El tiempo de producción/coste de horas/hombre es también similar aunque pueda parecer lo contrario, pues en las dos situaciones requiere de tratar diferentes materiales con diferentes técnicas para lograr el mismo fin. Posiblemente el mayor coste de la mano de obra especializada en España en ese momento concreto hiciera que se diera un salto productivo hacia tecnologías para optimizar el tiempo dedicado a cada proceso, pero hay que recordar que el tiempo de producción de un taller japonés a pleno rendimiento (por ejemplo para satisfacer una demanda productiva elevada como en el caso del rearmado de un ejército tras una batalla) posiblemente fuera muy similar al de un taller similar en España, independientemente de que se empleara un mayor o menor número de operarios. Recordemos que por una simple cuestión de economía de mercados el coste de un material de gran producción como son las armas de guerra para tropa debe adecuarse a la demanda, y esa ley es tan válida aquí como en cualquier otro lugar y momento.
Desarrollando un poco más esta idea del coste, nos topamos con que, dado que en ambos lugares se podrían producir tanto espadas con un grado de acabado y de perfección extraordinarios como un arma "reglamentaria", se pudiera contar con un margen de precios amplísimo en función de sus calidades y de la consecuente dedicación que ello requeriría, pues recordemos que en ambas culturas hay desde clases muy pudientes entre las que dicha arma supone un símbolo de estátus, como otras para las cuales éstas son simples herramientas, lo cual a la fuerza crea su valor en el mercado.
Resumiendo, que esto ya está quedando un poco largo además de estar ya desviándonos mucho del tema inicial, que la producción de un arma y la otra eran muy similares cuando tenemos en cuenta todos esos factores que comentamos.
Si nos ceñimos a la cuestión técnica, una de las pocas diferencias productivas que les encuentro a ambas espadas es el material de base, que en el caso de las katanas llega al forjador en un estado mucho menos purificado que en el caso de las roperas del XVI-XVII, lo que obliga a tomar una serie de medidas para obtener la materia prima deseada. Sin embargo si tomáramos como conjunto todo el proceso desde que se extrae el mineral base hasta que se obtiene el producto acabado, veríamos que el tratamiento total del material no difiere tanto en los dos casos. Simplemente hay una diferencia de utilización de recursos, tanto los tecnológicos como los materiales como los humanos, los cuales no tienen exactamente el mismo valor en cada cultura y momento histórico y como tales deben ser evaluados.
Respecto a lo que dices de los costes de producción actuales de shinken, posiblemente si intentáramos reproducir en un taller actual el método tradicional equivalente en ese momento en España para la producción de las roperas de similar nivel de acabado, acabaríamos con unos costes de producción muy similares a los de un kaji japonés, pues como ya digo la dificultad de los procesos en ambos casos es bastante parecida.
De hecho podemos observar perfectamente el proceso inverso: ¿es posible atender a la demanda de un mercado que solicita armas de corte tradicional por un valor -por repetir las cifras- de entre 300 y 1000 Euros?. La respuesta es que sí: de la misma manera que hay roperas producidas artesanalmente por ese precio gracias al empleo de materiales y técnicas productivas modernas, también podemos disfrutar de katanas con el mismo tipo de optimización productivo para adaptarse a las características del mercado. Y estos productos serán todo lo tradicionales que el coste de producción les permita. A partir de ahí, la tradicionalidad, traducida en forma de descenso de la optimización productiva, se paga.
Saludos.
PD: A día de hoy, existen artesanos que recogen arenas férreas fluviales, las funden en un horno tradicional de carbón donde obtienen unos bloques de acero con muchas impurezas, separan los de mayor riqueza de aquéllos más pobres en carbono, los cuales a su vez refinan en la forja a base de martillo, y a partir de esos materiales forjan hojas con núcleo "blando" mediante técnicas de plegado tradicionales. Hojas que templan, afilan y pulen también con técnicas tradicionales y artesanas. ¿Producen estos artesanos katanas tradicionales de alto coste? Pues casi: producen espadas occidentales tradicionales de altísimo coste. De hecho son tan caras que no conozco a nadie que las posea, conformándose la inmensa mayoría de los mortales con aquéllas del rango entre 300 y 1000 Euros de los que hablábamos. Como veis ha vuelto a hablar la ley del mercado.
PPD: He escrito esto en dos partes porque me he topado de bruces con alguna fuerza extraña que me impedía publicarlo todo en un solo post, cuando estaba muy lejos del límite de 60.000 caracteres que permite esta versión del foro (8.700 de nada). ¿Debo interpetar eso como que algunos somos marcados más de cerca que otros? ¿Es justo y necesario que todos seamos juzgados por el mismo rasero? ¿No deberíamos algunos gozar de prebenda especial por ser sufridos padecedores del síndrome de la incontinencia literaria? ¿Me habré equivocado de botón y no quiero reconocerlo?.
