Mensaje
por Alberto Bomprezzi » Dom Feb 02, 2014 11:16 am
Ante todo gracias por tus amables palabras.
En cuanto a lo que preguntas, que yo sepa el origen de la antipatía de Quevedo por el baezano no está clara. Lo que si está claro es que no nace de la anécdota y, en mi opinión debe ser bastante anterior seguramente desde que ambos se conocieron en la corte. En la actualidad están apareciendo datos sobre Pacheco, que esperemos que pronto puedan ser publicados, que humanizan al personaje que la mitología quevediana ha construido para inventar la imposible habilidad con la espada del escritor.
De los ataques que Quevedo hace contra Pacheco y por lo que sabemos de él, yo diría que la antipatía nace del hecho que a Quevedo le irrita el éxito que el baezano obtiene de una actividad que el poeta detesta: la Esgrima. Para Quevedo,que se considera comprometido con los intereses de la nación, Pacheco es un advenedizo inteligente y hábil que se monta una vida en la corte con algo intrascendente para él, el juego de la espada negra. Pacheco de hecho defiende una práctica con armas realistas y enfocada al duelo frente a la práctica vulgar, que es estrictamente lúdica, pero Quevedo insiste siempre en rebajarle y tratarle de charlatán vulgar, haciendo alusión al hecho de que el baezano, aunque hidalgo, no parece tener un linaje con mucha prosapia.
Sin embargo Pacheco,convence a todos, en su tiempo, menos a él, por lo que es lícito pensar que Quevedo no era demasiado objetivo en sus apreciaciones sobre el maestro de armas.
Y esto también sugiere algo que a los amantes de Quevedo seguro que les trastorna su ideal, pero que a falta de pruebas fehacientes debemos asumir; que a Quevedo el manejo de la espada se le daba un ardite, ni la negra ni la blanca, lo que explica su falta de sensibilidad por el arte que D.Luis Pacheco de Narváez tuvo con ella. De haber sido diestro con ella habría admirado sin duda la destreza del maestro andaluz, como por cierto hizo el resto de la sociedad de su tiempo.
Entonces como hoy cuando amas una disciplina, si eres honesto, admiras a los que son excepcionales en ella. Solo si esa disciplina no es amada, es posible manifestarse negativamente hacia quien la eleva con su arte, o si se es mezquino; pero sin honestidad es difícil ser un gran artista marcial, mejor dicho es imposible.
El genial escritor no debió sentir ningún interés por la Esgrima ni por el Arte de la espada me temo, quizás por eso odió al que supo vivir de ese arte y lo elevó a cotas jamás alcanzadas.
"La espada es la luz con que sale al mundo el corazón, y aunque tu le des lecciones de amor tiernas y acabadas, no ha de mover corazones hombre que no mueva espadas"