David García escribió:Rorro González escribió: Solo el afán máximo por ganar logrará acercarnos un poco al estrés de una pelea en la que te juegas la vida (o simplemente tu integridad). El peso de lo que los demás esperan de uno también ayuda a acrecentar ese estrés.
Pero si el objetivo del torneo a de ser ganar, te adaptas a las reglas, las exprimes y buscas la máxima efectividad con el mínimo de energía.
David, ¿no se supone que el principio básico de un duelo es que ambos oponentes intentan ganar al otro? Si ganar es lo de menos, ¿qué hacemos, esgrima escénica? ¿Posturitas? Seamos realistas, la esgrima antigua es un arte marcial. El objetivo es aprender a vencer a tu oponente.
Obviamente no estoy hablando de que todo vale con tal de ganar, o de que una escuela abandone un estilo y principios con tal de ganar a toda costa. Pero seamos realistas, como dice Rorro, el objetivo de un torneo, y al fin y al cabo de cualquier duelo, es ganar. Tú no te apuntas a un torneo con el objetivo de quedar bien en la foto de familia. Si eres una persona con un planteamiento humilde te apuntas para medirte a otros rivales e intentar ganarlos de forma honrada. Si no te apuntas para intentar ganarles ¿qué haces ahí?
Lo que creo que es completamente erróneo es caer en el extremismo por ambos lados. Querer ganar a toda costa, incluso haciendo trampas, es algo que nos horroriza a todos cuando lo vemos, pero de ahí a caer en que ganar o no ganar es lo de menos, que lo importante es tirar con gente distinta... pues que quieres que te diga. Entonces el arte marcial como tal pierde sentido. Si ahora va a estar mal visto intentar tocar a mi oponente sin que me toque a mi nos deberíamos replantear qué tipo de actividad estamos haciendo, si esgrima o cardio-destreza para mejorar nuestros glúteos.
No haces esgrima haces torneo, buscas la mejor arma, explotas tu mejor habilidad, te la juegas si lo ves necesario, incluso valoras la posición del árbitro.
Sinceramente, creo que mezclas el querer ganar con el querer ganar a toda costa. Fíjate que incluso gran parte de los elementos que parece metes en el "ganar a toda costa" me parecen bien. ¿En un duelo real no explotarías tu mejor habilidad, usarías tu mejor arma, te la jugarías si fuese necesario, etc? Pues si tratamos de ser realistas, ¿porqué ahora debe estar mal visto? Nuevamente recalco que no hablo de jugarretas, de explotar deshonrosamente defectos de las normas, o incluso mentir. Eso no es querer ganar, eso es ser un cutre.
Vídeos como los que circulan por internet de torneos internacionales donde la gente se cose a sartenazos sin reconocer tocados no es un reflejo de la competitividad. Es un ejemplo de cutrez y poca dignidad, porque esa gente no se da cuenta de que va a ganar un torneo sin reconocer tocados, van a ganar un simple aplauso y una medallita, y cuando se den la vuelta la imagen que va a tener ante todo el mundo no va a ser de un ganador de torneo sino de un cutre como la copa de un pino.
Desde mi punto de vista tan erróneo es aceptar un planteamiento anti-esgrimístico con tal de ganar un torneo como el mirar con mal ojo la competitividad en una competición. No es lo mismo ser competitivo que excesivamente competitivo.
Por otro lado, respecto a los comentarios de que si eres más bruto o vas más a por uvas tienes más probabilidades de pasar que si tiras bien, tampoco estoy de acuerdo. Estamos dando por hecho de que somos buenos esgrimidores, que fulanito me ha pinchado con un fondo a lo bruto porque no tiene miedo y que aunque ni le he rozado yo realmente soy mejor que su pobre técnica. Solo una pregunta para que entendáis a qué me refiero: ¿Cómo creéis que habría sido el pasado Mundial de Fútbol si el 80% de los tiradores hubiera tocado por primera vez en su vida una pelota hace 3 años?
Seamos realistas. La esgrima antigua todavía está en pañales. Nos podemos obsesionar con reglas de torneo para evitar ver aberraciones marciales, cuando el verdadero problema es que todavía el nivel es muy bajo. Cuando llevemos 15 años con una espada en la mano veremos vídeos de cómo tirábamos en 2010 y pensaremos... claro que me ganaba el bruto aquel... porque hacía tal tal y tal error. Y te lo digo por experiencia, porque nos ha pasado en la ACEA con espada a dos manos.
Nosotros más o menos cada 6 meses hacemos un torneo. En los primeros solo se vieron técnicas penosas, a instructores caer ante novatos que llevaban un mes en la sala, y asaltos finales que los ves hoy en día y te sonrojas. La diferencia con muchos grupos extranjeros es que en lugar de pensar que esa aberración era consecuencia de las normas analizamos qué pasaba y dónde estaban los fallos. A base de torneos hemos aprendido bastante de nuestros errores hasta el punto que en el último nos quedamos con un sabor de boca buenísimo. Como dato solo te digo que en cuartos, semifinales y finales no hubo ni una sola doble eliminación.
Lo que quiero decir es que en la ACEA, ahora, en 2010, es cuando empezamos a saber esgrimir con mano y media con una mentalidad de supervivencia. En todos los torneos en los que se veían cosas raras no era porque el que viene de deportiva tenga las de ganar, sino porque por pura lógica, quien lleva 3 años tirando prácticamente con los mismos compañeros a la que le cambias el estilo no sabe reaccionar. Y eso no lo cura otra cosa que el bagaje y la experiencia. Eso, y los torneos

, que quieras que no al fin y al cabo son la prueba del algodón. Si tú tiras lineal en un torneo es porque no tienes bien asimilados los movimientos fuera de línea. Si vas al doble tocado, es porque en el día a día haces más dobles tocados de los que te piensas. O si se te cuelan las flechas por sistema, posiblemente es porque no tires nunca contra gente que hace flechas.
No es que los torneos saquen lo peor que hay en ti, sino que tienen la maldita manía de enseñarte tus defectos de sopetón. Uno puede no querer aceptarlo y quejarse del torneo, o simplemente ser autocrítico y tratar de corregir los fallos.
Por cierto, aprovecho para darte las gracias porque tu vídeo del torneo del año pasado nos ha ayudado mucho con esto último.
