetes que propone es cogerle las riendas al contrario.
Así, ok a que el caballo fuese un cabrón que cocease, mordiese y te escupiese en el ojo, que de esos los había y los hay, pero me cuesta más imaginarme a un caballero en medio de una montaña de muertos, al estilo portada de Conan el bárbaro, con una espada en cada mano y el caballo a dos patas tan pancho. Rectifico, me es facilísimo imaginármelo e incluso pintarme a mí en la piel del caballero, pero dudo que sea muy realista

“Divertido” no es lo contrario de serio. “Divertido” es lo contrario de aburrido, y de nada más.
Los cuentos de hadas mienten no por que aseguren que los dragones existem sino porque aseguran que los dragones pueden ser vencidos.
G.K.Chesterton