Citemos al protagonista:
Alberto escribió:Reconozco que salor en la tele más que ilusionarme me preocupa. He aceptado por promocionar la actividad a sabiendas de que pueden tratar a la actividd y mi mismo cono a un loco.
Tal como yo lo entiendo:
-Se le plantea a Alberto una aparición
personal en un programa de televisión de ámbito nacional que tiene la temática "aficiones exóticas".
-Se sopesa la oportunidad de dar publicidad la actividad frente a la posibilidad de que se acabe mostrando una imagen efectista y ridiculizada de la misma.
-Se decide que los pros superan a los contras y se aborda el proyecto en plan "damage control mode allways on".
Resultado: todo el reportaje es una pugna entre el "miren ustedes las excentridades en las que esta gente se deja sus buenos dineros" del reportero (que ejecuta, considero, impecablemente, pues es esa y no otra la linea argumental que une los reportajes) y el "ésta es una actividad seria y nada marginal, fruto del estudio concienzudo y del trabajo continuo" de Alberto.
¿Que no es el reportaje de la AEEA o de la esgrima histórica que a todos nos gustaría ver en horario de máxima audiencia? Pues no, y por eso cierto mal sabor de boca es lógico. Pero nunca pretendió serlo, y mirando las cosas con perspectiva, considero que el objetivo original se ha cumplido satisfactoriamente.
Y, por cierto, en cierta medida ha sido gracias a la aparición estelar de la señorita Cigüenza, que, en mi opinión, pone un broche final que nosotros mismos hubieramos podido escoger para un reportaje hecho a medida (y que la moza en cuestión dé muy bien en cámara tampoco hace daño precisamente) por muchas razones, que en conjunto se podrían expresar como que "normalizan" y "desmarginalizan" la actividad(*).
En cuanto a la elección en sí, relegando al cuadro técnico, no puedo más que alabarla: ellos hubieran, en gran medida, simplemente abundado en la perspectiva ilustrada por Alberto, mientras que Mónica transmite la del practicante de base.
(*)Alguien más culoduro, como un servidor, no hubiera reprimido un "no son sables" ante el comentario del reportero, cayendo ignominiosamente en la imagen de "friki intransigente, pedante y necio".