Hola AxilArmero.
Ante todo decir que me encanta el fino humor que demuestras en tu blog. Suerte con tus proyectos y sigue manteniendonos informados con el mismo estilo.
En relación a los Stakes, en algunos sitios he leido que también los llaman Doubles. Teniendo en cuenta que en periodos históricos en muchas ocasiones se realizaban de madera (por no decir siempre, ya que queda presuntuoso y de gran bocazas por mi parte), el término Estacas sería correcto, o en el peor de los casos podría utilizarse Dobles para definirlos.
No ha mucho en un documento que creo saque de la web antigua de Colluphid Armory o puede que de cualquier otra del Armorers Ring, un armero comentaba que para hacer una estaca para bacinetes y umbos había usado la parte inferior de una botella de oxígeno para soldadura industrial que había "rescatado" no recuerdo donde. ¿Te sirve de algo esta información?
Por otro lado, el uso de la madera dura para la fabricación de las estacas garantiza que tendrás siempre la que necesites y de la forma que la necesites. El trabajo con el metal caliente, la presión y los golpes debería endurecer la madera lo suficiente como para que no resultase demasiado castigada y se pudiesen sacar al menos tres o cuatro yelmos por estaca.
Como yunque (que veo que no lo mencionas) yo utilizo un pedazo de rail viejo de casi medio metro de largo que "rescaté" en una estación de cercanías. El metal está oxidado y corroido, pero sigue endurecido en la superficie de rodadura. En realidad, el proceso de desgaste ha servido para endurecer todavía más la superficie de trabajo (que coincide con la de rodadura) gracias al calor y la presión, dejándo un borde redondeado y otro con arista viva. Solo me queda decidir si compro un yunque de verdad en alguna feria o mercadillo de antigüedades o si le hago picos en ambos extremos al rail a masaje de radial.
Sobre el corte de los muelles, yo utilizo una cizalla barata que compré hace tiempo, que me permite cortar tres o cuatro anillas de golpe. El corte no es perfecto, sino en forma de 4 más o menos, pero permite enfrentarlo perfectamente y apenas se nota una vez cerrada la anilla. Leí en una web de un aussie que decía cortar los eslabones con un Dremmel y disco de carburo, y soldarlos por arco voltaico. El sistema de corte parecía sencillo y efectivo, no obstante, aunque el de soldadura me pareciera un poco pillado por los pelos. Se trataba de poner los muelles en un eje por el que descendían por gravedad, incidiendo sobre el disco de corte.
Extrapolando información (y sin haberlo probado por mi parte todavía, que conste), creo que podría hacerse un sistema funcional de la siguiente forma:
-Un eje del mismo diámetro aproximado que el diámetro interno de los muelles, de aproximádamente un metro y medio o dos metros de largo, con un rebaje en forma de hendidura longitudinal o chavetero de longitud y grosor dobles al de un disco de corte de carburo, y a una altura que deberemos calcular en función a la distancia que ha de separar la base del eje de la superficie de trabajo donde fijaremos el taladro.
-Una cubeta o tupper de aproximádamente 20 cm de profundidad.
-El consabido Dremmel o incluso un taladro normal, a ser posible fijado a un soporte que lo mantenga horizontal.
-Eje portadiscos y discos de carburo de corte para minitaladro. En cualquier centro comercial se pueden encontrar kits de herramientas para minitaladro de marca blanca que incluyen un eje, una docena de discos y alguna basurilla más por menos de 6 euros. No son demasiado buenos, pero para el ritmo de desgaste y el precio, nos van a ir de muerte. Pueden adaptarse sin problemas a un taladro de los normales, sobre todo si tenemos una herramienta para fijarlo a la mesa, o incluso si tenemos que comprar la mordaza, puede salir más barato que un Dremmel de marca, ya que no creo que en ningún hogar de españa falte el consabido taladro-cuelga-cuadros/cortinas/espadas
-Material de protección variado, compuesto de gafas protectoras gruesas, guantes de cuero, mandil grueso y una mascarilla para el polvo de carburo y las virutas de zinc y acero.
Una vez dispuestos los elementos, vamos a ajustar el eje y el taladro de forma que queden enfrentados el disco de corte y el chavetero (el sentido de giro debería ser hacia abajo en la zona de contacto, y el disco debería girar libremente sin tocar el eje). El disco debe de entrar en el chavetero casi hasta el eje portadiscos, o al menos dejando el espacio justo para que caigan las anillas sin tocar el eje del disco.
Si nos resulta posible, debemos intentar que el eje quede sujeto a una base pesada. Podemos atornillarlo a una tabla de madera que podemos pisar con los pies mientras trabajamos. Si es posible, debemos buscar la forma de fijar tambien la parte de arriba del eje para evitar que se cimbree con la vibración del disco de corte. A la cubeta le haremos un agujero en la base de diámetro ligeramente superior al del eje, pero inferior al diámetro exterior de las anillas.
Pasamos la cubeta por el eje hasta que repose sobre la tabla (evicentemente, con la boca hacia arriba, ya que es donde caerán las anillas cortadas), metemos un par de muelles en el eje y los aguantamos sin que la primera anilla toque el disco de corte. Arrancamos el taladro y dejamos que la primera anilla toque el disco.
EN TEORÍA el peso de los muelles hará la presión justa para que el disco corte las anillas sin forzar el desgaste. Las anillas cortadas caerán en la cubeta y esta evitará, al estar el eje fijabo a una base, que estas se desperdiguen por el suelo. Vale, al estar el eje fijado a la base tampoco saldrían despedidas, pero los recortes de final de muelle puede que no sean anillas enteras, y si el disco las escupe hacia abajo con fuerza, mejor que la cubeta pare el rebote. Además, así se simplifica le recoger despues las anillas cortadas.
Cuando se gaste el disco de corte, se extrae el muelle que quede en el eje, se saca la cubeta, se vacia, se substituye el disco y vuelta a empezar.
No se si funcionará al 100%, pero al menos las medidas de seguridad recomendadas evitarán accidentes molestos.
Un saludo y perdón por la pastoral en mi segundo post. Me encanta la armería...
Porque no está muerto todo lo que yace dormido...
Y cuidadín con el ruido, que si se despierta lo hace de una leche, que más que leche parece queso de Cabrales...