Memorial del general Targul
Publicado: Dom May 01, 2005 4:49 pm
A cuentos presentes leyeren:
Andaba yo a vueltas entre pudor y necesidad, optando finalmente por lo segundo, con lo que eché siete candados a mi natural reserva y propúseme en firme escribir este mensaje. Ahí va la cosa:
Desde hace unos dos añitos que ando perfilando un temilla que es como la niña de mis ojos. Una novela histórica que voy a escribiendo y ampliando sin prisa alguna, para la cual me he ido empapando poquito a poco de toda la etapa hispano-imperial, sobretodo en la vertiente militar (demasiados leurillos gastados en libros, vive Dios
, y los que me gastaré). Dicha novela histórica será, si Dios quiere, publicada en la editorial de un amigo mio de Barcelona que tiene como lema "novela histórica de calidad".
Trama
Voy a contar un poquito más del tema, aunque me de algo de vergüenza: La idea es relatar la vida de un ficticio soldado español que, a fuerza de una larga carrera militar y una vida llena de azares (sobretodo de desventuras), tiene la suerte de tener una audiencia con Carlos V tras el cerco de Túnez (1535), quedando este interesado por su trayectoria vital. El pobre soldado relata en un sucinto memorial sus vivencias, para ver si puede arañarle al césar algún título o merced. Éste, interesado por su agitada vida, le pide que escriba otra versión, más larga "para que nos podamos holgar escuchándola en nuestros ratos libres", que dice Carlitos. Y el pobrete se aplica al canto.
La trayectoria de este sujeto (no os rias por favor), nieto de unos colonos de Valaquia (Rumanía), llamado como mi alias (sobre la etimologia del nombre diré que hay un pueblo en Rumanía del cual tomé nombre y primer apellido, Targul Frumos), causa este durante toda su vida de más de un duelo y quebranto por aquello de no parecer apellido de hidalgo, y mucho menos de cristiano viejo, aseveración esta que siempre pasará por los filos de la toledana (quisquilloso en cuestiones de honra), es considerable.
Nació en el pueblo de mis progenitores, Colomera, provincia de Granaada (pueblo de reciente conquista, creo recordar 1474, razón por la cual se instalaron allí los antes citados colonos, previa demostración de ser cristianos viejos -hubo que templar a más de un escribano con el color de unos reales-), hijo de española e hispano-rumano, labriego puro y duro. Cual Lazarillo, tuvo una corta infancia llena de hambres y padecimientos, ayudando además de al padre al párroco local, hombre dado al zumo de baco que tendrá a bien enseñarle algunas letras, leer y escribir. De ciertas lecturas caballerescas regaladas por el anciano conde (que cascará sin descendencia) al párroco, tomará el mozalbete ganas de meterse en milicia, con vana ilusión de "ser caballero".
A los once añicos, tierna mocedad, pasa por el pueblo un hidalgo segundón fugado de Granada tras una pendencia en la que alivió de su alma al sobrino de un oidor de la capital del reino, para más señas veterano de las guerras de Italia, don Diego de Jódar, hombre áspero y fortachón. Por algo tan trivial como la pose y las plumas de su sombrero (asi como su espada y aspecto soldadesco), los pueblerinos tománlo por hombre de condición. Tópase con la madre de nuestro protagonista, y con el niño, que por la casa andará, haciendo de las suyas con sus hermanas. Dáse la casualidad de que el padre se hallaba fuera de casa, en plena campaña aceitunil, y el hidalgo, siendo hombre que gusta de curvas, tiene sus escarceos con la madre, tras un breve galanteo, siendo visto todo por el zagal, que se chivará al padre.
Este, enfurecido, avisa al alguacil y al viejo conde, que intercede por él, y personanse en casa con el cuerpo del delito más que evidente. El pobre veterano, sacando la herreruza, será reducido y encarcelado. Pero el zagal ya tiene sus planes. Ya habló con él y sabe de sus hazañas militares, asi que propone, para alivio monetario de su padre, entrar a su servicio como paje, cosa que acepta a regañadientes, so pretexto de que se lleve lejos al pendenciero milite. Éste, mortificado por tener que cargar ahora con un mozalbete gracias a los inoportunos accesos de honra de un labriego, iniciará con él un largo viaje que terminará en Sevilla, estocadas de por medio. Allí pasarán a las Indias junto a otros dos veteranos de Italia (1512), donde su relación se tornará algo semejante a la de padre/hijo.
En el lapso entre 1512 y 1518, el zagal se curtirá como mochilero en "guerras de guerrillas" con los indios taínos de Cuba, donde aprenderá todo lo relativo al uso de las armas y militaria. Siendo ya "conquistador" de pleno derecho, participa junto a los otros tres veteranos (que cascaran en el proceso) en la conquista de México (1519-1521), consiguiendo ciertas hazañas y probada destreza con al fierro, asi como algunos dineros, con los cuales pasará de nuevo a España, en trámite de cumplir una promesa hecha a uno de los veteranos, un milanés de nombre Niccolo. Estando en Sevilla, es sujeto de una pendencia en la que le dejan ayuno de dineros, con lo que la única forma que tiene de desplazarse a Milán es buscar una caja de recluta para las guerras de Italia.
Allí combatirá con denuedo contra gabachos, suizos y tudescos, participando en un sinfín de escaramuzas y batallas entre las que se cuentan Pavía y el sacco de Roma. Despues de esto, se licencia y viaja a Milán, donde contacta con los tios y la sobrina de Niccolo. Tras una rocambolesca estancia en el Milán de los sforza (duelos callejeros incluidos), salva la vida a los familiares del veterano, que acceden a darle la mano de la bella Laura, con la que andará casado cosa de un año, muriendo ella en el parto (con el niño), por dificultades en el mismo. Tras esto, reenganchase en milicia, donde participará en otros sucesos de armas destacados tales como la defensa de Viena de 1532 y la expedición a Túnez (donde ya posee rango de capitán).
Escribirá, pues, su memorial para el rey, que lo recompensará holgadamente con el viejo título de conde de Colomera, vacante hasta entonces, asi como hábito de su elección (que será el de Santiago). Pasará un tiempo en la corte y allí casará con una dama francesa exiliada, esta vez con mejor fortuna, iniciándose lo que sería la segunda parte del memorial, si es que la llego a escribir, donde cuéntase como alcanzó la dignidad de maestre de campo (de ahí lo de general) y otros sucesos jugosos que le reafirmaran como leyenda militar viva (a imagen de tantos y tantos capitanes del XVI y XVII).
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Conclusión
Lo que se pretende, o pretendo, es una novela histórica 99% fiel al período, sin disgresiones de ningún tipo, donde se muestren las luces y las sombras de lo que Reverte calificó en un viejo artículo titulado "Los craneos de Zultepec" como "aquellos maravillosos hijos de puta", o "aquellos animales que nacieron en mi pueblo o en el de ustedes, y que dejaron su pueblo y su miseria para dejar de larmerle las botas al noble o al cura de turno, y fueron a buscarse la vida al otro lado del océano, sin máas prendas que una espada, un arcabuz y unas calzas raidas" (o algo así). Esto presupone que el memorial va a contar cosas muy "fuertes" a ojos del lector medio, pero que creo necesario aclarar (tiempos duros, como se escribe "Alatriste") en aras de una buena historia.
Por si alguien la ha leido, quiero conseguir algo semejante a "En busca del unicornio", de Juan Eslava Galán.
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¿Y porque os suelto toda esta parrafada? Buena pregunta
. El caso es que necesito documentarme a fondo acerca de como se tiraba esgrima en aquellos tiempos (1500-1535 y quizá más), no solo destreza común en España, sino algun tratado de montante alemán o espada katzalbaguer (me basta con algunos dibujos y descripción de técnicas), esgrima de ropera o punta y corte italiana y algo de mano y media para el caso de los "gendarmes" gabachos.
Lo que quiero es algo así como "breves nociones sobre", aunque si me indicais tratados de esgrima en PDF (como el Flos, que ya tengo) os estaría eternamente agradecido. La verdad es que os "cargo este muerto" porque os considero mis colegas (perdonad si alguien se ofende por la libertad del trato) y también porque estoy dispuesto a regalar alguna copia del memorial a la AEEA de forma gratuita, asi como mencionaros explicitamente en agradecimientos y (esto ya lo tenía pensado), tomarme ciertas licencias y convertiros en algún personaje de la misma, estilo: capitán hispano-italiano Alberto Bomprezzi, sargento de compañía don Rodrigo Ayala, cabo de escuadra Oscar Carrasco, maestro de destreza vulgar afincado en Cuba Adolfo Bernalte, rodelero Marc Gener o lasnquete "doblesueldo" Midelburgo, todo esto a gusto del retratado, claro está.
Asi pues, acepto cualquier clase de ayudita, o si quereis y no os da palo que os incluya de la forma antes dicha y queréis perfilarme a vuestro gusto vuestro "personaje", yo encantadísimo de la vida. Vayan por delante mis agradecimientos.
Un saludo granadino:
David
Andaba yo a vueltas entre pudor y necesidad, optando finalmente por lo segundo, con lo que eché siete candados a mi natural reserva y propúseme en firme escribir este mensaje. Ahí va la cosa:
Desde hace unos dos añitos que ando perfilando un temilla que es como la niña de mis ojos. Una novela histórica que voy a escribiendo y ampliando sin prisa alguna, para la cual me he ido empapando poquito a poco de toda la etapa hispano-imperial, sobretodo en la vertiente militar (demasiados leurillos gastados en libros, vive Dios

Trama
Voy a contar un poquito más del tema, aunque me de algo de vergüenza: La idea es relatar la vida de un ficticio soldado español que, a fuerza de una larga carrera militar y una vida llena de azares (sobretodo de desventuras), tiene la suerte de tener una audiencia con Carlos V tras el cerco de Túnez (1535), quedando este interesado por su trayectoria vital. El pobre soldado relata en un sucinto memorial sus vivencias, para ver si puede arañarle al césar algún título o merced. Éste, interesado por su agitada vida, le pide que escriba otra versión, más larga "para que nos podamos holgar escuchándola en nuestros ratos libres", que dice Carlitos. Y el pobrete se aplica al canto.
La trayectoria de este sujeto (no os rias por favor), nieto de unos colonos de Valaquia (Rumanía), llamado como mi alias (sobre la etimologia del nombre diré que hay un pueblo en Rumanía del cual tomé nombre y primer apellido, Targul Frumos), causa este durante toda su vida de más de un duelo y quebranto por aquello de no parecer apellido de hidalgo, y mucho menos de cristiano viejo, aseveración esta que siempre pasará por los filos de la toledana (quisquilloso en cuestiones de honra), es considerable.
Nació en el pueblo de mis progenitores, Colomera, provincia de Granaada (pueblo de reciente conquista, creo recordar 1474, razón por la cual se instalaron allí los antes citados colonos, previa demostración de ser cristianos viejos -hubo que templar a más de un escribano con el color de unos reales-), hijo de española e hispano-rumano, labriego puro y duro. Cual Lazarillo, tuvo una corta infancia llena de hambres y padecimientos, ayudando además de al padre al párroco local, hombre dado al zumo de baco que tendrá a bien enseñarle algunas letras, leer y escribir. De ciertas lecturas caballerescas regaladas por el anciano conde (que cascará sin descendencia) al párroco, tomará el mozalbete ganas de meterse en milicia, con vana ilusión de "ser caballero".
A los once añicos, tierna mocedad, pasa por el pueblo un hidalgo segundón fugado de Granada tras una pendencia en la que alivió de su alma al sobrino de un oidor de la capital del reino, para más señas veterano de las guerras de Italia, don Diego de Jódar, hombre áspero y fortachón. Por algo tan trivial como la pose y las plumas de su sombrero (asi como su espada y aspecto soldadesco), los pueblerinos tománlo por hombre de condición. Tópase con la madre de nuestro protagonista, y con el niño, que por la casa andará, haciendo de las suyas con sus hermanas. Dáse la casualidad de que el padre se hallaba fuera de casa, en plena campaña aceitunil, y el hidalgo, siendo hombre que gusta de curvas, tiene sus escarceos con la madre, tras un breve galanteo, siendo visto todo por el zagal, que se chivará al padre.
Este, enfurecido, avisa al alguacil y al viejo conde, que intercede por él, y personanse en casa con el cuerpo del delito más que evidente. El pobre veterano, sacando la herreruza, será reducido y encarcelado. Pero el zagal ya tiene sus planes. Ya habló con él y sabe de sus hazañas militares, asi que propone, para alivio monetario de su padre, entrar a su servicio como paje, cosa que acepta a regañadientes, so pretexto de que se lleve lejos al pendenciero milite. Éste, mortificado por tener que cargar ahora con un mozalbete gracias a los inoportunos accesos de honra de un labriego, iniciará con él un largo viaje que terminará en Sevilla, estocadas de por medio. Allí pasarán a las Indias junto a otros dos veteranos de Italia (1512), donde su relación se tornará algo semejante a la de padre/hijo.
En el lapso entre 1512 y 1518, el zagal se curtirá como mochilero en "guerras de guerrillas" con los indios taínos de Cuba, donde aprenderá todo lo relativo al uso de las armas y militaria. Siendo ya "conquistador" de pleno derecho, participa junto a los otros tres veteranos (que cascaran en el proceso) en la conquista de México (1519-1521), consiguiendo ciertas hazañas y probada destreza con al fierro, asi como algunos dineros, con los cuales pasará de nuevo a España, en trámite de cumplir una promesa hecha a uno de los veteranos, un milanés de nombre Niccolo. Estando en Sevilla, es sujeto de una pendencia en la que le dejan ayuno de dineros, con lo que la única forma que tiene de desplazarse a Milán es buscar una caja de recluta para las guerras de Italia.
Allí combatirá con denuedo contra gabachos, suizos y tudescos, participando en un sinfín de escaramuzas y batallas entre las que se cuentan Pavía y el sacco de Roma. Despues de esto, se licencia y viaja a Milán, donde contacta con los tios y la sobrina de Niccolo. Tras una rocambolesca estancia en el Milán de los sforza (duelos callejeros incluidos), salva la vida a los familiares del veterano, que acceden a darle la mano de la bella Laura, con la que andará casado cosa de un año, muriendo ella en el parto (con el niño), por dificultades en el mismo. Tras esto, reenganchase en milicia, donde participará en otros sucesos de armas destacados tales como la defensa de Viena de 1532 y la expedición a Túnez (donde ya posee rango de capitán).
Escribirá, pues, su memorial para el rey, que lo recompensará holgadamente con el viejo título de conde de Colomera, vacante hasta entonces, asi como hábito de su elección (que será el de Santiago). Pasará un tiempo en la corte y allí casará con una dama francesa exiliada, esta vez con mejor fortuna, iniciándose lo que sería la segunda parte del memorial, si es que la llego a escribir, donde cuéntase como alcanzó la dignidad de maestre de campo (de ahí lo de general) y otros sucesos jugosos que le reafirmaran como leyenda militar viva (a imagen de tantos y tantos capitanes del XVI y XVII).
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Conclusión
Lo que se pretende, o pretendo, es una novela histórica 99% fiel al período, sin disgresiones de ningún tipo, donde se muestren las luces y las sombras de lo que Reverte calificó en un viejo artículo titulado "Los craneos de Zultepec" como "aquellos maravillosos hijos de puta", o "aquellos animales que nacieron en mi pueblo o en el de ustedes, y que dejaron su pueblo y su miseria para dejar de larmerle las botas al noble o al cura de turno, y fueron a buscarse la vida al otro lado del océano, sin máas prendas que una espada, un arcabuz y unas calzas raidas" (o algo así). Esto presupone que el memorial va a contar cosas muy "fuertes" a ojos del lector medio, pero que creo necesario aclarar (tiempos duros, como se escribe "Alatriste") en aras de una buena historia.
Por si alguien la ha leido, quiero conseguir algo semejante a "En busca del unicornio", de Juan Eslava Galán.
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¿Y porque os suelto toda esta parrafada? Buena pregunta

Lo que quiero es algo así como "breves nociones sobre", aunque si me indicais tratados de esgrima en PDF (como el Flos, que ya tengo) os estaría eternamente agradecido. La verdad es que os "cargo este muerto" porque os considero mis colegas (perdonad si alguien se ofende por la libertad del trato) y también porque estoy dispuesto a regalar alguna copia del memorial a la AEEA de forma gratuita, asi como mencionaros explicitamente en agradecimientos y (esto ya lo tenía pensado), tomarme ciertas licencias y convertiros en algún personaje de la misma, estilo: capitán hispano-italiano Alberto Bomprezzi, sargento de compañía don Rodrigo Ayala, cabo de escuadra Oscar Carrasco, maestro de destreza vulgar afincado en Cuba Adolfo Bernalte, rodelero Marc Gener o lasnquete "doblesueldo" Midelburgo, todo esto a gusto del retratado, claro está.
Asi pues, acepto cualquier clase de ayudita, o si quereis y no os da palo que os incluya de la forma antes dicha y queréis perfilarme a vuestro gusto vuestro "personaje", yo encantadísimo de la vida. Vayan por delante mis agradecimientos.
Un saludo granadino:
David