Roz de Genzor escribió:Que grande el artículo de esta militaria que recomiendas !!!!
Impresionante, merece la pena pasar 15 minutos de relajada lectura con él.
Además aprovecho para incidir en el aspecto ultra-crítico que tiene frente a las autoridades culturales y que viene muy bien con respecto a otro hilo que hay abierto en el foro y que es otra de las grandes verguenzas nacionales: Los pecios saqueados.
No os perdais el placer de leerlo . . . muy buena referencia Kull !!!! Miles de gracias !!!!
En realidad, ese artículo lo enlace yo en la anterior tira que Rorro borró por accidente (el cual, a su vez, fue citado por Leonardo en otro foro) y lo hice precisamente para restar validez a la identificación, concretamente de esta forma:
Yeyo escribió:Yo además añadiría a esta acertada apreciación, el que la misma existencia de esta arma sólo es citada en el Cantar de Gesta, una
obra literaria bastante posterior, con infinidad de elementos ficticios, y no en las obras
históricas y coetáneas sobre Rodrigo Díaz: el Carmen Campidoctoris e Historia Roderici.
Me da un poco de palo leer un artículo como este
http://www.ucm.es/BUCM/revistas/amm/021 ... 10157A.PDF
en el que se cita, por ejemplo, que la Tizona y la Colada fueron entregadas por el Cid a los Infantes de Carrión tras la boda con sus hijas (doña Elvira y doña Sol) y antes de la afrenta de Corpes… cuando ni estos dos personajes se casaron con las hijas del Cid, ni existió la afrenta de marras y ni tan siquiera las dos hijas se llamaban así, sino María y Cristina.
Es decir, que objetivamente hablando, ni tan siquiera existe alguna evidencia de que el Cid hubiese tenido una espada llamada Tizona.
Desde el miércoles pasado hasta ahora las cosas no han cambiado en absoluto. A falta de otra prueba, la existencia histórica de la Tizona sigue teniendo poca más consistencia que la de la armadura de Don Quijote. Por lo demás, no sólo José Javier Esparza no es historiador, ni tiene la más remota idea de lo que habla, sino que afirmaciones como esta avergonzarían a cualquier investigador mínimamente serio:
“¿Es, pues, la espada del Cid? “No hay ningún documento que lo acredite”, señala el Ministerio de Cultura. Tampoco hay ningún documento que acredite que el acueducto de Segovia es realmente romano, pero el hecho es que está allí desde la época imperial.”
Lo único cierto es que ese arma corresponde a una tipología clásica de espada española del siglo XV, tanto en su empuñadura como en su hoja, y que es precisamente en ese siglo cuando es entregada al Marqués de Falces. Y del mismo modo que el acueducto de Segovia parece un acueducto romano, la espada del Marqués de Falces parece una espada del siglo XV. Pero a lo mejor resulta que no, que en realidad el acueducto fue construído en el Calcolítico y que se trataba de un dolmen al que los romanos modificaron para que pareciese un acueducto. Quién sabe…
Como ya dije en su momento, si andando por el campo te topas con algo que tiene cuatro patas, pesa cuatrocientos kilos, huele a estiércol, da leche y muge, aunque tal vez pueda tratarse de un dálmata con cuernos sobrealimentado, lo más probable es que sea una vaca.
Lo que se está afirmando, en definitiva, es que a una espada del XI se le añadió otra empuñadura, se le hizo un recazo y se le hizo una inscripción, aparentemente para engañar a los estudiosos modernos, pues son todos estos elementos lo que la pueden datar. Había en mi pueblo un señor que aseguraba que por las noches los vecinos le robaban el maíz y, para que él no se diera cuenta, le plantaban otro exactamente igual que el suyo, que crecía todas las noches. Y me parece que lo que aquí ocurre es algo similar. Pero como también escribí, un principio de la lógica aristotélica afirma que, ante dos posibles soluciones a un problema, uno siempre ha de decantarse por la opción más simple.
Otra cuestión aparte merece las elucubraciones mentales que ha de hacer aquel que no sólo no sabe adscribir una cronología a un determinado tipo de espada, sino que es incapaz de reconocer una decoración claramente renacentista de la propia del Románico. Si en este país la gente tuviera un poco más de cultura, sin duda nos iría mejor. Pero no sólo eso es algo que falta, sino que además nos vemos obligados a aguantar continuamente ínfulas culturetas mezcladas con desvaríos políticos. Y es que tengo la sensación de que se está dando a este tema una significación política totalmente descabellada. Y que si en lugar de estar un partido político en el ministerio de cultura estuviera otro, y ese partido estuviera en la consejería de Castilla y León, se estaría diciendo exactamente lo contrario.
Pero este es un tema ya viejo para los que realmente nos interesa el armamento antiguo, y no el mamoneo político moderno, por lo que la cuestión sigue igual que siempre. En definitiva, que esa espada no va a ser la espada del Cid porque ahora lo diga el PP, ni va a ser menos falsa porque lo diga el PSOE. Y cuando se habla de Historia ha de imperar una metodología científica, que consiste en que toda afirmación ha de estar respaldada por datos que lo demuestren, más allá de toda duda razonable. Decir que con esa espada “ocurre que es imposible demostrar su falsedad, entonces su valor se consagra”, no es una decisión salomónica, ni mucho menos un "análisis certero", sino una completa estupidez.
Ha de ser, en definitiva, el que postula que algo es cierto el encargado de demostrarlo y no a la inversa: yo no puedo demostrar que
no existen los Reyes Magos o el Ratoncito Pérez o que el estiercol de vaca
no cura el catarro (y existe una amplia tradición al respecto), ni que mi prima la del pueblo
no es un extraterrestre que ha ocupado su lugar. Ha de ser -insisto- aquel que postula algo el encargado de demostrarlo...