Este tema es interesante, y a lo dicho por Luis Miguel y David sólo puedo añadir unas preguntas: ¿El peso de qué espada, y la espada para qué uso?
No se puede conformar el peso ideal de una tipología determinada de espada, sino siempre algo aproximado, no sólo porque en realidad dentro de cada clase de espadas había variedad, sino porque lo que realmente define lo buena o mala que será la espada manejándose no es el peso, sino el reparto de masas.
En el caso particular de las mano y media, existen ejemplares originales con pesos que varían entre los 1.300 y los 2.100 gramos. Las más pesadas son espadas de hojas muy gruesas y rígidas (Oakeshott XVII) pensadas para combatir contra armaduras perforando las protecciones (o intentándolo). Son, como se puede comprobar, herramientas de guerra puras y duras, y por ello están adaptadas a ése medio, y no a una posible esgrima (ya se sabe que en una batalla no hay esgrima). Siempre que nos planteemos qué clase de arma necesitamos para lo que pretendemos hacer, hay que contextualizar todo lo posible.
En el caso de las espadas de mano y media que se utilizan para la esgrima, la que se describe en los tratados medievales, estaríamos hablando de armas con un peso de entre 1.400 y 1.600 gramos, con una manejabilidad muy fluida y fácil, de hojas puntiagudas pero no totalmente rígidas, y empuñaduras de entre 25 y 30 centímetros de longitud.
Pero, como indicaba antes, es el reparto de masas de la espada lo que debe hacer posible la proverbial agilidad de la misma, no un peso determinado, ni un punto de equilibrio demasiado cercano al arriaz, o al menos no sólo éstos factores. El otro día, en nuestra sala, Marc hacía una demostración práctica de ésto pesando dos Roperas que tenían una manejabilidad muy diferente, y que luego sólo se diferenciaban en unos pocos gramos de peso.
En éste sentido, la inmensa mayoría de las espadas negras que hay en el mercado están mal hechas (así de crudo) y suelen tener hojas que carecen de adelgazamiento distal, o si lo tienen es casi insignificante. Con ésto,casi podemos afirmar que todo intento de hacer una BUENA espada negra (así, con mayúsculas) está condenado al fracaso por un motivo u otro. Una buena "negra" debe aproximarse lo máximo posible a una blanca, pero sin hacer pupita. O sea, que debe ser ligera, manejable, con cierta autoridad en el corte y las tomas de hierro (es decir, no debe estar equilibrada demasiado cerca del arriaz) resistente y flexible, aparte de los consabidos filos y punta redondeados.
Las Pavel Moc, por tomar un ejemplo de espadas muy extendidas y de buena reputación, tienen hojas que son auténticas "vigas", en el sentido de que carecen del susodicho adelgazamiento distal y son por ello pesadas y muy rígidas. El fabricante soluciona ésto (en algunos modelos, que no en todos) haciendo las hojas estrechas, tallando acanaladuras, y empleando elementos para las guarniciones (arriaces y pomos) bastante más pesados que los de una blanca. El resultado son espadas de manejabilidad y peso aceptables, muy sólidas, pero que siguen siendo demasiado rígidas y contundentes.
Esto, en resumen, es para explicar que el aumento de peso que se ha hecho en la línea de espadas hanwei puede ser tanto malo como bueno; Todo depende de dónde hayan colocado ése peso. Si han aumentado el grosor de las hojas, malo, pues serán aún más rígidas, contundentes y "cabezonas" y se alejarán ya mucho de lo que debería ser una espada funcional. Si en cambio han aumentado el peso en los pomos, que eran huecos, seguramente será para mejor e incluso con ése pequeño aumento de peso se habrán obtenido espadas más "vivas" y manejables.
Así que depende, todo depende, de según como se mire todo depende.
Un saludo.
Oscarionte