
La causa de que nos ideáramos el sistema del cordel y no concediéramos crédito inmediato al que había entendido bien (Alquimista, por cierto, quien también milita por estos lares) venía, en efecto, de que la mano entonces no puede estar "en el parelogramo" ni "dentro del paralelogramo" qua tal, sino en su proyección... lo que nos llevaba a otra discusión bizantina:
la proyección es muy clara cuando se está de cuadrado... pero cuando uno se perfila esa proyección ya no nos permitiría llevar la mano armada a la paralela derecha de la diametral, y a duras penas a la diametral misma... pero bueno, una vez explicado y entendido se conoce que es un concepto superior y referencial, más que un dogma.
Mil gracias.
Saludos cordiales.