¡Vaya, por Dios!.
Así que al final han sacado el material a la red y yo sin enterarme. Hace un tiempecillo que estaban detrás de hacerlo público pero no acababa de salir la cosa. De hecho hace como unos seis meses envié un correo al centro de atención de la Biblioteca y me dijeron que el proceso de escaneado y volcado digital estaba concluido pero que por el momento aún estaban pendientes de "cuestiones administrativas" que yo interpreté como que había alguien interesado en hacerse con los derechos de publicación de este tratado.
¿Por qué cuento esto? pues porque ya se ha dado el caso en esta biblioteca (y en un par más con una política similar) de que ciertos textos han sido rápidamente retirados de la parte de acceso público de su base de datos por esta cuestión que os comento: que los derechos se reservan para la edición (notad que intencionadamente no pongo el nombre de las demás bibliotecas ni de los tratados, aunque seguro muchos de los más metidos en este tema ya conocen de sobras estos casos).
En otras palabras, que si pretendéis bajaros el tratado, éste es el momento, que a lo mejor en poco tiempo ya no lo tendremos disponible.
Y ahora la información sobre este texto para que no se diga que en esta casa no sabemos dar noticia del autor:
Éste es uno de los tres/cuatro (luego explico esto)
manuscritos (esto solo lo subrayo para recalcarlo, que ya sabéis todos lo que supone un manuscrito de seiscientas páginas con ilustraciones técnicas) conservados del tratado de Paul Hector Mair. Como manuscritos que son, todos son ligeramente diferentes, tanto en el texto como en las ilustraciones, aunque a grosso modo, técnica arriba, técnica abajo, el contenido es bastante similar en todos.
Ésta en concreto es sin lugar a dudas la edición más lujosa de las conservadas y fue vendida al duque de... a un duque (vale, cito de memoria; se nota un poco) por una cantidad exorbitada aún en la época. Ahora mismo se conserva en la Biblioteca Nacional de Munich y está considerada como un tesoro nacional. Es la única de las tres escrita completamente en latín.
Las otras dos copias "buenas" están, una en la Biblioteca de Dresden (hay gente en la comunidad esgrimística que le llama el
MS Dresden) que es la única completamente en alemán y que puede que sea la que tiene unos dibujos más simples (aunque a todo color y desde el punto de vista técnico esgrimístico tan correctos como éstos).
La otra está en la Biblioteca Nacional de Austria, concretamente en Viena y en el mundillo se la conoce como el
Codex Vindobensis; sus dibujos son muy bonitos y muy técnicos (a mí desde un punto de vista meramente artístico casi me gustan más que los de ésta de Munich) y está escrita en alemán y en latín (qué buena elección de idiomas; si me lo traducen al copto ya me la compro de cabeza). Es posiblemente la más conocida de las tres que llevamos citadas porque desde hace ya bastante tiempo está disponible en la web de ARMA (de hecho ya la hemos comentado varias veces en el foro, si hacéis memoria).
¿Y por qué digo que hay tres/cuatro manuscritos de Mair? pues porque aparte de estos cuatro "oficiales" publicados como obras completas en su momento, hay una cuarta obra de solo un centenar de folios cuya historia es un poco complicada y de la cual no se está muy seguro de si era intencionadamente un resumen de las técnicas presentes en los otros, si era un trabajo inacabado ilustrado algo más tarde (por un autor diferente y no tan reputado como el de los otros textos, que era una auténtica estrella de la época)... en fin, que no sé yo si se conoce muy bien su representatividad dentro de esta recopilación que hizo Mair. Por desgracia no he visto ningún folio de esta obra y no puedo opinar acerca de ella. Está en un museo de la ciudad natal (y mortal, pero ésa ya es otra historia) del autor, Ausburgo, si no recuerdo mal.
Y ya que hemos hablado de la obra, no vamos a dejar de decir algo sobre el autor, y es que, aunque se le reconoce como una gran figura dentro de la esgrima de su momento, Paulus Hector Mair no era propiamente un maestro de esgrima, sino alguien que amaba esta Ciencia y tenía los suficientes medios como para embarcarse en la empresa de realizar lo que podría ser un intento de crear el "tratado definitivo" dentro de la tradición alemana e, independientemente de quienes fueran sus maestros o sus inspiraciones, hay que decir que, si no lo consiguió, por lo menos sí que dejó el listón muy pero que muy alto.
Saludos.
