Hasta donde yo sé el pavonado térmico es una técnica muy, muy antigua. Ahora mismo no sería capaz de hablar de memoria de piezas de gran antigüedad que hayan sufrido un proceso de tratamiento de este tipo, pero conociendo la sencillez de la técnica y considerando que es prácticamente un "efecto secundario" de tratamientos térmicos necesarios para la forja, yo casi diría que este tipo de tratamiento protector puede ser casi tan antiguo como la propia técnica de trabajo térmico del metal.
Para irnos un poquito más atrás de las fechas aquí presentadas y meternos ya en la edad media, podría servirnos como ejemplo un hecho tan curioso como que a mediados del XIV tuviéramos todo un personaje llamado "El Príncipe Negro" según dicen algunos precisamente por el color de su armadura (aunque esto hay que pillarlo un poco con pinzas porque en las crónicas contemporáneas no aparece este apelativo y ni tan siquiera sabemos si ese hubiera sido el motivo real de este nombre).
Normalmente lo que se suele hacer para conseguir este tipo de patrón "period" es calentar la pieza cerca de los primeros rojos y sumergirla (o simplemente untarla depende de lo que queramos afectar a su dureza) en aceite mineral (se suele recomendar aceite de motor de automoción usado). Habría que andarse con ojo con el calentamiento para que no deforme ni debilite las uniones de las anillas, aunque eso imagino que dependerá de cómo esté confeccionada la cota (supongo que una remachada no se abrirá ni a tiros y una de alambre muy blandengue se abrirá con solo mirarla; esto hay que tenerlo en cuenta). En función de esa temperatura y de las veces que se repita el proceso, la capa de pavón será más o menos gruesa y resistente. La verdad es que, al menos con lo que yo he probado, (cosa que no incluye cotas de mallas) el efecto es muy bueno en piezas relativamente pequeñas y el aspecto queda bastante "antiguo".
Supongo que hay mil maneras de hacer esto pero antes de nada asegúrate de que el metal de las anillas (de
todas las anillas) no sea ni galvanizado -y mejor tampoco inoxidable ya poniéndonos un poco exquisitos- previamente a calentar el metal, no sea que vayas a andar inhalando cosas de las que es mejor mantenerse alejado si planeas seguir utilizando los pulmones el resto de tu vida (y que ésta se mida por largos años y no por cortos pero intensísimos minutos, vamos).
En cuanto al efecto estético de los pavones químicos, en principio hay algunos que quedan muy parecidos a un pavonado térmico(que también puede quedar de diversas tonalidades en función de la temperatura y si lo sumerges o no en aceite), por lo que habría que probar y ver qué acabado te convence más con la idea que tú tienes de un pavonado histórico de la época que piensas recrear, pues lo cierto es que, al menos a nivel arqueológico, es muy difícil saber qué tonalidad exacta tendrían en su momento las piezas originales.
Saludos.
PD: Y si lo que te van son los métodos pintorescos, hay uno que por lo que he oído ha alcanzado una cierta popularidad entre recreacionistas: hay gente que simplemente empapa la cota en aceite vegetal y luego la mete en un horno casero, justo como si fuera una pizza cuatro estaciones.

¿cómo queda el efecto? ni idea, pero oye, en un apretón de hambre...
Saludos.
