Uff, vaya pregunta,
Nahual. Casi se podría razonar más bien una respuesta flosófica que una técnica.
Para empezar habría que acotar las caracterísiticas que diferencian el sable militar del sable de duelo. Esto que intuitivamente parece muy sencillo de diferenciar, en la práctica puede suponer una seria dificultad cuando estamos hablando de tipologías intermedias, como bien podría ser el caso que tenemos entre manos.
Como norma general, podríamos decir que un sable de duelo es una evolución del sable militar hacia una esgrima más ligera y donde la potencia del golpe no es lo primordial. Pero vamos a ver para qué podría servir un sable algo distinto en el contexto del aprendizaje militar:
Un poquito de justificación práctica.
Tomando como referencia la obra de Hutton por haberlo citado en tu pregunta, recordemos que en su "Cold Steel" de 1889 nos habla de la necesidad de emplear un sable ligero "como los del Continente" con fines lectivos. No denosta el sable en uso por las fuerzas británicas en ese momento, de hecho su tratado debería ser entendido como un tratado de instrucción militar (o al menos de formadores de instructores militares), pero sí dice que a efectos de instrucción es preferible un arma algo diferente.
Siguiendo esta idea podemos llegar a la conclusión de que, para que permita una esgrima "suelta", una evolución (en este caso "de entreno") del sable militar debe ser más ligera y equilibrada hacia la guarnición que el modelo del que procede.
Así como yo lo entiendo, el texto de Liborio Vendrell demuestra la misma tendencia: se trata de un manual orientado a la esgrima del sable militar, pero abogando por un arma (o al menos por un simulador) con buenas caracterísiticas de manejabilidad.
Es lógico pensar que la formación en la esgrima de sable en ambientes militares (como es el caso de los autores que nos ocupan), ésta debe ser útil para el contexto marcial, es decir que lo aprendido en la sala de la academia debe poder trasladarse al entorno real militar, es decir, a su uso como arma de guerra.
¿Cómo hacemos eso compatible? ¿es factible emplear un simulador ligero para instrucción y extrapolar esa formación al uso de un arma real más pesada y de equilibrio más adelantado?.
En mi escasa experiencia yo diría que no solo es posible, sino que es muy recomendable. Me explico: tanto a nivel físico como psíquico nuestra habilidad para empuñar un simulador es muy pequeña en el momento inicial. Pensando en la parte física es fácil entender que un "brazo débil" (es decir, con unos músculos e inserciones tendinosas y ligamentosas no desarrollados para el ejerccico concreto) no podrá "seguir el ritmo" de entreno: al poco tiempo aparecerán fatigas localizadas, dolores e incluso pequeñas lesiones que retrasarán el desarrollo del aprendizaje. En el campo psíquico (y meto aquí también toda la parte de neurofisiología que nos permite aprender a "escuchar" a nuestro cuerpo además de propiamente la que toca al aprendizaje llamémosle "superior", que iría más en la línea del aprendizaje reglado de una clase, para entendernos) tendremos también un serio problema con un simulador excesivamente "pesado" para nuestras capacidades iniciales: a nivel de percepción no nos permitirá "notar" ciertas sensaciones importantes en el desarrollo del control del arma. Tampoco nos dejará ver tan claramente como uno más ligero la respuesta del arma a nuestras solicitudes (las inercias aquí jugarán en nuestra contra "retrasando" la percepción) y eso puede dificultar la comprensión de las justificaciones biomecánicas de nuestros movimientos.
Lógicamente estos dos aspectos hay que verlos como uno solo: el desarrollo físico condiciona la capacidad perceptiva y la velocidad de proceso y respuesta psíquicas condicionan la respuesta física.
Es por esto que pienso que los simuladores en la sala o la academia tendían a ser relativamente más ligeros que algunas de las versiones "de guerra" para las que se pretendía formar a los tiradores: tanto a nivel físico como a nivel psíquico es más sencillo formar a un debutante en los aspectos esenciales de la esgrima. Cuando éstos ya están bien desarrollados y los conceptos biomecánicos básicos están interiorizados (cuando se le "ve la lógica" a la esgrima), entonces la adapatación a un arma u otra es mucho más sencilla. Será cuestión de aprender y adaptarse a las nuevas características del arma concreta, como son el alcance del arma, el equilibrio, las inercias, la efectividad de los golpes, etc.
Lógicamente el punto de "realismo" de un simulador irá apartándose del arma emulada a media que más nos apartemos de las caractersiticas de ésta. Un florete es muy mal simulador de una espada ropera, así como un sable deportivo lo es de un sable militar, al igual que un shinai no es muy efectivo a la hora de reproducir las capacidades de una espada de mano y media.
En general los simuladores "parciales" deben ser empleados para formación básica, tanto física como psíquica, y deben ser sustituidos por otros más realistas a medida que se avance y se dominen las técnicas que entrenábamos para aquéllos en aras de desarrollar las capacidades más específicas en el manejo de un arma concreta, y por lo general este nivel de "especialización" último suele ser el combate con el simulador más realista que sea posible (lógicamente dentro de los márgenes de seguridad aceptables).
Volviendo a los sables.
¿Para qué digo todo esto?. Pues simplemente para hacer ver que el uso de un simulador (aunque como hemos visto, en el caso de Hutton sea un arma real, no un arma de entreno específcamente diseñada para eso) ligeramente más manejable que aquella arma para la que se diseña la instrucción, no implica necesariamente que nos acerquemos a una tipología diferente o a conceptos últimos de utilización distintos, como sí ocurre entre un sable de duelo y uno militar.
En otras palabras, que un simulador militar puede recordarnos a un sable de duelo precisamente porque su diseño persigue una cierta ligereza y agilidad de uso, justo los mimos preceptos que guían la evolución como arma del sable de duelo partiendo de uno militar.
Además hay otra puntualización al respecto de estas dos variedades de arma que pueden hacer un poco más enrevesada su evolución: la presencia del simulador de sable "de sala" (y esto lo diré muy de pasada para no desviarnos en exceso de la temática de la tira).
Aunque el sable de duelo pueda provenir directamente del sable militar por la evolución que comentábamos al principio -aligeramiento y retraso del equilibrio para una esgrima más ágil y menos "contundente"- también puede haber estado influenciado su desarrollo -al menos en las tipologías más cercanas en el tiempo- por el simulador de esgrima de sala: una hoja muy parecida a la del florete o de la espada "de terreno" negra.
Los simuladores militares son por lo general de madera o de acero reproduciendo con mayor o menor acierto la hoja real, lo cual implica un uso de protecciones adecuadas, pero en el caso de la esgrima de sala (y pensando que por lo habitual ya sería para entrenar un sable de duelo o "civil") se prefirió el empleo de una hoja algo más ligera y flexible que no hiciera necesario el uso de una proteccion tan "farragosa" como la militar.
Es lógico pensar que esta elección fue posible porque el sable de duelo era ya muy ligero y en cierta medida mucho más flexible que su homólogo militar, pero habría que estudiar cómo influyó la esgrima aprendida en la sala al desarrollo y evolución de los sables de duelo. La esgrima y las armas como bien sabemos ya, evolucionan en conjunto.
Como ejemplo ilustrativo de esta variedad de soluciones para entreno, podemos recordar en nuestros dias la polémica entre los interpertadores de esgrima antigua acerca de las armas negras acolchadas frente al uso de protecciones más robustas y armas más realistas: ¿"blindamos" al esgrimista o al arma (o la sobrealigeramos, como en el caso de los shinai)?.
Concluyendo.
¿Qué era la "espada antigua" que comentaba Vendrell?.
Pues posiblemente una espada de caballería de línea o una espada militar de infantería, recta, buena tajadora pero a la par muy recia y con gran capacidad de penetración sobre objetivos protegidos. Tal vez no fuera un arma excesivamente ágil al compararla con sus contemporáneas civiles, pero sí que era perfectamente adecuada para su entorno marcial.
¿El sable de Liborio Vendrell era un sable militar o de duelo?.
Como hemos dicho, mi modesta opinión es que en efecto se trata de instrucción para sable militar, independientemente de que se emplee un simulador algo más ligero para facilitar el aprendizaje básico o simplemente para que el texto fuera "extrapolable" a todas las variedades de sables militares en uso en el momento.
Eso no quita que una buena parte de lo que se explica en este texto no pueda volcarse directamente en el uso del sable de duelo de la época.
¿Coinciden las guardias y movimientos del tratado de Henry D'Angelo (Hungarian...) con el de Liborio Vendrell?
En efecto ambos son sables y como tales son armas que precisan de soluciones biomecánicas cuanto menos similares. Pese a todo, no creo que la coincidencia sea simplemente casual o de evoluciones paralelas: la escuela de sable predominante en toda europa era fundamentalmente la misma, con variedades locales que a veces pueden parecer relativamente diferentes, pero en el fondo muy similares en lo básico una vez que enmarcamos la adaptación de la esgrima al arma y al contexto de utilización: un sable corto y pesado necesitará de una esgrima con soluciones específicas frente a uno más largo y ligero, del mismo modo que también lo hará el uso de dos sables casi iguales para un contexto de utilización tan diferente como pueda ser el de un cuerpo de caballería de línea frente a uno de caballería ligera.
En este caso concreto las guardias y algunos ejercicios en efecto son prácticamente iguales. De hecho leyendo el tratado de Liborio vendrell y algunos de sus contemporáneos vemos que suelen hacer énfasis en la efectividad de algunas guardias sobre otras y no siempre coinciden entre ellos. En el tratado de D'Angelo se priorizan unas y se omiten otras menos usadas para su sistema, posiblemente por cuestiones de eficiencia (o al menos eso parece; esto de hacer un tratado ilustrado y sin texto no invita mucho a entrar en cuestiones interpretativas acerca de su filosofía).
Y como colofón vamos a puntualizar lo que a estas alturas ya todos sabemos: aunque agradezca la consideración a la hora de formularme una pregunta directa,
Nahual, y que además me encante escribir posts ridículamente largos, me temo que en este foro estoy muy lejos de las posiciones "de cabeza", pues aquí hay auténticos expertos en este tema que podrán dar una opinión mucho más fundamentada que la mía, así que a su cosideración dejo mis palabras.
Saludos.
