anaevjosem escribió:Ciertamente Trueno es menos "maniqueo" que Jabato o el guerrero del antifaz a la hora de elegir a sus enemigos, pero que esté mostrando una visión más cercana al romanticismo del s. XIX que otros autores contemporáneos no le libra de irrealidad (de lo cual no me quejo, es un comic)
En realidad, El Jabato también está escrito por Victor Mora, a partir del mismo patrón argumental de El Capitán.
Sobre todo lo que abordas, el presentismo, la falta de historicidad en las obras de ficción de todas las épocas, su contaminación ideológica o la utilización de éstas con el objeto de “explicar” el presente ya he hablado sobradamente en la tira “300” y, francamente, aunque todo este tema pueda ser ciertamente interesante, entrar en él me resulta como ingerir comida recalentada durante dos semanas.
A veces me parece que el rigor histórico es una especie de globo sonda, que se hincha o contrae en función de la presión exterior y la dilatación del gas de su interior. Si una película, con un trasfondo ideológico de nuestro agrado, presenta a 300 espartanos masters del universo contra un millón de persas mutantes, todo ello resultará una mera licencia artística en la adaptación de un cómic. Ahora bien, si otra que no cumple este requisito no soporta firmemente un análisis pormenorizado frente a una “tesis doctoral con un respaldo bibliográfico de más dos mil fuentes secundarias”, resulta que es un bodrio políticamente correcto.
Ahora, supuestamente, debemos esperar que una película basada en un tebeo escrito en los 50, en el que salen vikingos con cascos con cuernos, sea igualmente fiel a la realidad histórica. De lo contrario, por el hecho de no presentar a los moritos como los malotes de turno, es que es otro brodio políticamente correcto. O algo y tal.
Si yo, por ejemplo, hubiera querido criticar la contaminación ideológica de 300 utilizando su falta de historicidad, posiblemente podría sacar diez veces más fallos ; pero es que me resulta absurdo entrar en todos esos detalles a la hora de valorar una obra de ficción. Respecto al desafío que me lanzas, te aconsejo que se lo dirijas a otra persona, pues yo no he dicho nada de eso y a quien Dios se lo da, San Pedro se lo bendiga. Evidentemente, Saladino no era la Madre Teresa de Calcuta, ni había un “partido demócrata” en el reino de Jerusalén. No creo que la película de marras muestre lo primero.Y tampoco que sea histórica; algunos de los que leen este foro saben que en su día la critiqué. Lo que sí es cierto es que, como no podía ser de otra forma, la realidad siempre es más compleja que un simple antagonismo entre “buenos y malos”. Y me parece que la raíz del problema viene precisamente de que esa peli no muestra a un líder musulmán comiendo niños.
El hecho de que exista ese contubernio gubernativo occidental que trata de evitar que la peña se “meta con los musulmanes” es, al igual que esa supuesta conspiración contra las órdenes monásticas medievales, una apreciación tuya que yo no comparto. Aquellos que tenemos cierta edad y hemos visto a Rambo luchar codo con codo con los muyahidines en Afganistán, o a un director de la CIA llamado George Bush poner en el poder a Sadam Hussein y entrenar a Osama Bin Laden, el descubrirnos con estos pelos de la noche a la mañana en plena Guerra de Civilizaciones entre Occidente e Islam, en un conflicto cuyos orígenes se remontan a la más remota antigüedad, es un espectáculo un tanto rocambolesco.
Yo no veo, en definitiva, ese interés por parte de los poderes fácticos en evitar el “meterse” con los musulmanes, sino más bien a un amplio sector ideológico y a unos intereses económicos bien claros tratando de influenciar a la opinión pública para justificar una determinada situación política moderna. Algo que seguramente no se daría si los musulmanes no vivieran sobre un mar de petróleo y es lo que realmente hace que muchas veces se “plasmen puntos de vista actuales en un marco histórico”, tal y como dices.
Pero seguramente todo esto no tiene nada que ver con lo que se está hablando ¿verdad?
Tampoco veo por ningún lado ese deseo por desacreditar a las órdenes monásticas medievales. Más bien veo una omnipresencia de templarios y compañía, convenientemente idealizados y rodeados de un aura mística, apareciendo hasta en la sopa. Y el que no comprenda lo que quiero decir, que visite la sección de libros de unos grandes almacenes. Algo que, de puro hastío, hace que les haya pillado un poco de manía, lo reconozco.
Hace unos meses, en otro foro, un airado contertulio denunciaba una supuesta conspiración según la cual un oscuro poder gubernativo nacionalista-políticamente-correcto habría clausurado un conocido museo militar de la Ciudad Condal. Sin embargo, el moderador le señaló con acierto que esa noticia era falsa y que, en realidad, lo que sucedía es que en España los museos cierran los lunes. Como ya he dicho, tengo la sensación que esa “obsesión acerca de lo políticamente correcto”, más bien responde a una gente que la ve –o trata de verla- en todas partes, antes que a una realidad. Del mismo modo que me parece demasiado aventurado el intentar verla en un trailer en el que aparecen una docena de planos a contraluz.
Me da la sensación de que, hoy en día, toda obra de ficción que no responda a una determinada ortodoxia política es automáticamente desacreditada de esta forma. Una forma bastante sutil de atentar contra la libertad de expresión, atribuyendo un supuesto carácter pusilánime a todo aquel que no comulgue con unas ciertas ideas. Creo que mucha gente debería tener la madurez suficiente como para afrontar la frustración de que haya alguien que no piensa de igual forma que él.
Ahora resulta que en una película medieval los “malos” han de ser musulmanes por cojones, o de lo contrario nos encontraremos ante otro nuevo ataque “políticamente correcto”. Pero aunque sea para variar, a mí me mola bastante más la idea de ver a una secta de Darth Vaders hospitalarios poseedores del Santo Grial como una especie de nazguls enfrentándose al Capitán Trueno. En definitiva, yo más bien me inclinaría a pensar a que este papel responde a todas esas toneladas de literatura templaria esotérico-histoicista en plan Código Da Vinci mezclada con la Trilogía de Indiana Jones y unos toques del Señor de los Anillos, antes que a todo lo que me cuentas. Y si no, al tiempo.
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