Efectivamente. De hecho, no creo que nadie haya indicado, o insinuado, lo contrario. Que el objetivo de Pacheco no fuera escribir para la posteridad no implica que sus textos sean más o menos accesibles en el siglo XXI. Es más, no se ha dicho que Carranza o Pacheco sean autores accesibles; más bien lo contrario. Lo que he dicho es que la minuciosidad con la que abordan la explicación y demostración de los distintos principios y acciones (que en su época podría haberles hecho ganar criticas por su exceso) nos es muy util a nosotros en las circunstancias en las que nos encontramos ahora.Yeyo escribió:En definitiva, no creo que el estilo literario de Pacheco tuviera como objeto el ser más comprensible para los siglos venideros.
Por otro lado, un texto que tenga vocación científica, en general, "envejece mejor" independientemente de la época en que fué escrito. Por ejemplo, considero mucho más accesible a un lector del siglo XXI los "Principios matemáticos de la filosofía natural", que, por ejemplo, las "Cartas marruecas" de José Cadalso; en el segundo caso, el contexto de la época influye más que en el primero.
Un problema que surge con frecuencia al abordar el estudio de los sistemas de esgrima a partir de las fuentes disponibles es que muchos tratados (por no decir la mayoria de ellos) dan por asentados determinados conocimientos o habilidades: en vano, por ejemplo, buscará el interesado una descripción de los desplazamientos en el tratado de Fiore o en la tradición de Liechtenauer(*). Como una excepción a ésto tenemos que, independientemente de sus motivaciones, la clara intención de los autores de la destreza de hacer de la esgrima una ciencia les llevó a plantear el problema casi desde cero, por lo que, una vez superadas las barreras contextuales y terminológicas, nos encontramos con lo que probablemente sea la descripción más completa y exhaustiva de un sistema de combate con espadas disponible, así como con una herramienta de análisis aplicable a cualquier tipología y escuela.
Creo que se puede establecer un paralelismo razonable entre la práctica de la esgrima y su relación con el marco teórico que proporciona la destreza, y entre la música y su relación con la musicología (o más específicamente, con la teoría de la música): un músico no necesita ser un musicólogo para componer y ejecutar una pieza, y sin embargo dicha pieza cumplirá con los postulados musicológicos correspondientes. Sin embargo, mientras que un músico dispone de la experiencia acumulada a través de sus maestros en lo que constituye una tradición viva (y dicha experiencia acumulada constituye la expresión práctica de los principios enunciados por la musicología), un esgrimista histórico del siglo XXI no dispone de una herencia viva e ininterrumpida de la expresión práctica de los principios y postulados teóricos de la esgrima... por lo que disponer de la enunciación teórica de dichos principios y postulados, y comprenderlos, ayuda a inferir una expresión práctica pausible (que es lo máximo a lo que se puede aspirar en la esgrima histórica, con o sin destreza verdadera).
Volviendo al aspecto de las motivaciones de los autores, está demostrado que Carranza y Pacheco persiguen el demostrar que la esgrima es una ciencia (una ciencia tal y como se entendía y practicaba en los siglos XVI y XVII) para así dignificarla y hacer socialmente accesible su estudio y enseñanza a la clase noble (que no podía practicar artes mecánicas, pero sí, digamoslo así, liberales). Pero cabría preguntarse: esta motivación, ¿nace de una concepción cultural elitista de la esgrima como conocimento noble, y, por tanto, conocimiento que tiene que ser controlado y gestionado por la nobleza? ¿o nace de una intuición de que "hay ciencia en la esgrima" y, por tanto, compete a la nobleza su desarrollo? Dicho de otro modo: para Carranza, Pacheco et al, el estudio de la esgrima, ¿es ciencia porque es noble, o es noble porque es ciencia? No creo que se pueda contestar a esta pregunta definitivamente con los datos que que disponemos, pero parece razonable pensar que es probable que ambas reflexiones estubieran presentes.
Que se puede hacer un analisis científico de la esgrima es evidente: se puede explicar y analizar un combate en términos cinemáticos, biomecánicos y (quizás) psicológicos. No es tan evidente, sin embargo, que dicho análisis tubiera un impacto proporcional al esfuerzo empleado en la práctica de la esgrima: yo considero que una mejor comprensión debería de acarrear una ejecución más eficiente, pero es una opinión. Pero ahí está el precedente de la destreza: mientras que es posible encontrar críticas contemporaneas al marco teórico por innecesariamente exhustivo y complejo, es más dificil encontrar otra cosa que no sean alabanzas y respeto por los esgrimidores españoles de la época.
(*)El hecho de que no haya un planteamiento detallado y exhaustivo de los desplazamientos en la tradición de Liechtenauer (y en general, en los tratados medievales) ha llevado a que algunos grupos, en su trabajo de interpretación,
no profundicen en el tema de los desplazamientos, siguiendo el razonamiento de que, puesto que no son tratados específicamente por los autores originales, éstos habían de ser sencillos y obvios. Lo cual es probablemente cierto, pero hay que tener en cuenta que lo que era sencillo y obvio para un noble alemán del siglo XIV puede no coincidir con lo que considera sencillo y obvio un burgés de clase media del siglo XXI: ahora damos por sentado que la gente sabe leer y escribir, pero (en general) no sabemos como poner los arneses a un caballo; antes, la formación en el combate era parte integral de la educación de un noble, y ahora es una opción personal de escasa o nula utilidad práctica. Por lo que es pausible que, por ejemplo, Talhofer diera por sabida para cualquier destinatario de su tratado una determinada forma de desplazarse que, si pudieramos verla ahora, nos parecería elaborada y fruto de un trabajo de años de práctica.