Bueno, digamos que la división entre escuela alemana y escuela italiana de esgrima de mano y media pudiera ser más artificiosa de lo que parece.
Dicha división surge de una clasificación objetiva de las fuentes: los principales tratados de esgrima de mano y media están escritos o en alemán o en italiano. Se exacerba cuando se observa que varios de los tratados alemanes más importantes no sólo hacen referencia al maestro Johannes Liechtenauer sino que sus autores (Doebringer, von Danzig, Ringeck, etc.) se proclaman discípulos suyos; y por otro lado, al examinar los dos principales tratados de la, llamémosle por ahora, linea italiana, el "Flos duelatorum" (Fiore) y el "Liber de Arte Gladitoria Dimicandi" (Vadi), se observan multitud de elementos comunes.
Así, parecería que hay dos escuelas de mano y media: una alemana originada en herr Liechtenauer, y una italiana asociada al signor Dei Liberi.
Sin embargo, hay un pequeño detalle que podría perturbar esta ordenada visión: Fiore declara haber aprendido de, entre otros, un tal "Johannes ditto Suueno" (Juan el suavo), esto es, de un maestro del sur de Alemania.
Eso con respecto a las fuentes en sí: en cuanto te vas metiendo en la práctica (sin olvidar que, por muy exhaustivos que nos parezcan al principio los tratados de esta época, presentan una información imcompleta imposible de trasponerse directamente a un sistema práctico completo), empiezas a sospechar (al menos, es mi caso y el de unos cuantos) que las diferencias de las fuentes son más diferencias metodológicas y pedagógicas que reflejo de diferencias radicales en las prácticas subyacentes. Dicho en plata: que pudiera ser que la forma de esgrimir que tenían unos y otros se pareciera más que lo que parece comparando los distintos tratados.
En cualquier caso, vamos a la pregunta en sí: "La cuestión es, aqui que se suele estudiar, italiana o alemana?"
Si con "aquí" te refieres a la AEEA, la respuesta corta es: ninguna, y ambas.
Y la respuesta larga:
Como ya he comentado antes, las fuentes primarias no transmiten el suficiente detalle como para reproducir completamente y partiendo de cero las distintas acciones que explican (entre otras cosas, porque estaban pensados más en plan "mira lo bueno que soy y las cosas que sé" que en plan "aprenda a esgrimir en dos semanas"). Y los cabritos de Liechtenauer, Vadi, Talhoffer, etc. no dejaron sus videos colgados del YouTube

. Así, cada grupo de estudio aplica su aproximación para "rellenar los huecos": ensayo y error, experiencia marcial previa, estudio en paralelo de diversos tratados, estudio exhaustivo de un tratado, etc.
Aquí hemos recurrido en gran medida, sin descartar el resto de herramientas, a la aplicación de la Verdadera destreza, en su aspecto de teoría general de la esgrima (y no en su aspecto de sistema concreto de combate con ropera) a la mano y media. De la aplicación de los principios establecidos en la Verdadera destreza a los condicionantes del arma (o como dicen los diestros del XVII, de la "causa instrumental"), condicionantes tanto mecánicos (peso, equilibrio, morfología) como biomecánicos (principalmente, los derivados de asir el arma con las dos manos) proviene una mayor comprensión de las acciones, tanto de las descritas en los tratados como de las ejecutadas en los asaltos; en el primer caso, dicha comprensión teórico-práctica permite "llenar los huecos" con mayor seguridad ("si esto tiene como objetivo hacer tal, necesariamente la distancia será ésta y habrá que transladarse en la dirección pascual"); en el segundo caso, agiliza enormemente los ciclos de ensayo y error.
Por otro lado, la manera en la que se plantea la actividad en sí condiciona la aproximación: por poco romántico que suene, no somos caballeros del siglo XIV entrenandose para el combate, sino personas del siglo XXI intentando entender cómo era dicho combate: no tenemos ni los mismos objetivos, ni la misma mentalidad, ni estamos en el mismo marco social que un caballero del siglo XIV o del siglo XVII. Por ejemplo, lo que el en siglo XVI era una actividad con una importante carga funcional (prepararse para el combate) y un aspecto social nada desdeñable (un caballero que se precie debía de saber manejar su arma, independientemente de que existiera la posibilidad de que tuviera que hacer uso de ella), en el siglo XXI es una actividad extrictamente lúdica. Ser consciente de esta realidad implica reconocer que nuestra aproximación, necesariamente distinta a la de los practicantes en su época, cambia en cierta medida la práctica.
A lo que voy es que nadie puede decir, extrictamente hablando, que "hace Fiore" o practica la escuela alemana del siglo XV, sino que lo más a lo que nadie puede llegar, es a afirmar que practica, enseña o investiga, su interpretación basada en el tratado tal, o en los tratados tales, o, en el caso de la AEEA, su interpretación de un sistema de combate de mano y media sin más apellidos(*).
No sé si he sido claro, pero prolijo, un rato
(*)Lo cual no implica, como ya he explicado, que el trabajo sea "darse de guayas y a lo que salga": simplemente, que dado que no se ha descartado ninguna fuente para ampliar la comprensión del entorno de combate con mano y media, el resultado (por llamarle algo, pues la interpretación está en constante evolución) no puede adscribirse a ninguna en particular. Por cierto, que tampoco dicha interpretación es monolítica: partiendo de la premisa común del empleo de la teoría de la esgrima aportada por la verdadera destreza, cada sala, y en menor medida, cada practicante, tiende a alcanzar una visión relativamente particular del tema.