Como todos conoceréis y yo ignoraba, Agustín Moreto y Cabaña fue un gran autor del Siglo de Oro al que yo solo relacionaba con la adaptación a las tablas de la novela "El Licenciado Vidirera", del célebre Don Miguel de Cervantes y Saavedra, a buen seguro compañero de literarias aventuras de vuesas mercedes, a la par que del juego favorito de todos los presentes, el de las armas. El caso es que este dramaturgo nos legó una buena cantidad de obras, entre ellas la que hoy os traigo: "La Fuerza del Natural", escrita en 1665 (o en 1666, según he visto en otras fuentes).
El caso es que encontrándome yo en la rara suma de una mínima disponibilidad de tiempo y de un texto recopilatorio de algunas obras de este autor, he aprovechado para hojearlo y ha querido el azar que ese hojeo me haya llevado ante unas escenas de la obra que os comentaba, las cuales he leido y releido con estupor primero y después con científico detenimiento, pues habla de éste el nuestro noble arte.
Y dado que lo que he leido me ha gustado y he creido que era provechoso, aquí os dejo la referencia para contribuir en nuestra formación de diestros y de amantes del noble arte de las armas.
Aquí os dejo el enlace al texto.
Y Aquí la biografía de este autor, cortesía de la Wikipedia en un artículo con sus oportunas fuentes bibliográficas (cosa que poco a poco va convirtiéndose en la tendencia general en este proyecto y que podría acabar transformando a la Wikipeida en una verdadera obra de referencia).
Y ya puestos, aquí tenéis la colección completa de las obras de este autor.
Las escenas a las que me refiero corresponden a la segunda parte, en concreto a las escenas IV (una clase de danza), V y VI (una especie de clase de esgrima de curioso desenlace). Sin embargo recomiendo la lectura de toda la obra para entender bien el argumento y ver al evolución del protagonista, lo cual redunda en una mejor comprensión de las escenas que os comento.
Una de las cosas que sorprenden es ver que, dentro del juego de equívocos lingüísticos y de interpretación del protagonista (es un criado al que se intenta reconvertir en alguien de la clase nobiliaria), se emplean voces técnicas de la esgrima. Al tratarse de chistes más o menos simplones, el primer pensamiento que se viene a la mente es que se dirijan al público general. De esto se podría deducir que en esta época el conocimiento de la parte técnica de la esgrima del momento (recuerdo que estamos hablando de 1665, aún dentro del apogeo de la Destreza Verdadera en España) se encontraba bastante extendido entre las masas.
¿Hacéis vosotros esta misma lectura de esta curiosa escena? ¿o me he emocionado un poco -tal vez en exceso- con el descubrimiento? (y es que en el "hallazgo" de estas citas dentro de grandes obras suele hacer acto de presencia una emoción difícilmente controlable: yo recuerdo haber dado un respingo al leer la escena de los broqueles de Rinconete y Cortadillo y directamente haberme puesto a dar saltos cuando leí las referencias a nuestros dos mayores maestros en el Guzmán de Alfarache).
Discúlpenme vuesas mercedes por esta apresurada exposición fruto del entusiasmo. Si tienen a bien compartir este texto con su servidor, estaré más que agradecido de conocer su opinión al respecto. Cuantas más lectores, más lecturas se pueden extraer de un mismo texto y más nos beneficiamos todos con él.
Saludos.

PD: recomiendo releerse varias veces las escenas en cuestión para situarlas dentro de su contexto. Al tratarse de una lírica un tanto poco habitual para los estándares actuales, la forma puede distraernos del contenido.