DOBLE AGUILA escribió:Bueeeeno , como veo que últimamente hay una personita que me cita mucho (espero que con todo el cariño del mundo, y sin ningún rencor por debates pretéritos), voy a hacerle un poco de caso haber si se me tranquiliza, y me deja de recordar tanto a una novia que tuve hace tiempo (era muy maja por cierto).
Espero que sea por el contoneo de mis caderas. Pero si te refieres a la frecuencia con la últimamente te corrijo, tal vez se deba –en este mundo todo es posible- a que tus intervenciones dejan bastante que desear, ya sea por errores de bulto (la llegada de escandinavos a América antes que Colón) o a causa de desvaríos absolutamente insostenibles mediante una argumentación mínimamente lógica y razonada (como la supuesta hispanidad del mismo). Podría extender estas matizaciones a otras cuestiones, como tu uso de la ortografía castellana, pues hay cosas ("haber" en lugar de "a ver") que chirrían a la vista a cualquier persona medianamente instruida, pero he rebajado tanto mi nivel de exigencia que no voy a entrar en esa clase de detalles, pues tal vez te daría la impresión de que te guardo algún inexplicable rencor… o que el problema le tengo yo y no tú.
Orientando la conversación hacia un tema medianamente inteligente, creo que, razonando un poco, de todo lo que he dicho en mi anterior exposición se pueden alcanzar varias conclusiones interesantes.
La primera es que no existen “acciones típicas de caballería”, sino que en cada época y sociedad se realizaban una serie de acciones que eran las más efectivas teniendo en cuenta los medios tecnológicos con los que se contaban. Así, la incorporación del estribo hacia el siglo VIII o la sujeción de la lanza bajo la axila en el XI cambiaron radicalmente la forma de combatir de los jinetes europeos, ya incluso dentro de lo que podíamos considerar una caballería acorazada que buscaba un choque frontal.
Lo segundo es que hay muchos sociedades y períodos históricos en los que NO hubo varios tipos de caballería, o mejor dicho, en los que funcionalmente sólo había uno. Al hablar de caballería “pesada”, “semipesada”, “ligera” o “dragones” se está reduciendo el foco a la Europa en los tres últimos siglos: pero objetivamente hablando no se puede afirmar que “siempre” se hubiera dado esto. Y aunque existieran jinetes mejor equipados que otros, a nivel táctico y estratégico muchas veces éstos operaban conjuntamente.
En tercer lugar, hay que tener presente que el mismo concepto de “caballería pesada” evolucionó considerablemente a lo largo del tiempo. Así, lo que en el siglo XI se podía considerar “caballería pesada”, en el XV no lo era en absoluto. En realidad, en la Antigüedad y Edad Media (épocas doradas de la caballería) no existían este tipo de categorías, que son fruto de una mentalidad moderna que pretende clasificarlo todo y que, además, cuenta con una perspectiva histórica que las gentes del pasado en general no tenían. Esto ya se ha hablado con acierto, por ejemplo, cuando otra gente ha tratado el tema de las distintas tipologías de armas.
Y, por último, no hay que olvidar que, llegados a un nivel de abstracción tan grande, al hablar de la “caballería” se dejan de lado consideraciones tales como su mismo número. Evidentemente, en una sociedad romana que habitaba un territorio poco apto para la cría de ganado caballar y que sólo podía reunir a 300 jinetes por cada 5000 infantes, difícilmente la caballería va a tener un peso específico semejante al de un Imperio Parto. Y eso no significaría que “la caballería” (pesada, semipesada, ligera, dragones, peso pluma, gallo o cacatúa) en sí misma fuera inútil o inexistente, sólo que ellos no podían contar con una cantidad lo suficientemente numerosa para que lo fuera.
De todas formas, evidentemente hablo para la galería. Porque, de alguna forma, siento un cierto resquemor cada vez que leo una tontería sin responder. Y es que tengo la sensación de que “quien calla, otorga”, aunque evidentemente esto no sea así. En todo caso, como he dicho, me dirijo al resto de la gente. Hace unos meses, intercambiamos unos mensajes sobre el uso de las picas en la batalla de Pidna, comparándolo con la de los tercios. Allí abordamos, de forma indirecta, este mismo tema: que no se puede pretender establecer identificaciones entre distintos tipos de tropa y maniobras militares, saltando alegremente de milenio en milenio como si nada, haciendo equivalencias ridículas sobre el armamento que no demuestran otra cosa más que la propia ignorancia. Varias personas, con más conocimientos que tú, te dimos un baño dialéctico… e incluso se dió la feliz circunstancia de que el mayor experto en armamento antiguo de nuestro país entrara en este foro y me diera la razón. Pero todo ello no parece que te haya hecho recapacitar en lo más mínimo.
Te lo recuerdo:
viewtopic.php?t=2096&postdays=0&postorder=asc&start=60
Así que, evidentemente, una vez que de forma deliberada has dado la espalda a la razón (entendida en sus dos acepciones), lo que puedas llegar a pensar gracias a leer los manuales de la mili me resbala completamente.
A seguir bien.