A mí me preocupaba la reacción e impresión que pudo llevarse el público, en gran parte no familiarizado con ese tipo de temas. Por ello estuve indagando un poco tras el fin de la exhibición.
Los que más disfrutaron, claro, fueron los niños. Nos miraban como a auténticos soldados viejos, curtidos en cien querellas. Y cuando al terminar, te pedían las armas y querían que les enseñases como se sostenía una daga, por ejemplo, lo hacías encantado, compartiendo su ilusión.
Pero creo que el resto de público tambiénlo pasó bien. Tomaron partido en las batallas (cada uno animaba a "los suyos" y llevaron cuenta de las victorias y derrotas), y, cosa en parte entiendo, estuvieron mayoritariamente en contra de "ese señorito que se pone tan chulo", abogando por su derrota... ¿se referirían, quizá, a D. Enrique y su escuela mixta de Destreza?
Bromas aparte, una fiesta de la esgrima tradicional, que no les dejó indiferentes. Creo que podemos sentirmos razonablemente satisfechos. Espero que esta no sea una experiencia aislada, sino que este tipo de actividades tengan una continuidad. Gracias, por supuesto, a todos los asistentes que nos animaron con su aplauso.
Lo siguiente... ¿la plaza de la Real Armería?
JdB