Jose Acedo (Redo) escribió:Bien pensado, una cosa que no convence en los "torneos", es precisamente el sistema de puntuar. Tendemos a ir al tanto fácil, sin arriesgar y no damos juego a exhibir técnicas que pueden darle un toque de elegancia o sofisticación que si realizamos en los entrenamientos. Me explico; si por ejemplo para eliminar al contrario, necesitamos hacer 5 puntos, y dar un tajo en la mano, vale un punto. El ir buscando hacer 5 puntos dando 5 veces en las manos, hace del combate una chapuza, poco estética.
Por otro lado, una concepción básica de la esgrima, como decían los autores de la destreza verdadera, es la prioridad de la defensa sobre la ofensa: tu objetivo es sobrevivir, no alcanzar al contrario; aunque lo primero implique las mas de las veces lo segundo, lo segundo es simplemente un medio para alcanzar el fin único de salir vivo del encuentro. Por tanto, el "no arriesgar" es un valor esgrimístico, no un problema. Otra cosa es que confundieramos ese "no arriesgar" con pasividad: no consiste en mantenerse fuera de distancia para que no te den, sino que tus acciones te defiendan y, si es posible, ofendan al contrario (y no me refiero a escupirle, hacerle un corte de mangas o ponerle a caer de un burro

)
Además, si uno recibe cinco buenos golpes en las manos, creo que estará haciendo algo mal. El quid de la cuestión está en definir qué es un "buen golpe" (agarraos, que vienen curvas): pensemos en un golpe de contrafilo por debajo de los brazos (typical, isn't it?); por la suprema jurisdicción del ángulo recto y el movimiento accidental (

), mientras que el que dá el bajialto tiene que hacer dos movimientos, natural dispositivo y violento ejecutivo, el paciente puede herir sólo con el accidental, por lo que al ser la última acción de un solo movimiento se opondrá con éxito al bajialto, que consta de dos. Ahora, la práctica: dependiendo del vuelo que haya que dar a la espada para dar un golpe de contrafilo efectivo, será o no posible colarle al otro una estocada según baja la espada o mientras la está subiendo. Si el movimiento es breve, la estocada no entra; si amplio, sí alcanza, luego la cuestión "¿cuan fuerte ha de ser un golpe de contrafilo a las manos para incapacitar al contrario?" determina si la estocada es una oposición correcta a dicho golpe: dependiendo de su respuesta, podríamos encontrarnos que dicho golpe de contrafilo puede hacerse con éxito y daño considerable al contrario sin que éste tenga en la práctica hueco para intentar la estocada; o que intercambiamos un golpe a las manos incapacitante por una estocada mortal; o que el golpe de contrafilo sólo puede darse con seguridad cuando hay medio proporcionado y/o una disimilitud tal de aspectos que su movimiento accidental no nos puede alcanzar.
Esto es, si tomamos como incapacitantes heridas que realmente no lo son, invalidamos oposiciones que realmente son correctas y falseamos la esgrima.
Bien, entonces, simplificando, en la realidad tenemos:
-heridas incapacitantes
-heridas que, sin incapacitar totalmente, afectan a la capacidad de defensa/ofensa
-heridas leves sin efectos en la capacidad de defensa/ofensa
Pero para transladarlas a reglas hay varios problemas:
-Es dificil hacer una clasificación a priori, en la linea de "este golpe te hubiera hecho ésto si el arma fuese blanca", sobre todo en la frontera entre el primer tipo de heridas y el segundo.
-En la práctica es casi imposible simular los efectos de las heridas del segundo tipo.
-Aun cuando tubieramos el primer problema resuelto ( y la verdad es que se puede resolver en gran medida ) está el problema de tener, en la realidad del asalto, los datos suficientes para clasificar una herida de un tipo o de otro.
Veamos el esquema "combate a tres puntos con heridas de un punto y heridas de tres puntos": por lo que yo entiendo, las heridas de un punto corresponden a dos casos reales:
-Heridas que no está claro que pertenezcan al primer tipo (heridas incapacitantes) o al segundo (heridas que afectan a la capacidad de defensa/ofensa)
-Heridas claras del segundo tipo
Quizás con la mano y media podríamos descartar las heridas del segundo tipo; mi impresión es que son menos frecuentes que con la ropera, y que si a un tajo que cruza el pecho suele puntuar con un tanto en la ropera, con la mano y media el cortecito de marras te deja bastante perjudicado como para seguir jugando con espaditas. Esto es, que con la mano y media hay menos término medio, en lo que respecta a gravedad de las heridas, vaya. Por otro lado, está el tema de los dobles tocados de heridas de distinto tipo: dar una estocada en el pecho recibiendo a cambio un golpe en la cadera no me parece mal negocio, siempre, claro está, que la estructura osea de la cadera no se vea afectada catastróficamente por dicho golpe. Si ésto es realmente así, habría que considerarlo.
En fin, que la chapa me ha quedado en plan "ensalada de ideas", más que una propuesta razonada. ¡Pues así se queda, hombre, que no me he tirao el rato largo esgribiendo pa ná!
P.D. Por ahora las aproximaciones que estamos empleando para este problema son dos: reproducción de las reglas históricas (la cual parece más o menos cerrada) y simulación mediante reglas de la realidad del asalto con blancas (lo cual parece complicadillo, oyes). ¿Y si hubiera otra manera de aproximarse al problema? Pensad en ello, que yo le voy a dar unas vueltas.