Mensaje
por Luis Miguel Palacio » Jue Ago 18, 2011 10:38 am
Allá van mis dos centimines, que dicen los guiris.
Primero, mostrarme de acuerdo con los que han apuntado que, más que un problema legal inmediato (inexistente, creo yo también; pero vamos, doctores tiene la iglesia...) esos estatutos representan una tendencia que puede presentar un problema a medio plazo.
Y es que, efectivamente, el respaldo de una federación oficial presenta claras ventajas a la hora de acceder a locales, subvenciones, seguros y publicidad e imagen. Pero también hay que ser conscientes que dichas ventajas son mayores o menores dependiendo del punto de partida.
A lo que me refiero es que tales ventajas son considerables frente a una organización de tamaño reducido (una sala de armas independiente) y casi marginales frente a una organización de tamaño reseñable (sí, estoy pensando en la AEEA, pero también en la extinta FESA).
Por ilustrar el tema con un ejemplo: cuando un miembro de la AEEA, en representación de la misma, acude a solicitar alguna prestación a un organismo público o privado, puede llevar bajo el brazo un dossier que, en cuatro páginas, muestre la envergadura y la solidez de la organización a la que representa: trayectoria, dimensiones, eventos, colaboraciones con organismos públicos y privados, etc. Y teniendo en cuenta que cada actividad, logro o aparición mediática de cada sala o miembro es una muesca en el revolver de toda la asociación, creo que dicha lista ya genera un respeto considerable en los legos en la materia que la han visto utilizada como tarjeta de presentación (de veras que soy lo más objetivo que puedo, y que no pretendo menospreciar los logros de nadie de fuera de la AEEA ni nada parecido, sino simplemente constatar el hecho objetivo de que pertener a una organización mayor proporciona mayor respaldo y entidad)
Según la carta fundacional de la FESA, éste era también uno de los objetivos de dicha organización, y que sus miembros, en su momento, considerasen que la Federación Española de Salas de Armas hubiera completado su ciclo no es óbice, entiendo, para que tal objetivo no siga vigente como algo aconsejable ahora y quizás necesario en un futuro.
Por otro lado, tampoco estamos ante nada completamente nuevo: la actitud expresada en los estatutos de la federación valenciana de esgrima ya está, en cierta medida, presente en la Federación Española de Esgrima, que mantiene cierta actividad marginal en la esgrima marcial (me ha gustado el término: gracias, Don Carlos ) desde hace unos cuantos años.
Tengamos en cuenta que, objetivamente, los aficionados y "domingueros" de la esgrima marcial son ellos, no nosotros: nuestras organizaciones están exclusivamente orientadas a la práctica de dicha esgrima, mientras que el foco de la federaciones oficiales es y siempre será la esgrima deportiva, ya que siempre será esta actividad la que les genere el principal volumen de ingresos.
Pero también tenemos que ser conscientes de que para afrontar esta situación, el seguir manteniendo el buen trabajo es necesario pero no suficiente: para competir con el marchamo de oficialidad que una federación proporciona a sus actividades no es suficiente con seguir desarrollando la esgrima marcial con dedicación y seriedad, sino que es necesario transmitir, en la medida de lo posible, dicha dedicación y seriedad al público ajeno, tanto al general como al particular de organismos y entidades con las que podamos colaborar y/o necesitar de sus servicios. Y para ello es necesario tomar medidas que a veces tienen poco que ver con la actividad en el sentido extricto, y que por eso en algunos casos se han obviado o asumido con escaso interés. Y en verdad hay una pila de pequeños detalles y grandes cuestiones que marcan la diferencia entre ser considerados por el exterior como una panda de fricazos dándose de yoyas (ojo, con todo lo divertido que puede llegar a ser) o como los practicantes de una actividad seria, definida, estructurada y desarrollada: desde la uniformidad hasta el asociacionismo, pasando por la estructura docente.
Por decirlo así, el objetivo debería de ser llegar a poder decir lo que Añasco le contestó a Pacheco cuando éste último le invitó a subir a Madrid para otorgarle el título "oficial" de maestro de la destreza de las armas, que fué algo así como "mejor todavía, baje vuestra merced a Sevilla, que el título se lo concederé yo". Y para ello conviene que, quizás de vez en cuando, quizás con mayor frecuencia, dejemos de mirar en nuestros ombligos de "zornhaus", "generales y particulares", "pasattas" y "paradas de tercia" y desde el limitado horizonte de una sala de esgrima aislada, y prestemos atención y dedicación al fomento de esta nuestra actividad marcial(que diría Juan Cuesta).
P.D. El uso del plural inclusivo es un poco indiscriminado: por la parte que me toca, en la AEEA ya viene de algunos años que parte del esfuerzo está orientado precisamente a la estructuración de la actividad y a su fomento y divulgación pública; me consta que en otros grupos ésto también ha sido un objetivo; en otros casos seguro que se habrá intentado con más o menos éxito y incluso habrá alguno que no se había dado cuenta de la importancia de ello. En cualquier caso, siempre quedarán cosas por hacer.
"Mohamed, yo te aseguro
que en medio de estas querellas
si nos piden cien doncellas
nos ponen en un apuro"