Ante todo vaya por delante que yo de armas de nueva fabricación entiendo lo justo. Tengo algo de experiencia en restauración aunque no a nivel profesional (a veces colaboro con un taller de restauración arqueológica y he leido bastante sobre el tema).
Con esto por delante supongo que entenderás la probablemente excesiva precaución de lo que comento. Es más que posible que alguien con una experiencia práctrica concreta sobre el tema te diga: "eso no es nada, quítalo con un trapito y alcohol" y tendrá toda la razón del mundo.
De todas formas te valoro lo que me parece apreciar en las fotos y como realizaría yo la valoración inicial:
No se aprecia ninguna línea de transición con herrumbrado parcial que haga pensar en una oxidacion del acero. A mí me parece algo "añadido", que, como comentas, bien podrían ser restos de adhesivo de la vaina.
Normalmente para estos problemas se pouede hacer una "cata" cuidadosa. Podrías emplear un algodoncillo (vale un bastoncillo de limpiar los oidos) empapado con algún disolvente. Con la sospecha de que se trate de una cola, podrías probar alcohol (el etílico -el sanitario de toda la vida- valdrá si eres cuidadoso, aunque lo ideal sería isopropílico), acetona o algún otro disolvente. Procura que la torunda no esté empapada hasta el punto en que pueda gotear fuera de la zona de contacto: la idea es hacer pequeños círculos sobre la cola, de tal forma que no llegue a tocar el metal. Si ves que se disuelve llega el momento de hacer una pequeña aunque sofisticada comprobación química: huélelo: si aprecias un olor aromático, como de resinas, posiblemente estés ante la típica cola de tapicero o una cola de base vegetal (o sintética, que puede oler más a pintura).
Si compruebas que se trata efectivamente de cola, haz ahora una prueba con el reactivo que hayas empleado: podrías dar un toquecito suave con el algodón empapado en una zona no muy visible de la hoja, dejar pasar un minuto y retirar el producto con un algodón seco. Tras un periodo prudencial de reposo (un día por ejemplo), comprueba que en esa zona no haya quedado marca alguna en el metal. SI es así, puedes tomarlo como disolvente seguro y ya proceder a la limpieza bien con torundas o bien con un trapito empapado.
SI está muy adherido podrías dejarlo unas horas envuelto en un trapo de algodón fino ligeramente impregnado en el disolvente para reblandecerlo e incluso "convencer" los puntos más rebeldes con palillos de madera (o de fibra de vidrio, o de hueso, pero eso ya es menos habitual tenerlo en casa y los palillos redondos normales siempre son menos "agresivos"). Como alternativa se podría calentar con un secador de pelo para separar en fases los componentes de la cola a ver si así es más fácil de despegar o disolver. También se podría intentar el proceso contrario, es decir dejarla un día en el congelador de casa para que la cola fuera más quebradiza (siempre y cuando los materiales de la empuñadura lo permitan, por supuesto).
Y bueno, esa es m i idea inicial, aunque ya estoy dando por sentado que te vas a encontar con restos de cola.
Como verás el tecxto está salpicado de "cudadosamente" y "suavemente"; siempre vale la pena pecar de cauto que causar daños que luego haya que lamentar, y con ese pulido de hoja que se parecia en la foto sería un pena.
Un saludo y perdón si he hecho parecer esto excesivamente complicado.
