En esta discusión se están llegando a varias conclusiones más o menos obvias.
1º Un asalto en un torneo no es equiparable a un combate en el que te juegas el pellejo.
2º En un torneo los esgrimidores tienen un mayor nivel de presión que en un asalto de sala, ya que hay algo en juego.
3º Puesto que en un torneo, nos encontramos a tiradores de todo pelaje, tiene que haber unas reglas comunes, siguiendo siempre el mínimo común denominador técnico. Es decir, usando las acciones conocidas por todos y limitando las que no son usuales en todas las escuelas, que en este caso son las usadas cuerpo a cuerpo.
4º Son fundamentales a la hora de medirnos con esgrimidores desconocidos que poseen diferentes recursos técnicos, tácticos y de filosofía del combate, y todo esto en un ambiente hostil y menos distendído que podría tener un acercamiento a un combate amistoso en el que no te juegas nada.
Bueno, hay muchas más cosas de las que se ha hablado, pero en cuanto a los torneos, estas son las que me parecen más relevantes.
Repitiendo algo que ya escribí antes, pero parece que por descuido de los foreros se a omitido, muchas cosas de las aquí expuestas ya se contemplaban como algo normal en la esgrima clásica y por ello las tenían bien definidas.
Asalto:
Es el combate con armas de sala; es el simulacro cortés del duelo.
Asalto de convención:
Lo es todo aquel en que de antemano se establece la condición de no poder ejecutar determinados golpes.
Asalto de ambición:
Es aquel en que se olvidan las buenas reglas y se procura tocar al adversario sin preocuparse de los medios empleados.
Asalto de estudio:
Lo es aquel en que el tirador procura combatir el juego del adversario, sujetándose a los buenos principios del arte.
Un asalto de estudio, es aquel en el que intentamos sujetarnos a las reglas de la escuela en la que trabajamos sin que la victoria sea el punto más importante de dicho asalto. Normalmente este tipo de asaltos se hacen dentro de la propia sala o en el contexto de un asalto amistoso concertado. Evidentemente este tipo de asaltos están fuera de lugar en un torneo, pero han de ser la columna vertebral de los combates realizados en una sala de armas.
Un asalto de convención, marca unas limitaciones que alejan de la realidad marcial al combate, pero que ofrece un marco común de seguridad entre tiradores que no se conocen. Sabiendo que hay zonas que no han de ser protegidas y técnicas que no te pueden realizar, focalizas tu atención en aquello que si se puede hacer, falseando el estilo.
Pero en definitiva, eso es lo que estamos haciendo, falsear un estilo para adaptarlo a nuestras necesidades y como en todo se puede falsear lo necesario para llegar a crear un entorno seguro o falsearlo para sentirnos cómodos combatiendo (Que no es lo mismo)
Está claro que el asalto de ambición puro y duro no es lo que buscamos para un torneo, pero tampoco se nos ha de olvidar que la prioridad de un torneo es ganar usando los medios que nos permitan para ello, así que mientras menos convenciones haya más herramientas tendremos para combatir. Solo hay que ver cual es el mínimo número de reglas que son necesarias para que un combate sea justo y seguro.
Hay gente que tiene miedo al contacto físico, pero que le gusta tener una espada entre las manos, ya sea porque mola, por interés histórico o simplemente por practicar un deporte. De ahí a que esa persona sea un artista marcial, hay un abismo (Y no estoy hablando de que tenga más o menos habilidad, solo de la actitud)
Partiendo de la base, de que hay que trabajar con unas normas de seguridad ferreas y que nuestro objetivo no es lesionar a nuestro compañero, hay que comprender que en un arte marcial hay ciertos riesgos (En este caso muy inferiores que los de jugar asiduamente al futbol)
Yo he practicado artes marciales muchos años y en esa práctica me han partido varias costillas y dedos, he recibido luxaciones y golpes que me han dejado sin aliento y no ha pasado nada, sabía a lo que me exponía, si quiero dar palos me tengo que comer unos pocos antes y de cada cien palos que te comes, uno duele un poco más.
La diferencia en muchos casos entre el esgrimidor de este arte en ciernes y por ejemplo un practicante de Kick Boxing es que el primero va a realizar una práctica más o menos deportiva en la que el nivel de violencia está muy controlado y no asume cierto grado de riesgo, el segundo sabe que para aprender va a recibir algunos puñetazos y está dispuesto a asumirlos.
No quiero que se me malinterprete, la esgrima no requiere salir con tantos cardenales que parezcas un dalmata ni como yo he mencionado antes que te partan costillas ni dedos ni nada por el estilo, sin embargo y en el momento en el que te mentes en ciertos jardines, aun con las protecciones adecuadas, es algo que llegará a pasar para quien los practique.
En las artes marciales orientales, que nos llevan muchísima ventaja en esto, asumen diferentes niveles de implicación y tienen estilos que se adecuan a lo que el budoka va buscando de un sistema de combate.
Las hay que se centran en el golpeo, otras en la lucha, otras que tienen un poco de una cosa y otra, otras en las que el combate no está permitido, etc.
Por poner un ejemplo, un aikidoka no va a combatir, por que simplemente el combate no forma parte de la filosofía de su estilo y va a limitar los golpes al mínimo exponente, no por que no sean efectivos, si no por que realmente ellos buscan desarrollar otro tipo de técnicas y punto.
Hay esgrimidores que para justificar el estilo que ellos hacen y se sienten más cómodos, adaptan la realidad del combate a sus conveniencias diciendo que tal o cual cosa o no eran históricas, efectivas, etc. En vez de ser honrados y decir, prefiero centrarme en esto y no investigar aquello otro, pero no por ello niego su validez.
Las competiciones de esgrima histórica (Y vamos a llamarlas competiciones, por que son eso), son eventos puramente deportivos, en los que se busca ganar. Sin embargo y partiendo de la base que sus combates están alejados de lo que podía ser un enfrentamiento armado real, el grado de lejanía dependerá de como se diseñen las reglas, la actitud de los tiradores y por supuesto la calidad de los mismos.
Por que señores, admitamoslo. Todos los que escribimos en este foro somos unos paquetes que no les llegamos a la suela de los zapatos a un esgrimidor medio de la época del estilo que cada uno recree. Y en este saco meto desde el tirador novel hasta diestros esgrimidores, todo esto pasando por los instructores y maestros.
Partiendo de esa base, evidentemente hay gente que es menos ignorante que otra, y como por todos es sabído "El tuerto es el Rey del país de los ciegos", y como buenos tuertos (Y ahí me voy a incluir yo a pesar de no pertenecer esta ilustre asociación) estamos empezando a vislumbrar un poco de lo que podría llegar a ser este arte, abriendo camino a gente joven que empieza con este arte marcial a una edad adecuada (Y no como nosotros que vamos para viejunos)
Para abrir ese camino, los torneos son vitales, pero han de empezar con buen pie y con unas reglas que no prostituyan el arte y lo conviertan en algo similar a la esgrima deportiva pero con armas más molonas.
Por supuesto que al principio, los combates serán horribles, pero es lo que hay con nuestro pobre nivel.
Así que animo a todos los tuertos a intentar crear algo común aquí en España y que podamos exportar a nuestros compañeros del resto de Europa.