Celis escribió:Una forma que hacia con mis alumnos (eso si, niños) era no solo valorar el punto si no valorar la técnica, una especie de puntuación como en la natacion sincronizada, ejecución técnica y artística. Eso implicaría un gran conocimiento por parte de todos los jueces de todos los tipos de esgrima, descabellado pero...
Entrar a valorar subjetivamente la calidad de la técnica es arriesgado en un entorno en el que no hay un parámetro objetivo de efectividad, pero sí un claro objetivo de búsqueda de la efectividad marcial. La efectividad marcial es un concepto facilmente definible (podría decirse que es la capacidad de anular completa y definitivamente la capacidad ofensiva del contrario mientras se evita sufrir daño en el proceso) pero dificilmente transformable en reglas fijas. Una técnica puede ser la implementación de la efectividad marcial bajo un conjunto de circunstacias concreto y determinado, pero no es la efectividad marcial en sí, por lo que al valorar la técnica no estamos valorando la efectividad marcial, sino la percepción personal de un juez sobre cómo esa efectividad marcial tiene que tomar forma concreta bajo las circunstancias observadas.
Nosotros tendemos a quedarnos un paso más atrás: en los torneos intentamos valorar la efectividad marcial. Si vemos un tocado claro y seguro para el que lo ejecutó, no entramos a valorar si la acción fué o no técnicamente correcta; si vemos un tocado con una acción, por decirlo así, más cercana al canon, pero sin suficiente solidez, tampoco valoramos positivamente la ejecución. Evidentemente, dicha valoración de la efectividad marcial es subjetiva, pero consiste en la aplicación del concepto de efectividad marcial, concepto claro y bien definido, a cada situación particular.
Por otro lado, asumimos dicha subjetividad porque nuestro objetivo en las competiciones no es someter a una prueba de calidad objetiva a la esgrima de cada concursante, sino disponer de un entorno que nos permita entrenar, en una medida harto limitada, cierto, pero la única a nuestro alcance, los aspectos emocionales (tensión, concentración, miedo...) del combate. Vamos, que más importante que quién es el ganador de cada torneo es qué es lo que aprende cada participante de él.
Celis escribió:Y otra pregunta me surje al respecto de la destreza vulgar y la verdadera. ¿En la AEEA se enseñan ambas? ¿por separado? ¿juntas? ¿como complementarias?
Each little master has his small book
![Mr. Green :mrgreen:](./images/smilies/icon_mrgreen.gif)
La Destreza proporciona, principalmente, dos elementos: un marco teórico para analizar la esgrima, y una manera práctica ideal de esgrimir, fruto de las optimizaciones generadas a partir del análisis teórico. Pero de esa manera práctica ideal de esgrimir a la práctica real hay otro salto, pues nos encontramos casos en los que acciones que puntualmente pueden ser marcialmente eficientes en la práctica son teoricamente incorrectas.
El ejemplo típico es la finta: la finta, en Destreza, es descartada como falsa porque para que funcione el contrario tiene que "tragarse" el engaño, y al depender así de una voluntad sobre la cual el agente no tiene control, no puede considerarse "científica", esto es, que sus efectos se cumplen siempre que se dan las circunstacias para su ejecución. Sin embargo, si en el asalto observamos que cada vez que adelantamos la punta nuestro adversario reacciona desmesuradamente, descuidando su defensa por acudir a controlar nuestra arma, ¿habremos de abstenernos de tocarle mediante una finta debido a que ésta no es "conforme a ciencia"? Más bien no, yo diría.
La diferencia entre treta verdadera y treta falsa (en el mejor de los casos: en el peor, la treta falsa es poco más que un suicidio camuflado) es que la treta verdadera es consustancialmente eficiente y la treta falsa puede ser circunstancialmente eficiente. Pero incluso en este segundo caso, la Destreza como marco teórico para analizar la esgrima nos proporciona una mejor percepción de cúando se dan las circunstacias puntuales en las que se puede ejecutar la treta falsa con eficiencia.
Dicho ésto, en el fondo, el único hilo conductor, desde el punto de vista técnico, común al cuadro de docentes de la AEEA es el uso de la Destreza como marco teórico para analizar la esgrima y progresar en ella. Lógicamente, el grado de convergencia entre los distintos prevostes e instructores tiende a ser alto, pero no es una convergencia impuesta jerárquicamente, sino que surje de plantearse problemas similares y analizarlos con la misma herramienta.
Y el ladrillo termina concluyendo que, en la AEEA se enseñan ambas, Verdadera y vulgar, como complementarias principalmente y dependiendo de cada sala.