Después de un tiempo sin asomar el morro por el ventano internacional internetero, me he encontrado con ésto:
Towards a Grading System for HEMA Fighters
Básicamente, se plantea el establecer un ranking internacional e intertorneo de participantes basado en los resultados en torneos previos (ni más ni menos que lo que tiene, por ejemplo, la ATP para el tenis, por mencionar uno de tantos).
Y se me cae el alma a los pies al leer cosas como ésta:
Over the past few years, HEMA tournaments have grown increasingly common and popular. One side effect of this trend is the gradual move of the international HEMA community towards a more performance-based measure of value for HEMA practitioners. This is a welcome change from the early days of HEMA, when a practitioner's value tended to be based more on virtual skills on internet forums, rather than on real-world abilities as a martial artist. As HEMA matures, and as our reconstructed martial arts take root and begin to flourish once more, this tendency is only right and proper.
Uno está tan cansado de la falacia de que la única manera de apreciar las capacidades de un practicante es mediante los torneos que ni ganas me quedan para volver a desmontarla.A lo largo de los últimos años, los torneos de artes marciales históricas europeas se han vuelto cada vez más comunes y populares. Un efecto colateral de esta tendencia es el desplazamiento gradual de la comunidad A.M.H.E. hacia una medida de valor para los practicantes más basada en el desempeño. Es un cambio bienvenido con respecto a los primeros tiempos, cuando la apreciación del valor de un practicante tendía a estar basada más en habilidades virtuales en los foros de internet que en las habilidades reales como artista marcial. Al madurar las artes marciales históricas occidentales, y al enraigarse y florecer de nuevo nuestras artes marciales, esta tendencia sólo es acertada y adecuada.
Luego, al mencionar las virtudes que el sistema de ranking tendría, indica que "serviría como un punto de referencia sencillo para medir la capacidad física de cada practicante; ciertamente los torneos no son el sine qua non en términos de aptitud marcial, pero proporcionan los resultados más fáciles de medir". Lo cual es como si quisiera medir la salinidad del agua de un cubo, y como no tengo al alcance un medidor de salinidad, hacerlo atendiendo a su sabor es inexacto y subjetivo y sí dispongo de una cubeta graduada, concluyera que es correcto que mida su volumen en lugar de su salinidad.
Que es precisamente a estas actitudes a las que se referían con desprecio los maestros alemanes cuando hablaban despectivamente de "maestros de danza", o los españoles cuando despreciaban a los "esgrimidores", está más que demostrado, tanto aquí como en otros foros internacionales. Que ése es exactamente el mismo proceso que aplicado a las armas de la esgrima clásica dio origen a la esgrima deportiva, que se considera (acertadamente) desconectada en gran medida de la realidad marcial de un combate, no sólo es evidente para quien analice la situación con conocimiento y de manera objetiva, sino que es corroborado una y otra vez por la esgrima que se puede contemplar en las finales de esos torneos.
En cualquier caso, parece que todo esfuerzo en este sentido es vano: por razones diversas, pero pocas en relación con el considerar esta actividad como un arte marcial, con todo lo que ello implica, parece que esta manera de plantear la esgrima histórica (como deporte competitivo en lugar de como arte de combate) es cada vez más popular en Europa.
Y en puridad, lo suyo sería el plantear como emplear esta realidad de manera constructiva desde planteamientos en los que la esgrima es arte y es marcial. Pero en momentos como éste uno casi podría comprender a don Luis Pacheco y a las carretadas de bilis que vuelca en el "Nueva Ciencia", y sólo puede ver una gran oportunidad perdida. Y el levantar la vista, contemplar el mundo de las AA.MM. orientales y ver que, en realidad, parece que éste es el orden natural de las cosas todavía no es consuelo. No hoy, al menos.
Será que hoy me duele la esgrima.