El problema no son las fotos, es la distancia virtual.
¿Cómo se puede mostrar en imágenes la sensación de tocar un ito fabricado por artesanos japoneses con los materiales tradicionales originales?. No, eso no se puede transmitir por foto, donde un cordaje de rayón más o menos bien colocado dará el pego si el fotógrafo sabe jugar un poco con la iluminación o donde un same recortado de cualquier lado parecerá casi igual a esa pieza exquisita que buscas tú en lo que llamas el "ombligo" de la raya y de donde a lo sumo saldrán un par de tsuka por pieza.
Tampoco se podrá ver la diferencia en foto de una saya lacada con lo que tú empleas o lo que se gasta en la producción "en cadena". Ni mucho menos se podrá transmitir ese olor de las resinas tradicionales, de las maderas de alta calidad seleccionadas exprofeso, de las fibras japonesas o de las piezas de same humedeciéndose para ser trabajadas.
Y lo que desde luego es algo que solo podremos decir que hemos podido disfrutarlo unos pocos es algo que evidentemente no se puede mostrar en fotos: por mucho que, gracias a la comunicación "cercana" que nos brindan las nuevas tecnologías, había podido deducir tu entusiasmo y respeto por el Nihonto en general y el koshirae en particular, hasta que no tuve ocasión de verte trabajando en tu taller no pude valorar lo que distingue un maestro en el estilo tradicional de alguien que simplemente se gana el pan con su trabajo. Llámesele mimo, amor por el trabajo, respeto, tradición... llámesele como se quiera; siempre se va a quedar uno corto con la palabra que se elija.
No voy a hacer el esfuerzo de contar los detalles que te he visto cuidar en tus obras porque haría de este post algo reservado para entendidos (de hecho solo me "atreví" a contárselo a alguien tan involucrado en el Nihonto como es el mayor especialista en este campo que conocía y que creo que ahora conoces tú mejor que yo) y además si lo hiciera acabaría pareciendo que estoy intentando dorarte la píldora delante la concurrencia.
Ya en serio, si tenéis deseo, ocasión y posibilidad no dudéis en permitiros las sensaciones de experimentar en vuestras propias manos lo que se siente con un koshirae de verdad. Luego entenderéis porque me cuesta encontrar las palabras adecuadas para hablar de esto.
Saludos y enhorabuena por estos nuevos modelos,
Román. Maestro.
