Rohirrim escribió:Se pude proponer un reto, un apartado en el que ir colgando fotos de espadas feas y otro en el que poner fotos en el que estén las espadas que nos parecen bonito, luego se hace un recuento y me apuesto lo que sea a que si la gente es objetiva las espadas bellas ganan con creces a las feas.
No se si aplaudir como Will Smith, dándome palmadas en el cuello, o tirarme por un balate.
Estimado Rohirrim, parece que no has captado lo que Yeyo estaba diciendo, que es algo que apoyo plenamente. Los gustos y modas cambian, como casi todo. A una persona del siglo XXVII le resultará altamente ridícula la imagen de un occidental del siglo XXI en camiseta y vaqueros, y dirá que estas prendas son de todo menos cómodas, estéticas o que le hacen a uno parecen "nosequé" (rellenese el vacío con lo que en esos tiempos se considere como ser raro o minoría).
Así pues, un portador de una mano y media en el siglo XIV-XV creo que decepcionaría a muchos en cuanto a aspecto. Nada de Aragorns de pelo lacio y largo, vestidos de jubones y prendas de cuero negro, con barba de pocos días y aspecto de motero de suburbio reconvertido a caballero de look descuidado made in Señor de los Anillos según PJ. Más bien, ese hombre responderá a un tipo peinado con tazón, rasurada la cara, vistiendo entallados jubones de color chillón rematados en falda corta, calzas de pernera de color similar y un calzón que más que ocultar su virilidad la pone de manifiesto, amén de unos escarpines de punta desmesuradamente larga, que le harían parecer un cruce entre una reinona en leotardos y un payaso de circo. ¿Una visión distorsionadora, verdad? Pocos nos imaginamos a Fiore dei Liberi, el miyamoto mushashi occidental, vestido de esa guisa en los palacios italianos del Renacimiento. Y sin embargo, así era.
Así pues, lo que se ha puesto de manifiesto es que con harta frecuencia se han impuesto los gustos estéticos modernos trasladados al pasado en el campo de la recreación histórica y el estudio del pasado. Lamentablemente para el que le guste vestir de pseudo-aragorn del siglo XII, el tandem fidelidad histórica y belleza estética según cánones modernos no está muy reñido (y de esto creo que Alberto Carnicero y los maderolenses saben un rato largo).
En mi caso, como amante de los siglos XVI y XVII, he vivido problemas similares, especialmente con el primer siglo. La reacción natural al ver un cuadro de Felipe II con gola de encaje almidonado bajo la quijada, ropilla entallada negra de cuello alto, calzas negras y gregüesco de lo mismo, suele provocar al no versado una reacción de rechazo por lo cómico de la estampa del fulano ese, con leotardos y mocasines de tela y un sombrero alto como de copa pero sin ala alguna. De un antiestético que tira para atrás. Sin embargo, a una mujer del siglo XVI eso le parecería condenadamente atractivo, y el summum de la elegancia. A veces eso cuesta de entender, ya que nos creemos mejores que nuestros antepasados.
Y, como yo siempre digo, los antiguos son antiguos, no tontos.
Desgraciadamente, mientras en el tema de la recreación sigan primando los gustos estéticos actuales, se seguirá falseando la misma, en mayor o menor medida. Como ya han dicho varios en esta tira, cuando uno deja sus prejuicios a un lado y se mete de lleno en la época que estudia, descubre que comienzan a gustarle cosas que antes no quería ver ni en pintura.
A mi me encanta rabiosamente el look Felipe II según Pantoja de la Cruz, y la estampa metrosecsual del XVI de don Juan de Austria en ese cuadro en el que tiene un león a los pies...
Es una cuestión de enfoque... histórico.
P.D: Rorro, el foro te bloquea la palabra secsual, con x... ¡Nos hemos vuelto puritanos!