Pero la subtrama donde se presenta ese conflicto político no aparece en el cómic y la película sacaba de estrenarse. Y el argumento de ésta no es muy histórico que digamos. Obviamente, es presentismo, pero ¿de quién?Jaime Girona escribió: Lo de fantasmada yankee para la guerra de civilizaciones es ante todo tu opinión personal,condicionada por la situación actual
Más que nada porque 300 se escribió bastante antes de que el señorito Bush viniese a dar por saco...no falta mucho para que cumpla su década de existencia
Me parece que en esta tira se está haciendo un cierto batiburrillo. Creo que hay que tener claro que aquí (y en el enlace que he incluido) hemos hablado de tres cosas distintas: el cómic de Miller, su adaptación al cine y un artículo-editorial-ensayo escrito por Clements aprovechando el tirón mediático de lo segundo.
La crítica del enlace iba dirigida a la película. Y en ella he dicho que la obra original ha quedado desvirtuada por “una subtrama añadida que conduce a la película hasta sus momentos más bajos, el deseo de limar los aspectos más duros de los personajes protagonistas y una deriva hacia el desmadre fantástico”.
En el cómic, el embajador persa dice algo así como “ningún hombre, persa o griego, amenaza a un mensajero. Blasfemia. Locura…” y Leónidas simplemente dice “Esparta” y le envía a hoyo de un puntapié.
Creo que esto es la elocuencia personificada. Y matar a un emisario era precisamente eso: un acto de blasfemia contra los dioses, debido a su carácter sagrado. Ahora bien, en la película, además del intercambio de miradas con su mujer, Leónidas dice algo así como “vienes aquí amenazándonos con la esclavitud…” y no se qué leches más, para “justificar” su acción, lo que me parece que es un recurso para tratar de “endulzar” el homicidio de cara al espectador. Y efectivamente, los lacedemonios asesinaron al embajador de Darío, no al de Jerjes. Supongo que Miller haya mezclado dos hechos, acaecidos con una década de diferencia, por razones argumentales.
Esto mismo sucede con todas las secuencias o alusiones que Miller empleó para reflejar el modo de vida “espartano”: Stelios ya no cae al suelo desfallecido, ni es brutalmente castigado. Ya no se presenta a los espartanos haciendo flexiones bajo los pies de sus compañeros. La “lacónica” dureza en la despedida de su mujer se convierte en un empalagoso anuncio de champú, con polvo previo incluido. Leónidas ya no dice “la democracia es para los atenienses”, y da a Efialtes la opción de hacer de “primeros auxilios” u otra labor secundaria en su ejército, ni tampoco contempla indiferente cómo éste trata de suicidarse despeñándose… y así ab infinitum.
Es a lo que me refería con lo de limar las asperezas de los personajes protagonistas. Pero Miller incluyó estas escenas por algo, como definición de unos personajes. Al eliminarlos, éstos han salido completamente malparados y se han convertido en planos estereotipos.
Respecto a la subtrama… efectivamente, es un añadido de la película y no del cómic. Pero el deseo de respetar la festividad de la Carneia, expresado por los éforos o magistrados de cada uno de los distritos locales, reflejaba un deseo popular muy distinto a lo que sugiere la película. No respondía a cobardía, ni al hecho de ser pusilánime, ni mucho menos a estar controlados por unos zombies pagados con oro persa.
Este hecho no queda definido en ningún momento en la película. Tú lo sabes porque has leído libros, pero no es la consecuencia lógica que alcanzará cualquier espectador que vea la película. ¿Dónde se muestra el duelo conceptual entre el hecho de acatar la costumbre o la voluntad de los dioses frente a cumplir con el deber marcial? En ningún sitio. ¿Cuándo se presenta a los espartanos celebrando una festividad religiosa? Nunca. En cine y literatura, para que un conflicto exista, tienes que crear una escena que lo muestre al lector/espectador. Y del paupérrimo enfrentamiento verbal entre pro-guerra y anti-guerra no se saca nada de eso en claro. Lo único que se ve es a un tipo paseando con un saco de monedas de oro con el careto de Jerjes diciendo que no se ha de ir a la guerra.
En cine, para que algo exista, ha se ser mostrado. No vale con echar mano a Herodoto, porque el 99,99% de los espectadores no saben ni quién es ese señor.
Sobre lo fantástico… en realidad he dicho “desmadre fantástico”. ¿Que el director está en su derecho a hacerlo? Obviamente. ¿Es lo más acertado? Depende de opiniones, la mía es que no. El cómic de Miller hubiera aceptado una adaptación más realista, porque los elementos fantásticos (que no ahistóricos) son realmente pocos y porque algunos, como la imagen del lobo, son fruto de un dibujo semicaricaturesco, que puede ser fácilmente encauzado hacia el realismo. Un lobo gris y grande hubiera bastado, no es necesario meter a un huango con los ojos llameantes.
Evidentemente, todo ello depende de a dónde se quiere llegar. ¿A un videojuego pseudohistórico? Vale, de acuerdo. Entonces vas de coña. Obviamente, ahí sobra el hecho de presentar a los espartanos jadeando, despeinados o sucios tras un combate… ni ningún otro recurso para humanizarlos y presentar su sufrimiento. Pero son todos esos detalles “reales” lo que hace que un espectador empatice con ellos. Salvando las distancias, ¿Te imaginas esa misma estética para Apocalysis Now o los primeros 15 minutos de Salvar al Soldado Ryan? Sin irnos tan lejos, yo la muerte de Boromir o la de Buliwyf en el Guerrero 13 me las creo. La de Leónidas no. En otras palabras, mucha pirotecnia visual, pero poca capacidad de emocionar. ¿O alguien me va a decir lo contrario?
La RAE da estas dos acepciones al término:Jaime Girona escribió: ¿Por qué fatalismo heroico? El espartano se prepara desde niño para luchar por el colectivo,si toca morir morirá buscando un gran combate,no es fatalismo,sino un desafío
1. m. Creencia según la cual todo sucede por ineludible predeterminación o destino.
2. m. Actitud resignada de la persona que no ve posibilidad de cambiar el curso de los acontecimientos adversos.
Fatalismo procede del latín “fatum”, que significa “destino”. Y la conciencia de Leónidas de que van a morir creo que está presente durante todo el cómic. ¿Lo está en la película? ¿Cuándo se presenta a Leónidas pensando “pobres necios, creen que tenemos alguna oportunidad”?
De nuevo, aquí no se trata de lo que sabemos tras leer a Jenofonte, sino de lo que la película muestra. Si asumimos que ésta crea una realidad propia, que no tiene por qué tener ninguna relación con la histórica ¿qué sentido tiene pretender comprender la mentalidad de un personaje de esta “realidad virtual” empleando las fuentes históricas?
Ramonmo, ambos sabemos que los persas eran un ejército feudal y que los griegos inventaron la filosofía, tal y como la entendemos hoy en día. Pero estos comentarios surgieron a raíz de un artículo que presentaba una realidad tan maniquea y falseada que llega hasta la caricatura.Ramonmo escribió:Pero esto es precisamente lo que sostengo yo. Recuerdo que escribí que el ejército persa estaba formado por aristócratas y siervos. Esto lo contrapone al griego, que estaría formado (principalmente) por ciudadanos, o sea, sujetos con derechos políticos, cosa que los siervos, por definición, no tienen. Efectivamente, el persa es bastante parecido a un ejército feudal.Respecto a la organización del ejército persa, tenía una base “feudal”, formada por una nobleza (“azata”) y los siervos de éstos (“bandaka”)
Por ejemplo, no se puede decir que El Cid, que demostró fidelidad hacia Alfonso VI incluso en el destierro, era el paradigma de la lealtad de un vasallo para con su señor mientras que la aristocracia feudal persa eran “soldados-esclavos”. No se puede llegar a ser tan capcioso.
Muchos de esos tópicos están presentes en la obra de Herodoto (aunque éste reconoce el valor de los persas en la batalla de Platea), pero se les ha llevado a extremismos absurdos. Una cosa es que, excepto medos y persas, el resto de los pueblos del ejército de Jerjes y Mardonio no tenían una motivación especialmente destacable a la hora de combatir y otra muy distinta presentar a todos ellos yendo a la lucha a latigazos.
Y, de nuevo, esto se trata de una matización a un artículo que pretende abordar una realidad histórica, no sobre una obra de ficción.