De los Maestros en el mundo de la Esgrima Histórica
Publicado: Jue Jun 02, 2016 1:21 pm
Acabo de leer el artículo del Maestro Bomprezzi que me ha resultado muy interesante y esclarecedor con respecto al arte que practicamos (bueno, en mi caso, que practiqué durante un tiempo).
Me surge una única duda, ya que en todo sistema basado en la maestría y en los grados (que incluyen lógicamente la realización de una prueba), al final existe un baremo, un patrón con el que hay que compararse para decidir si alguien ha superado la prueba.
En nuestro caso, es el maestro (o aquellos a quienes él designe), el que con su mejor saber y experiencia puede mejor que nadie decidir quién ha superado (o no) la prueba y permitir al alumno-diestro alcanzar el grado deseado.
Pero en el caso que nos ocupa, en el que estamos tratando de resucitar un arte olvidado, no existen maestros que puedan decidir si un maestro ha alcanzado el grado de maestro o no. Caemos por lo tanto en el subjetivismo y en el riesgo de que "cualquiera" pudiera pedir para sí el grado de maestro, pues no existe un baremo, un patrón con el cual compararnos (ciertamente existió, pero el último Maestro en Destreza desapareció hace siglos).
Creo que la única posible solución aparece implícitamente en el artículo al confrontar su Arte y su Método con otros Maestros, y otras escuelas. No tanto para mostrar una superioridad absoluta (que nunca puede existir en la práctica de este Arte), si no para mostrar que tanto él, como sus alumnos, han alcanzado o pueden alcanzar, un nivel suficiente en el Arte de la Esgrima.
Dentro de unas décadas este problema estará mucho más acotado, pues los maestros habrán superado las pruebas delante de otros maestros, pero en este momento la única forma que se me ocurre es aumentar (aún más si cabe) las ocasiones para compararnos a todos los niveles, con diferentes escuelas, tanto nacionales, como internacionales.
Y no se me malinterprete, que el vencer en asalto a un maestro no hace a nadie maestro, pues se requieren otros requisitos, como bien nos ha explicado en su artículo. Pero un maestro debe ser capaz de tirar con suficiente competencia con cualquier otro maestro, y formar diestros que sean capaces de batirse con igual competencia con otros diestros (sin olvidar las evidentes diferencias individuales, de edad o de condición física).
Muchas gracias por el artículo.
Me surge una única duda, ya que en todo sistema basado en la maestría y en los grados (que incluyen lógicamente la realización de una prueba), al final existe un baremo, un patrón con el que hay que compararse para decidir si alguien ha superado la prueba.
En nuestro caso, es el maestro (o aquellos a quienes él designe), el que con su mejor saber y experiencia puede mejor que nadie decidir quién ha superado (o no) la prueba y permitir al alumno-diestro alcanzar el grado deseado.
Pero en el caso que nos ocupa, en el que estamos tratando de resucitar un arte olvidado, no existen maestros que puedan decidir si un maestro ha alcanzado el grado de maestro o no. Caemos por lo tanto en el subjetivismo y en el riesgo de que "cualquiera" pudiera pedir para sí el grado de maestro, pues no existe un baremo, un patrón con el cual compararnos (ciertamente existió, pero el último Maestro en Destreza desapareció hace siglos).
Creo que la única posible solución aparece implícitamente en el artículo al confrontar su Arte y su Método con otros Maestros, y otras escuelas. No tanto para mostrar una superioridad absoluta (que nunca puede existir en la práctica de este Arte), si no para mostrar que tanto él, como sus alumnos, han alcanzado o pueden alcanzar, un nivel suficiente en el Arte de la Esgrima.
Dentro de unas décadas este problema estará mucho más acotado, pues los maestros habrán superado las pruebas delante de otros maestros, pero en este momento la única forma que se me ocurre es aumentar (aún más si cabe) las ocasiones para compararnos a todos los niveles, con diferentes escuelas, tanto nacionales, como internacionales.
Y no se me malinterprete, que el vencer en asalto a un maestro no hace a nadie maestro, pues se requieren otros requisitos, como bien nos ha explicado en su artículo. Pero un maestro debe ser capaz de tirar con suficiente competencia con cualquier otro maestro, y formar diestros que sean capaces de batirse con igual competencia con otros diestros (sin olvidar las evidentes diferencias individuales, de edad o de condición física).
Muchas gracias por el artículo.