Principenegro escribió:- Creeis que es factible que un espadachín experimentado armado con una espada de mano y media acabe con con 5 campesinos sin experiencia armados con azadas horcas guadañas etc ( sé que ha quedado muy friki pero no podía explesarlo de otra manera).En resumen si con experiencia y tecnica depurada se podría salir vivo de este lance)
Yo me quedo con ésta.
La respuesta es que va a ser que no. Partamos de la base de que eso de "campesinos sin experiencia (marcial)" en el siglo XV no cuela: el que menos sabría cómo defenderse con un bordón o bastón largo. En cuanto te enfrentas con más de un contrario, la fracción de segundo en la que concentras tu atención en uno es la que emplean los demás en pillarte.
¿Soluciones?
-Que el bueno vaya bien proteguido.
-Que se valga del terreno para que sólo le puedan atacar de uno en uno o, como mucho, de dos en dos, sin perder toda la movilidad (p.e. un pasillo por el que pueda avanzar y retroceder, y cierto desplazamiento lateral)
-Si sólo fueran dos, su juego sería intentar separarlos (si hace falta dar la espalda y correr, se corre) y una vez separados, cargarse al primero lo antes posible (a la primera, vaya) y luego despachar el segundo a placer; con más de dos tampoco cuela, me temo: en cualquier caso se pasaría más tiempo corriendo que luchando, lo cual te puede salvar la vida, pero muy épico no queda.
Si arrejuntamos todo y lo removemos bien, podría quedar algo tal que así:
A la que me ve el prota que los cinco payeses chungos se han mosqueado, ve por el rabillo del ojo el umbral de una ermita semiderruida y echa patas pa ayá; los campesinos le siguen entre risas y vejaciones hasta que el más mozo, que se había adelantado cuatro pasos de los demás se vé ensartado en una braza de acero templado; ni siquiera el cadaver del animoso mozo ha llegado al suelo cuando nuestro heroe vuelve a la carrera hasta alcanzar la relativa seguridad del umbral, donde se apresta a defenderse; los cuatro campesinos, los ánimos algo enfriados por su reciente baja, ven que no van a poder rodearle, y empiezan a hostigarle con las horcas; nuestro campeón sólo puede retroceder, aunque sabe perfectamente que si permite que los malos crucen el umbral , está matarile... los dos "horqueros" ya van a cruzar el umbral, cuando uno de ellos se adelanta al otro... el bueno se mueve hacia el punto ciego del segundo, abate la horca del primero y le endiña un medio revés que le deja el brazo de aquesta manera, el otro "horquero" lanza un pichazo a tontas y a locas y retrocede. El bueno quita la horca de enmedio y cuando le va a soltar al otro el tajo definitivo, se da cuenta de que está ya al otro lado del umbral y que por su derecha baja una azada con vocación de hundirle el colodrillo. El bueno convierte su incipiente tajo en una parada, aunque no se libra de llevarse un buen golpe en el muslo derecho, y retrocede. Vuelta a empezar.
El de la horca, que la ha visto cerquita, dice que larga vida al prota, que él no se vuelve a meter allí ni jarto moriles. El de la guadaña le quita la horca de la mano y le manda al peo. Susurra unas palabras al pollo de la azada, éste asiente, se van pal bueno y comienza el baile: el bueno puede parar los ataques de la horca, pero se ve obligado a retroceder ante los casi simultaneos golpes de azada; un ataque más y en el umbral; otro, y el de la azada ya estará dentro... bien, se la jugará con el de la azada: otro ataque de la horca, parada, cae la azada, retroceso y estocada baja en el vientre del campesino, apenas vengada por su compañero con un desgarrón en la manga del heroe, que le informa de que la punta enemiga queda ya, sin amenaza alguna, a sus espaldas. Y aunque el campesino levanta su horca para parar el tajo vertical, sólo consigue que la espada se hunda sólo dos pulgadas en su craneo; suficiente, sin embargo, para dar por zanjada la querella.
Hala, no te quejarás, ahora sólo te queda ponerlo bonito
