Estoy totalmente de acuerdo. Tan solo añadir algo más.
En el norte de España el uso del palo o bastón está muy extendido desde al menos la Edad Media, debido a lo accidentado del terreno y a que hasta el siglo XVIII se trata fundamentalmente de una sociedad rural. También se trata de una sociedad eminentemente ganadera, por lo que es común que, aun hoy en día, la gente de los pueblos “saque a pasear la vara” cuando tiene que conducir al ganado, para arrear a las vacas en sus cuartos traseros.
Evidentemente, cuando esta gente quiere golpear a alguien o a algo, generalmente se hace uso de lo que literalmente tiene más a mano. Es por ello que el bastón, o sus distintas variantes, sea parte integrante, aun hoy en día, del “traje regional” de muchas comarcas y sea frecuente que éste presente toda clase de decoraciones, pues se trata de un elemento casi de atuendo. Por otro lado, en Cantabria, por ejemplo, existen innumerables referencias en los relatos y canciones populares al uso del “palu pintu” para defenderse de ataques de lobos, etc.
Por otro lado, la espada no ha sido el arma más utilizada de la historia. Pero se trata del primer instrumento diseñado con el único objeto de matar a seres humanos. En arqueología muchas veces resulta muy difícil distinguir donde termina el uso cinegético de un arco o una lanza, o el doméstico de un cuchillo o puñal, o el ebanista de un hacha y donde comienza su uso “de guerra”.
La espada también es un arma cara, lo que la hace propia de la aristocracia guerrera. Y, como suele ser habitual, lo que es “típico” de una clase social o etnia, pasa a adquirir un elevado carácter simbólico y definitorio. En la España barroca, en la que todo Dios se declaraba cristiano viejo, el portar armas era algo propio de hidalgos, por lo que al final hasta los zapateros llevaban una ropera a la cintura. Pero, al mismo tiempo, en el norte, como se ha dicho el bastón era casi un elemento de atuendo, por lo que es frecuente ver representaciones de la época llevando las dos cosas al mismo tiempo:
http://jessamynscloset.com/images/Basqu ... Fig101.jpg
Es un grabado titulado “cántabro”, realizado en 1572 en Amberes, mientras que en el comentario de su pie habla de “vizcaíno”. Cantabria era un cultismo usado para referirse a la Montaña (es decir, a la moderna comunidad autónoma), aunque a veces en esta época sus límites son muy difusos y es frecuente que con “Vizcaya” los holandeses designasen a casi todo la costa Cantábrica, incluyendo Guipúzcoa, Cantabria o Asturias, e incluso ciudades castellanas como Burgos.
En todo caso, el detalle es irrelevante. Lo que es destacable es que existen infinidad de ejemplos como estos por todo el norte español. Por ejemplo, en la lámina “gentil homo de Montagna” (hidalgo montañés) de Ferdinando Bertelli, publicada en Venecia en 1573, aparece un señor portando un bastón largo.
Con todo esto quiero decir que en el contexto del norte español la espada o el bastón no tienen por qué ser excluyentes o antagónicas, aunque generalmente se las asocie con una clase social determinada. También hay que tener en cuenta que en los censos de Asturias y Cantabria el 90% de la gente era “fijos de algo”, mientras que los fueros vascos promulgados en el siglo XV declaraban la “hidalgura universal vascongada”. Y eso no quiere decir que fueran gente adinerada. Quevedo, cuando habla de su estirpe montañesa, dice que su casa es “solariega como ninguna, pues, al no tener techo, le da el sol a todas horas”.
Creo que, tal y como ha dicho Alberto, al comparar unas armas y su uso es importante estudiar el contexto histórico, social y cultural de la época en la que se ven inmersas.