El juego del palo, sin duda alguna, ha evolucionado con el paso de los siglos. Los canarios seguimos aferrándonos a los palos y siguen formando parte de nuestra vida, ahora, mayormente, de forma lúdica y tradicional más que como instrumento de trabajo. Una parte de la historia del palo que sin duda está poco clara es la posible influencia de la esgrima europea tras la conquista. Los soldados de esa época supongo que entrenarían en el manejo de la espada y posiblemente lo harían también con cañas o palos para no herirse. Los primeros conquistadores fueron normandos y "Le Canarien", escrito por los dos monjes que acompañaron a la expedición, relata algunos escarceos entre los naturales isleños y los dichos normandos. Los arcos causaban muchas bajas a los mahos y, leyendo "Le Canarien", parece ser el arma que decantó la balanza del lado normando, al causar el pánico entre las filas autóctonas siempre que entraba en acción. Los isleños tan sólo utilizaban como arma de larga distancia las piedras lanzadas a pulso, eso sí, con una habilidad terrible (pero sin duda insuficiente a la hora de enfrentarse a las modernas armas europeas).
¿Qué tipo de armas podían usar unos hombres que, seguramente, no eran soldados profesionales sino marinos aventureros que buscaban gloria y riquezas? Al no ser soldados (al menos buena parte de ellos; sino me equivoco, en la expedición normanda no había más de 60 hombres), ¿qué tipo de instrucción militar podrían haber recibido para hacer frente sin contemplaciones a un enemigo mucho más numeroso y lo que es peor aún, prácticamente desconocido para ellos?
Perdón, se me ha ido un poquito jejeje

“Pero téngase en cuenta que los guanches que ahora vemos pasar de Lanzarote a Fuerteventura para luchar al lado de los castellanos y a las órdenes del antiguo pirata normando, no son los súbditos de aquel rey autóctono prisionero, al principio, del felón Bertín de Berneval, más tarde de Gadifer de La Salle, y por último de Juan de Bethencourt: las personas sí que son las mismas, pero los guerreros son otros, porque en vez de la piedra arrojadiza y del palo, van provistos ahora de recias rodelas, de elásticos arcos y de afiladas lanzas: y tan hábiles son ya en el uso de estos exóticos elementos de guerra, que igualan, y con frecuencia superan, a sus propios maestros, los guerreros castellanos y normandos.”
Mariano Utrera y Cabezas
“Los habitantes de la isla de Lanzarote, se precian de ser arqueros y gentes de guerra, y se han sostenido valerosamente con los cristianos, contra los de Herbania y lo hacen aún en la actualidad, y varios han muerto combatiendo y ayudando a los nuestros”
Le Canarien. Crónicas francesas de la conquista de Canarias (1406)
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