Conclusiones El Batallador
Publicado: Mié Jul 30, 2014 8:43 pm
La Sala de Armas El Batallador es una sala de Esgrima Histórica asentada en España desde hace 10 años por un grupo de entusiastas, en una época donde apenas había movimiento mayoritario en esta actividad. Se levantó desde la nada con esfuerzo y dedicación, estudio y colaboración con otras salas nacionales. Así, poco después de comenzar las andadas la sala se unió al compendio nacional de salas de la Asociación Española de Esgrima Antigua, en aquella época con el nombre de Asociación Zaragozana de Esgrima Antigua (AZEA).
La AEEA, en su buen hacer, definió una serie de planteamientos técnicos, didácticos, y una serie de normas sobre uniformidad, seguridad y, más adelante, titulaciones.
Estas normas eran parte de la lista de obligaciones globales para todas las Salas AEEA. Se definieron también una serie de derechos que tenía la sala perteneciente, como academias de instructores, derecho a participación en encuentros cerrados AEEA, etc.
La Sala de Armas El Batallador comparte los planteamientos técnicos y didácticos de la AEEA sin entrar en lo particular, y consideramos los aspectos de seguridad ajustados a nuestras necesidades.
Sin embargo, a través de los años y la evolución de la Sala, hemos ido viendo como las obligaciones que la AEEA expone sobre la uniformidad y titulaciones no encajan con nuestra forma de entenderlas. Esto no quiere decir que no las respetemos, porque para nosotros, cada sala es una autoridad en cuestiones internas, y debería auto gestionarse si así lo desea. Pero esto no es posible dentro de un colectivo como la AEEA, donde la reglamentación de la sala queda supeditada.
Por supuesto, entendemos perfectamente que haya salas que busquen y quieran esto, aunque en nuestro caso, somos una sala con un recorrido individual y unas ideas más establecidas hacia una visión internacional y global, en vez de a un colectivo nacional concreto.
Nos gustaría exponer aquellos puntos que no concuerdan con nuestro planteamiento interno en la Sala de Armas El Batallador.
UNIFORMIDAD
En Zaragoza tenemos unas normas de uniformidad, pero son normas locales. La uniformidad en la AEEA, a nuestra forma de ver, no es correcta por diversos motivos. Esto no quiere decir que no funcione para los demás, sencillamente nuestra sala no encaja en estas normas de la AEEA. Vamos a exponer los diferentes puntos, pero nos gustaría que nadie se enojara por nuestra visión, sencillamente nos gustaría aclarar las razones por las que no coincidimos:
-Primero es el acercamiento a la esgrima deportiva, pues esa es la visión que genera de cara al exterior.
-Segundo es la escasez de protección que genera y por ello, la destrucción de esa misma uniformidad debido a la necesidad de colocar protecciones adicionales que empobrecen excesivamente la uniformidad, haciendo que cada uno lleve unas prendas distintas con distintos colores y formas.
-Tercero, toda la comunidad internacional (o la mayoría) tiende al negro como uniforme, sin imponerlo, es el curso natural y lo que va a definir y diferenciar a la Esgrima Histórica de todo lo demás.
-Cuarto es la limpieza. El blanco es muy sucio.
-Quinto, los gustos. En esta actividad que apenas acaba de nacer, tenemos la oportunidad, como no es el caso en otras actividades, de escoger la uniformidad que más se acerque a los gustos de los participantes.
Están enumerados por orden de importancia. Pero todos son importantes para nosotros.
RANGOS
Nosotros sí que tenemos rangos, pero tenemos los nuestros. En la sala no compartimos que un rango deba ganarse por examen puesto que, a nuestra forma de ver, la validez no se demuestra un día ante un juez, se demuestra a través de los años y el evaluador es el instructor que está ahí para que un día decida que ese alumno, por antigüedad y validez, reciba ese título, en caso de que el alumno acepte la responsabilidad que acarrea. Consideramos que un examen no es representativo de la calidad y validez de un alumno, sino que es demostrado a los demás instructores con la dedicación, implicación y evolución en la constancia. Es por eso que seguimos este otro camino.
Respetamos los rangos de la AEEA, pero no por el rango en sí, sino por su validez y sus capacidades. También respetamos las responsabilidades que acepta un alumno al ostentar el rango.
Así pues, para nosotros es el respeto lo que lleva al rango o título, y no el rango o título el que lleva al respeto.
Así mismo, la uniformidad base no es para nosotros indicador del rango o título, sino la uniformidad complementaria (brazalete en nuestro caso). La función es meramente el recordatorio a los alumnos de que disponen de un instructor cerca al que pueden recurrir. En la práctica es innecesario si la clase no es excesivamente grande, pues cada alumno ya sabe a quién puede recurrir buscando ayuda.
CONCLUSIÓN
A través de los años la Sala de Armas El Batallador se ha convertido en una sala con autoridad interna, gestionando sus propias normativas, a veces coincidiendo con otros colectivos nacionales, a veces coincidiendo más con la tendencia global respecto a la Esgrima Histórica. Consideramos que nuestro planteamiento y visión es más adecuado para nuestras necesidades, lo cual no quiere decir que lo sea para otras salas. Respetamos los planteamientos de otras salas respecto a estos temas, y nuestra relación con el compendio de salas nacionales ha sido, es y será siempre amistoso y participativo. Estamos ampliamente interesados en la colaboración con otras salas y asociaciones en todos los aspectos didácticos y técnicos.
Dicho esto, y por respeto a todos los miembros pertenecientes a la Asociación Española de Esgrima Antigua, consideramos que la Sala de Armas El Batallador no encaja lo suficiente con las exigencias normativas de la AEEA, por lo que a partir de ahora dejará de formar parte integrante de esta asociación nacional, manteniendo por nuestra parte una actitud colaborativa en todos los aspectos meramente esgrimísticos, y aunque esto pueda sonar desalentador, nuestra intención es estrechar cada día más los lazos con el resto de salas nacionales y poder compartir más encuentros juntos. Aunque esto pueda sonar como una ruptura, sin duda para nosotros significa poder desarrollar plenamente nuestras ideas de forma autónoma, y ese desarrollo llevará sin duda a una mejor conexión con el resto de salas.
La AEEA, en su buen hacer, definió una serie de planteamientos técnicos, didácticos, y una serie de normas sobre uniformidad, seguridad y, más adelante, titulaciones.
Estas normas eran parte de la lista de obligaciones globales para todas las Salas AEEA. Se definieron también una serie de derechos que tenía la sala perteneciente, como academias de instructores, derecho a participación en encuentros cerrados AEEA, etc.
La Sala de Armas El Batallador comparte los planteamientos técnicos y didácticos de la AEEA sin entrar en lo particular, y consideramos los aspectos de seguridad ajustados a nuestras necesidades.
Sin embargo, a través de los años y la evolución de la Sala, hemos ido viendo como las obligaciones que la AEEA expone sobre la uniformidad y titulaciones no encajan con nuestra forma de entenderlas. Esto no quiere decir que no las respetemos, porque para nosotros, cada sala es una autoridad en cuestiones internas, y debería auto gestionarse si así lo desea. Pero esto no es posible dentro de un colectivo como la AEEA, donde la reglamentación de la sala queda supeditada.
Por supuesto, entendemos perfectamente que haya salas que busquen y quieran esto, aunque en nuestro caso, somos una sala con un recorrido individual y unas ideas más establecidas hacia una visión internacional y global, en vez de a un colectivo nacional concreto.
Nos gustaría exponer aquellos puntos que no concuerdan con nuestro planteamiento interno en la Sala de Armas El Batallador.
UNIFORMIDAD
En Zaragoza tenemos unas normas de uniformidad, pero son normas locales. La uniformidad en la AEEA, a nuestra forma de ver, no es correcta por diversos motivos. Esto no quiere decir que no funcione para los demás, sencillamente nuestra sala no encaja en estas normas de la AEEA. Vamos a exponer los diferentes puntos, pero nos gustaría que nadie se enojara por nuestra visión, sencillamente nos gustaría aclarar las razones por las que no coincidimos:
-Primero es el acercamiento a la esgrima deportiva, pues esa es la visión que genera de cara al exterior.
-Segundo es la escasez de protección que genera y por ello, la destrucción de esa misma uniformidad debido a la necesidad de colocar protecciones adicionales que empobrecen excesivamente la uniformidad, haciendo que cada uno lleve unas prendas distintas con distintos colores y formas.
-Tercero, toda la comunidad internacional (o la mayoría) tiende al negro como uniforme, sin imponerlo, es el curso natural y lo que va a definir y diferenciar a la Esgrima Histórica de todo lo demás.
-Cuarto es la limpieza. El blanco es muy sucio.
-Quinto, los gustos. En esta actividad que apenas acaba de nacer, tenemos la oportunidad, como no es el caso en otras actividades, de escoger la uniformidad que más se acerque a los gustos de los participantes.
Están enumerados por orden de importancia. Pero todos son importantes para nosotros.
RANGOS
Nosotros sí que tenemos rangos, pero tenemos los nuestros. En la sala no compartimos que un rango deba ganarse por examen puesto que, a nuestra forma de ver, la validez no se demuestra un día ante un juez, se demuestra a través de los años y el evaluador es el instructor que está ahí para que un día decida que ese alumno, por antigüedad y validez, reciba ese título, en caso de que el alumno acepte la responsabilidad que acarrea. Consideramos que un examen no es representativo de la calidad y validez de un alumno, sino que es demostrado a los demás instructores con la dedicación, implicación y evolución en la constancia. Es por eso que seguimos este otro camino.
Respetamos los rangos de la AEEA, pero no por el rango en sí, sino por su validez y sus capacidades. También respetamos las responsabilidades que acepta un alumno al ostentar el rango.
Así pues, para nosotros es el respeto lo que lleva al rango o título, y no el rango o título el que lleva al respeto.
Así mismo, la uniformidad base no es para nosotros indicador del rango o título, sino la uniformidad complementaria (brazalete en nuestro caso). La función es meramente el recordatorio a los alumnos de que disponen de un instructor cerca al que pueden recurrir. En la práctica es innecesario si la clase no es excesivamente grande, pues cada alumno ya sabe a quién puede recurrir buscando ayuda.
CONCLUSIÓN
A través de los años la Sala de Armas El Batallador se ha convertido en una sala con autoridad interna, gestionando sus propias normativas, a veces coincidiendo con otros colectivos nacionales, a veces coincidiendo más con la tendencia global respecto a la Esgrima Histórica. Consideramos que nuestro planteamiento y visión es más adecuado para nuestras necesidades, lo cual no quiere decir que lo sea para otras salas. Respetamos los planteamientos de otras salas respecto a estos temas, y nuestra relación con el compendio de salas nacionales ha sido, es y será siempre amistoso y participativo. Estamos ampliamente interesados en la colaboración con otras salas y asociaciones en todos los aspectos didácticos y técnicos.
Dicho esto, y por respeto a todos los miembros pertenecientes a la Asociación Española de Esgrima Antigua, consideramos que la Sala de Armas El Batallador no encaja lo suficiente con las exigencias normativas de la AEEA, por lo que a partir de ahora dejará de formar parte integrante de esta asociación nacional, manteniendo por nuestra parte una actitud colaborativa en todos los aspectos meramente esgrimísticos, y aunque esto pueda sonar desalentador, nuestra intención es estrechar cada día más los lazos con el resto de salas nacionales y poder compartir más encuentros juntos. Aunque esto pueda sonar como una ruptura, sin duda para nosotros significa poder desarrollar plenamente nuestras ideas de forma autónoma, y ese desarrollo llevará sin duda a una mejor conexión con el resto de salas.