Introducción (o Disculpas previas por lo que se os avecina).
Pensaba en escribir algo sobre este tema desde el post inicial, pero me he contenido en parte porque éste sí que es un tema en el cual me gustaría extenderme (con los peligros de longitud del post que ello lleva, ya me conocéis) y en parte también porque veía necesario tratar conceptos con los que probablemente no todo el mundo esté familiarizado y cuya explicación alargaría aún más mi intervención. Y todo esto para no mencionar que aún tengo pendiente otra intervención en otra tira ante la cual nobleza obliga (desde aquí, un guiño a Jorge Tenor para que vea que, aunque no lo parezca, me preocupo por sus inquietudes sobre tallas y soluciones nutricionales).
Sin embargo, aunque en principio prefería no meterme, con todo lo que se ha ido desarrollando por aquí y las interesantísimas aportaciones que se han hecho sobre este tema, creo que no me queda más remedio que participar un poquito.
Hace unos instantes acabo de ver un reportaje sobre entrenamiento mental de los pilotos de Fórmula 1 en el Discovery Channel. Aunque no se hayan desarrollado mucho algunos conceptos básicos y se haya centrado más en la mística de algunos otros, es siempre reconfortante ver cómo alguien aplica aquello que tú has estudiado y que te habías imaginado empleando exactamente igual cómo hace alguien reputado en un campo tan atrayente como es la alta competición.
¿A qué viene ahora hablarnos de este reportaje, diréis vosotros? pues simplemente a que en él se han tocado algunos conceptos que creo que, tal vez un poco de pasada o de forma más bien espontána o intuitiva, han ido apareciendo a lo largo de estas intervenciones.
Mirad, en el reportaje un psicólogo especializado en Deportiva recurría a técnicas de visualización (con hipnosis de planos superficiales incluida, de las que a mí me gustan, además), de aumento de proceso de información como complementos al aprendizaje y al proceso instantáneo de respuestas rápidas (también tocaba otros puntos muy importantes como control de emociones o automotivación y control de estrés en los que ahora no entraremos, pero que reseño como interesantes por si alguien puede ver este reportaje o si está interesado en la psicología deportiva).
Estos conceptos de respuesta rápida no consciente (voy a evitar la palabra "subconsciente" para no confundir, aunque a este nivel podríamos hablar casi sin problemas de sinonimia entre "incosnciente", "subconsciente" y "no consciente") son más o menos lo que se ha ido comentando aquí cuando se hablaba de "automatizar" las respuestas aprendidas a base de práctica.
Un poco de teoría (o Cuidadín que ahora vienen curvas).
No voy a entrar en los entresijos a nivel neurofisiológico de todo esto de la automatización, porque ya nos pasaríamos tres pueblos del tema, pero sí me gustaría dejar un par de conceptos con los que tal vez algunos estén familiarizados. Supongo que muchos de los que hayáis recibido estudios de la rama de ciencias (físicos, matemáticos e informáticos por citar algunas disciplinas de las que me consta que hay representantes en este foro y en donde puede que hayáis oido hablar de ello) estaréis familiarizados con el concepto de redes neuronales. Para quienes no lo hayan oido nunca podemos decir que simplemente es un modelo de cómo funciona un cerebro a partir de sus constituyentes básicos, las neuronas, que son unas células que tiene por un lado varios puntos de entrada de señales y por otro uno de salida: esta neurona se "programa" para que conceda un "valor" (se haga más sensible, si queremos) a unas de esas entradas o a otras. La "suma" de los valores de esas entradas provocarán o no, de llegar a un límite mínimo (para lo cual dicha neurona tendrá una sensibilidad "programada" a cada entrada), una respuesta de salida de esa neurona que a su vez puede servir de vía de entrada a la siguiente. El concepto en sí es simple, aunque se complica a medida que vamos añadiendo nuevos niveles de neuronas, pero quedémonos con la idea básica de que la sensibilidad de cada entrada de esas neuronas se puede programar para que sea más o menos receptiva (más "sensible") a cada entrada.
Cuando aprendemos por primera vez algo, lo que sea, atravesamos una fase en la que debemos procesar a nivel consciente la nueva información que aún no tenemos asimilada. En las primeras clases de esgrima serán cosas tan básicas como la posición de los pies, los pasos, el arma, etc. En los primeros ejercicios de combate será la posición relativa del arma contraria respecto a la nuestra, el inicio de movimientos por parte de nuestro rival, etc.
En ese momento a través de nuestros sentidos nos llegará una exagerada cantidad de información que deberemos procesar y respecto a la cual solo sabemos la respuesta que nos han enseñado (con el modelo de las redes neuronales tendríamos muchas entradas pero casi todas de la misma intensidad -"no programadas"-, lo cual llevaría a muchas respuestas de excitabilidad a los siguientes niveles de neuronas y una respuesta muy difusa -muchas neuronas participando-, lo cual es muy poco eficiente -hay demasiadas "respuestas" apareciendo que no sirven para nada-). A medida que, conscientes de la respuesta que debemos dar, repetimos y "optimizamos" el ejercicio (nos "acostumbramos" a él) vamos comprobando como ciertas informaciones que nos llegan a través de los sentidos son superfluas para la respuesta que se nos pide y nos "olvidamos" de ellas. Hasta aquí lo que estaría pasando es que vamos "programando" las neuronas (no entraremos en ese mecanismo de programación, que aunque es relativamente sencillo es largo de explicar; quedémonos con la idea de que realmente se "autoprograman" por cuestiones de eficiencia) de tal manera que llega un punto en que solo tiene valor para la respuesta aquella información necesaria, desechándose la información supreflua.
Qué ha ocurrido con todo esto: pues que hemos "optimizado" el aprendizaje. En este punto nos encontraríamos cuando empezamos a ejecutar con corrección y en el momento adecuado una técnica, tanto básica como avanzada, de una forma fluida.
Entra también otro mecanismo en juego, que posiblemente identifiquemos más con la "automatización" de la que ya se ha hablado antes en esta tira, y que básicamente es el traslado de estos mecanismos aprendidos (estas "conexiones" ya "limpias" entre neuronas) a otras zonas del cerebro donde su "almacenaje" sea más simple y rápido para proporcionar una respuesta.
En el reportaje que os comentaba se hablaba de un "volcado" de información (o de respuestas, que es un término probablemente más intuitivo para este tema) desde la corteza cerebral a otras estructuras como el cerebelo. Esto es un exceso de simplificación, pero por cuestiones de simplicidad expositiva vamos a decir que es básicamente acertado: esas "conexiones limpias" que hemos optimizado, poco a poco y a medida que las vayamos ensayando, encontrarán acomodo en esas zonas de respuesta más instantánea como pueden ser (al menos en parte) algunas estructuras del cerebelo.
En otras palabras, que a base de mucho repetir esas técnicas ya de por sí bien realizadas, conseguiremos "interiorizarlas" de tal manera que sean casi no conscientes, o al menos parcialmente no conscientes.
Evidentemente estas dos fases no son procesos independientes y no ocurren uno justo después del otro ni tampoco son procesos excluyentes e irreversibles: todo esto ocurre a la vez y durante esta fase de aprendizaje, perfeccionamiento (u optimización) y de automatización hay constantes "reajustes", que serían por ejemplo cosas que se hayan automatizado y que deben volver a un plano consciente, o, bajando otra vez un poco al nivel de las neuronas, entradas a las que se les ha dado más importancia que la que deberán tener y cuya "sensibilidad" se deberá ajustar a la baja antes de producir la respuesta que viajará a la siguiente neurona.
Creo que los conceptos de aprendizaje, optimización consciente y automatización (que también podríamos ver como una optimización no consciente) han quedado bastante claros, pues en el fondo es lo que ya conocíamos de antes (con otras palabras menos embarazosas).
Un poquito de esgrima (o Por fin algo "in topic").
Vamos ahora a la parte que nos interesa, que no es otra que la aplicación de todo este embrollo a la esgrima:
El caso es que, como ya se ha venido diciendo por otros contertulios, esta fase de control no consciente de la que estábamos hablando no es demasiado efectiva por sí sola para la esgrima, o al menos no para la esgrima histórica occidental con la que estamos familiarizados.
¿Por qué? pues porque como bien habéis dicho antes, no vale solo con una optimización de las entradas (la evaluación "simplificada" de la información al "ignorar" ciertas entradas, del primer proceso de optimización del que hablábamos) y/o una gran rapidez de las respuestas (la emisión de respuestas rápidas del segundo proceso de automatización por cambio de lugar de "almacenaje" que hemos tratado).
En la esgrima histórica occidental (ya hablaremos de ciertas peculiaridades de las otras en su momento) necesitaremos de una elección consciente de las técnicas para no caer en tretas del rival o en nuestros propios errores de apreciación.
Dichas técnicas se ejecutarán a nivel optimizado una vez iniciadas (con una cierta capacidad de "autofrenado" o de "controlabilidad" dentro de unos límites fisiológicos) y su elección puede ser causada por detalles realmente sutiles, con "entradas" de información muy escasas, que pueden ser conscientes o no (p.e. podemos sorprendernos pensando "si me vuelve a tocar la hoja por este lado con esa guardia, le lanzo una estocada justo por aquí mientras me desplazo y me cubro con el arriaz en mi avance", pero para que la técnica sea efectiva, al darse esa combinación de "entradas" debemos "saltar" de forma automática).
Pero para que la ejecución sea lo más eficaz posible (óptima en ejecución y en sensibilidad a entradas durante la ejecución, o al menos al principio de ésta y también con la rápidez mayor que pueda conseguir nuestro cerebro) deberemos tenerla interiorizada (optimizada y convertida en una respuesta rápida) de antemano.
El combate (o Menos mal que ya falta poco para que esto acabe).
Volviendo a la realidad de un combate, en éste podremos pensar estrategias conscientes (y a niveles muy elevados de consciencia) en los momentos en que el combate dé para ello, pero las tácticas (las técnicas a elegir en función del comportamiento del rival) y las ejecuciones de la técnica del momento son las que decidirán el asalto en el momento en que se produzca.
En cada uno de estos tres tipos de pensamiento (estrategia, táctica y ejecución) emplearemos una cantidad diferente de neuronas, de más a menos para entendernos, conllevando ello diferentes velocidades de respuesta que posibilitarán su suo o no dentro del momento preciso del combate. La función de cada tipo de pensamiento en cada caso será la elección del siguiente escalón: la estrategia nos llevará a elegir un conjunto de tácticas o una táctica concreta, y las tácticas a una ejecución determinada ante una oportunidad.
Con todo este rollazo lo que quiero ilustrar es que la maestría no depende solo de la capacidad de ejecución eficaz ni del empleo de una táctica adecuada que se domine perfectamente, ni de la elección de esta en función del adversario, sino del correcto uso de los tres niveles de pensamiento y de su interactuación.
Con un símil militar tendríamos que el que tenga esa capacidad estratégica y de elección de tácticas será un muy adecuado alto mando, por ejemplo un general; el que sea capaz de ejecutar con maestría una táctica encaminada a buscar huecos o en debilitar las defensas del rival será un muy buen conductor de sus tropas en la batalla, por ejemplo un capitán; y el que sea capaz de realizar la ejecución de la técnica casi sin pensar (aunque, al menos al principio, eligiendo muy bien detalles de dicha ejecución que marcarán la diferencia entre que ésta sea efectiva o no, aunque una vez iniciada la ejecución deba cumplirse como se había entrenado, de la forma más rápida y optimizada), ése será un fiero soldado.
Un maestro de esgrima, en la acepción de "maestro" como aquel que alcanza la "maestría" (perdón por definición tautológica), será el que consiga coordinar correctamente estos tres niveles con el adecuado procesamiento mental que le permita ser eficaz (adecuado y óptimo) en cada uno de ellos.
Particularidades de algunos otros estilos (o Por Dios, que alguien pare este rollazo).
Respecto a las "otras" esgrimas (perdón por la simplificación) a las que hacía referencia, decir que lógicamente cumplen los mismos preceptos (también son esgrimas y también combaten dos personas), pero por ejemplo en la esgrima deportiva encontrará mejor acomodo la optimización de la ejecución rápida con movimientos totalmente automatizados que en la esgrima histórica podrían verse como suicidas por aquéllo de la invalidez del doble tocado o de la diferencia del "tocado" de muerte frente al de simple herida (aunque evidentemente no sería justo decir que la esgrima deportiva es una esgrima de "instinto", pero sí que permite más cabida a una optimización neurológica de este tipo).
Otra esgrima que ya se ha comentado en esta tira es la histórica japonesa. Personalmente pienso que la mayor parte de lo que nos ha llegado ha través de algunas escuelas ha sido filtrado por cuestiones relativamente recientes como es la ausencia de armaduras a partir de un momento histórico concreto y el mantenimiento (pese a ciertas optimizaciones) de armas de uso principalmente de corte y sin apenas guardas. Creo que todo esto influyó mucho, posiblemente también ayudado por algunas filosofías más contemplativas que incluían entre su repertorio técnico sistemas de "parada mental" o de búsqueda de "otros niveles" de percepción, en este concepto "exótico" que era el que se recogía en el primer post: el de "no pensar en nada" y en ese "movimiento instintivo", que sería básicamente centrarse en el movimiento y posición del rival para lanzar el ataque automático más rápido posible. Ya digo que no creo que esto fuera así en la esgrima japonesa tradicional, dodne conceptos como la estrategia, la táctica y la ejecución serían exactamente iguales a los de la esgrima histórica occidental, porque a nivel neurológico todos somos, cuanto menos, muy, pero que muy parecidos.
Epílogo (o Definitivamente este hombre ha perdido la cordura).
Bueno, al final veo que me ha quedado algo indigerible y que me he dejado la mitad de las cosas que quería contar. No he hablado de la optimización de la información sensorial (o del aumento de procesamiento de ésta para aumentar el acierto de los procesos de elección) ni del proceso de "reaprendizaje" ni tan siquiera de las técnicas de visualización como parte del aprendizaje. Me consuela pensar que muchos agradecerán que esto haya sido así.
Mis disculpas por el rollo, pero es que esta vez se ha tocado "mi" campo (es decir, en el que ahora estoy formándome, no en el que me permite llenar el puchero) y quería recrearme un poco en él.
Saludos.
PD: como hasta aquí no habrá llegado nadie (despierto al menos), voy a dejar la postdata vacía solo por darme el gustazo.
