



Hacía siglos que no me reía tanto, Svivomilo, la verdad... Si me vieras coger una espada te irías a un rincón a hartarte de llorar. Yo no lloro, pero a veces me pregunto que hace una señora madre de familia en estos menesteres... en fin.Por otro lado, ¿He de suponer que en el , según tú, corto espacio de tiempo que llevas practicando esto ya has conseguido tener un dominio tan perfecto de los dos principios básicos , el tiempo en que ejecutas tus acciones y lo hace tu adversario, y la distancia que te separa de él, para poder afirmar lo que dices con respecto a la fuerza física?
Lo de la fuerza física no tiene nada que ver exactamente con mi práctica, sino con una sospecha que solo coger una espada desentraña del todo. Simplemente cogerla. Una barra de acero que en la mano y media supera el kilo y medio, y además afilado. No es de extrañar que el liderazgo en innovaciones casi siempre cayera del lado defensivo. Las espadas cambian muy poco, pero los escudos, armaduras, etc, están en constante innovación. Por algo será. Después de leer libros sobre batallas (unos cuantos) y sobre armas (bastantes menos) te vas a los textos históricos y resulta que el personal adulto masculino se moría a los 40-50 años...
Dice uno, "claro, como en Africa". Pero lo cierto es que las condiciones de la vida material en estas épocas no son las del Africa actual, aunque no eran todo lo fáciles que son ahora.
Ese optimista "tú ya no deberías estar ahí" que tu comentas valdría para ¿cuantas veces? Siempre habría algún momento, antes o después, en que SÍ estarías ahí. Con suerte, tus defensas, escudo o armadura, puede que te salvaran del mal paso, pero aun así... Lo que yo quería decir y me he explicado tan mal, es que en ese momento, se acabó. Y para siempre, porque las heridas con una espada, si entran bien, dudo que fueran fáciles de sobrevivir. En la práctica de la espada actual, creo que hay algo que no se puede hacer y es el movimiento posterior a entrar en contacto con el cuerpo del contrario, que básicamente, si no recuerdo mal, consiste en mover la muñeca y el brazo para producir un corte lo más profundo posible, lo que los ingleses llaman "slice", parecido a cuando tú coges el salchichón y deslizas el cuchillo por la carne con saña, para sacar la tajada

Yo, desgraciadamente igual que Yeyo, he vivido una juventud un poco "movidilla" y he asistido a más peleas de las que me hubiera gustado. Solo una vez me he visto en peligro. Normalmente las chicas nos manteníamos a distancia de estos "eventos" pero una noche tonta, me encontré al lado de un tío bastante borracho, que decidió que no quería seguir la noche solo (no sé si me sigues) y yo me vi en una situación bastante comprometida. El tipo en cuestión (mala suerte que tiene una) era una especie de montaña de músculos, y yo aunque hice todas las maniobras disuasorias al uso (no te las describo, porque son fáciles de imaginar y bastante contundentes por cierto) pues me encontré con que la fuerza bruta, así en plan bestia, pues no hay con qué pararla. Al final me saqué de encima al tipo, que para mi suerte, aunque era un bestia, no era un violador profesional, pero a partir de ese momento redoblé "precauciones" como comprenderás y sobre todo, tuve clarísimo la trascendencia que tiene la genética muscular, además de confiar un poco menos en las medidas disuasorias.

El torneo medieval, el que puede ir de los siglos XII al XIV (eso es estirarlo demasiado, pero bueno) era además de lo que ha contado Yeyo, una manera de "capitalizar" a las clases militares profesionales de la época. El señor es cierto que les daba de comer y tal, pero así no se progresa en la vida, y los escudos se rompen, las espadas se mellan o se parten, en fin, esos gastillos... En los torneos había importantes recompensas en metálico o en botín, lo que entre otros, hizo rico a Guillermo el Mariscal. Un noble destacado, con ganas de marcha (normalmente los hijos jóvenes de los grandes señores, que no tenían tiempo para mariconadas) formaban una "banda" y recorrían los torneos de la zona en la época en que no había guerra. Luchar se luchaba de verdad, a pesar de las normas y todo, y los accidentes estaban a la orden del día. Con la medicina de la época, pues ya te puedes imaginar el resultado.
Así que volviendo al tema, no es que yo desprecie la destreza ni el conocimiento, ni mucho menos, mas bien al contrario. Si pensara eso, no me preocuparía la esgrima ni intentaría siquiera empuñar una espada. Lo que quiero decir, es que la fuerza física es una variable más del combate (especialmente en algunos momentos, por ejemplo, cuando sometes la espada del contrario o llegas al cuerpo a cuerpo) y que no se la puede desdeñar porque tiene un papel destacado. Precisamente, la esgrima existe como una respuesta a la fuerza bruta. Con disciplina, conocimiento basado en el estudio de la lucha, aplicación de instrumentos especializados, etc, es posible frenar, eludir, obviar, aminorar y todos los verbos que quieras la fuerza bruta, pero, aun así, queramos o no, sigue siendo un factor de importancia.
Espero haberme explicado mejor. Y por cierto, espero que nadie entienda de mis mensajes que presumo de ningún conocimiento práctico esgrimístico. De verdad, que soy lo peor que ha cogido una espada en la vida, y lo tengo completamente asumido. A ver si aprendo algo echandole paciencia.

Por cierto, aquí creo que nadie ha planteado otra cuestión importantísima. Yo sí me la he planteado y es el papel de las milicias urbanas. O sea, el carnicero, el peón de granja, el albañil, que son llamados a la leva y se van a luchar a las Navas. Esos milicianos de Madrid, por ejemplo, que intervinieron tan acertadamente y que no eran guerreros profesionales. Curiosamente, el arma no profesional, el cuytello, ¿habeis visto lo que se parece a un cuchillo de matanza? ¿Le habéis echado un ojo a una azcona o a un archa? Como dice Yeyo, dudo que en el combate real hubiera mucha esgrima, y tal como describe un torneo Georges Duby en "Guillermo el Mariscal", probablemente tampoco mucho en los torneos más antiguos. Digamos que la esgrima como tal, debió ser algo más cercano a la Edad Moderna, cuando la reglamentación de estos combates sería mayor, pero también se restringiría mucho el alcance mortal del enfrentamiento. Lo cual deriva, sin duda, en un sistema de lucha codificado con lo que yo decía antes: aciertos, estupideces, genialidades, fallos garrafales, etc, como cualquier otro producto histórico, y donde la elegancia, las modas y otras cosas similares tendrían también su influencia...
Decían que el Cruel era una mala bestia con la partesana. También es cierto que se dice que era un hombre de una envergadura física importante, a pesar de que el busto que hay en el Museo Arqueológico Nacional no de esa sensación. De hecho, ya sabéis que el Trastámara contó con una "ayudilla" para sacárselo de encima...

