Daniel Alba escribió:Pero son casos muy extremos, recuerdo haber oido el caso de unos tiradores de dportiva en el que a uno se le partió la oja y esta se le coló por las rendijas de la careta haciendole un escarnio en la cara de cojones, pero no por ello vamos a considerar la esgrima deportiva como algo muy peligroso.
Puestos asi tendríamos que empezar a considerar acto de riesgo el comerse unos polvorones caducados XDDD
Que se rompa un arma de acero es un caso muy extremo. Aun así, yo lo he visto una vez, cuando golpeé en el plano de una espada mal templada y con un “¡tlín!” su punta salió volando, para clavarse a medio metro de los pies de un niño que veía el espectáculo en primera fila.
Pero que un arma golpee a alguien en el transcurso de una simulación de combate cuando se trabaja con cierta potencia, es muy frecuente. Y que ese alguien acabe en el hospital, también.
No quiero resultar impertinente, Daniel. Pero la solución en todo esto no es hablar sobre lo que puede parecernos posible en base a la lógica, la geometría, la aritmética o la física cuántica. Está sencillamente en fijarnos en lo que dice la gente con más experiencia. Es puro empirismo.
Alberto y yo somos veteranos en un medio donde en demasiadas ocasiones se golpea con más potencia de la cuenta y donde normalmente no se llevan demasiadas protecciones. En este tema no se trata de hablar sobre lo que consideramos que podría ocurrir o no. Sino precisamente de lo que nunca se nos hubiera ocurrido que pasaría. Porque, al final, lo que parece estadísticamente improbable, pasa y luego vienen los “quién lo iba a decir”. La esgrima histórica es, en principio, un entorno mucho más controlado, pero tampoco faltan los accidentes. Sin ir más lejos, pregúntale al moderador de este foro, a ver qué te cuenta.
Si nos vamos más allá de España y vemos lo que dicen y hacen la gente con más experiencia dentro de las artes marciales occidentales, veremos que el uso de madera es una opción extremadamente frecuente cuando se quiere trabajar a ciertos niveles de “realismo” con armas medievales. Si nos fijamos en una tradición viva como las artes marciales orientales, también veremos que no tienen reparos en hacer lo mismo. Y, aún más, si nos vamos a los libros de historia y al registro arqueológico, veremos que se llevan empleando simuladores de madera desde el Antiguo Egipto, es decir, hace más de 3.500 años.
makilari escribió: Eso si quien piense que el waster, por ser de madera, no corta/desgarra está muy equivocado y mi experiencia con las makilas, que tienen el peso de una mano y media pero una superficie de reparto de presión mucho mayor, lo confirma.
Yo mismo le he hecho una brecha en la frente a un compañero de entrenamiento hace unos meses. Evidentemente, sí que desgrarran, especialmente si se golpea con el extremo. Creo que, de tanto darle vueltas, no está quedando claro lo que quería decir. Yo diferencio entre el uso de palos o armas de madera como herramientas para entrenamientos con gente de poca experiencia y el emplear simuladores de madera para golpear con potencia... usando protecciones.
Si hablamos de la espada de mano y media, en sus libros Christián Tobler advierte que un waster no deja de ser “un elegante bate de béisbol” o algo así, y que incluso las espadas acolchadas pueden ser peligrosas si no se llevan protecciones. Por su parte, John Clements es un buen ejemplo de técnica puesta al servicio de la potencia y en la ARMA también hacen lo mismo.
Otro ejemplo distinto es la Escrima, que en competición emplean palos de rattan acolchados y unas “armaduras” similares al Jogo do pau. Y la SCA no pone limitaciones a la potencia, excepto con las armas de asta, pero los controles en las protecciones son muy estrictos y así, por ejemplo, los cascos han de ser de al menos una chapa de 2 mm de grosor.
Si nos vamos a la E.M., entre los siglos XIII y XV existían unos torneos llamados béhourds, en los que se empleaban inicialmente “armaduras de lino” (se supone que gambesones acolchados) y más tarde armaduras de cuero hervido, para golpearse con palos de madera. Y los ejemplos históricos similares son abundantes.
Pero el cuero hervido, al igual que muchas otras protecciones, protege de los golpes, pero no tiene mucha resistencia ante la capacidad de penetración del acero.