José-Manuel Benito escribió:En todo caso me gustaría romper una flecha..., digooo..., una lanza, en favor de la novedad táctica y social que supuso la introducción de batallones (no sé si uso este término adecuadamente) de artilleros (llamemos así a los soldados que arrojan proyectiles, cualquier tipo de proyectiles —venablos, flechas, virotes, piedras, balas, etc.— sobre el enemigo a una distancia desde la que éste no puede responder, sólo defenderse o protegerse).
¿Que fué antes, el huevo o la gallina? Quiero decir que el concepto de infantería profesional tiene sus raices en las milicias urbanas o rurales más o menos reguladas, con ocupación a tiempo parcial (y en su origen, tan parcial como la emergencia que los ponía bajo las armas).
Originariamente, en la alta edad media, el concepto de milicia profesional romano se ve sustituido por el de "el pueblo en armas" germánico, en el que todo hombre libre está obligado a rendir servicio militar según las necesidades y posibilidades (la institución anglosajona del
fyrd, en su manera más temprana, es un ejemplo de ello). A este esquema, Carlomagno (y sus sucesores, tanto dinásticos como "espirituales") le "mete mano" con el objeto de en lugar de disponer ocasionalmente de una masa considerable de guerreros "de fin de semana" y mal equipados, poder disponer constantemente de un grupo más reducido de guerreros "profesionales" con buen equipamiento (ese "buen equipamiento" implica, en la época en cuestión, caballería pesada). Como el buen equipamiento es caro, la transacción es sencilla: el rey otorga tierras al guerrero para que disponga de una base económica suficiente para adquirir y mantener el caro equipo, y el guerrero, a cambio, está obligado a rendir servicio militar al rey: una vez que se establece que los derechos sobre esas tierras otorgadas son transitivos y hereditarios, tenemos ya montado el chiringuito del feudalismo.
Con el feudalismo, el concepto de milicia se arrincona parcialmente debido a que:
-Con la incorporación de más población al sistema feudal, pricipalmente como siervos de la gleba y vasallos menores, se reduce la masa de población considerable como "hombre libre" y no sujeta a obligaciones vasalláticas
-La "profesionalización" feudal, dado el estado de la tecnología, hace a las milicias de infantería, peor equipadas, menos eficientes desde el punto de vista militar.
Pero el concepto de milicia no se abandona completamente, sino que subsiste en los nucleos sociales y/o geográficos menos feudalizados, como son las villas de realengo o las zonas fronterizas (donde un noble no quiere un feudo ni regalao).
Y cuando se populariza un equipamiento que, siendo barato(*) y accesible a los milicianos, reduce la brecha militar entre el infante y el caballero (la ballesta, evidentemente: a efectos sociales, el arco galés se puede ver como una mera variación local), las milicias de infantería aumentan en importancia. Este proceso está inextrincablemente mezclado con el auge de las urbes en la baja edad media, de manera que se me hace dificil ver cual de los dos fenómenos es la causa y cual es la consecuencia. En cualquier caso, ya en los fueros castellanos hay provisiones para que el que no quiera acudir al apellido, y disponga de medios, pague a un sustituto o envíe otros medios. De ahí a que esos "sustitutos profesionales" se organicen de manera completamente independiente, solo hay un paso.
En fin, que lo que se puede ver como una novedad (que lo es), también es el fruto de la evolución de una situación social que se origina en la época de las invasiones.
(*) Pa liar más el cacao, hay estudios (y estudiosos) que postulan una especie de "minirevolución industrial" entre los siglos XII-XV, principalmente en la metalurgia, que conllevaría un abaratamiento apreciable del acero, con lo cual no solo estaríamos hablando de una ballesta que cuesta cuatro perras, sino que la capelina que, dos siglos atrás, te costaba nosecuantas fanegas de tierra, ahora te sale por una chota rolliza.