A ver, esto que voy a comentar ahora no es un tirón de orejas para nadie y tampoco es un “consejo de Supertacañón” ni nada por el estilo. Es un simple aviso de seguridad general no dirigido específicamente a nadie pero que es tremendamente importante que todos sepamos para que nos ayude a tomar decisiones a la hora de evaluar riesgos y consecuencias.
Las gafas de seguridad laboral
NO ESTÁN DISEÑADAS PARA DETENER UNA ESTOCADA. Sí, es de Perogrullo, pero es tremendamente cierto. Y espero que siga siendo así de evidente para todos sin ser necesario una revisión de casos clínicos pues espero que jamás ocurra un solo caso de este tipo. ¿Por qué? Pues por el simple hecho de que estoy seguro de que todos somos lo suficientemente sensatos e inteligentes como para
NO CONFIAR NUESTRA VIDA A UNAS GAFAS.
Lo que viene ahora es solo para ampliar datos, no para justificar lo que acabo de decir que cae por su propio peso a poco que nos paremos a pensar en ello.
Las gafas de protección ocular para uso laboral están diseñadas para soportar impactos de cuerpos de pequeño tamaño a distintas velocidades. Se les llama “impactos de alta velocidad” porque en general lo que van a recibir estas gafas son partículas procedentes del trabajo con maquinaria de altas revoluciones, como las sierras, amoladoras, fresas, taladros, etc.
Hay varias categorías de más a menos energía según la velocidad a la que impactan esas partículas, pero pensemos que de lo que protegen son eso, partículas, es decir cuerpos de muy baja masa. Nada que ver con una estocada. Estamos hablando no ya de energías muy diferentes sino de rangos y características de impacto que no tienen nada que ver con aquello para lo que están diseñadas estas gafas, o sea que los modelos reproducidos con los tests de homologación que pasan estas gafas no sirven para medir lo que le pediríamos a una protección para esgrima.
Dicho esto, ahí van los datos para que sepáis para qué están diseñadas las gafas que se pueden encontrar en el mercado (y que repito que
NO PROTEGEN DE UNA ESTOCADA):
Clase F: impacto de alta velocidad con baja energía. El plástico del ocular debe ser capaz de resistir el impacto de una bola de acero de 6 mm de diámetro y 0,86 g de peso lanzada a una velocidad de 45 m/s.
Ésta es la máxima que pueden tener las gafas de
montura universal (las que tienen patillas; las que parecen un poco gafas “normales”). Posiblemente éstas serán las que se puedan ver debajo de un casco porque esta montura es la que suele encontrar cómoda la mayoría de gente para actividades recreativas en las que se suda (pensad en esto los que practiquéis airsoft).
Clase B: Impacto de alta velocidad con media energía. El ocular resiste el impacto del mismo proyectil pero a 120 m/s.
Ésta es la máxima que pueden alcanzar las gafas de
montura integral, que son las que van pegadas a la cara y llevan una goma de fijación y que recuerdan un poco a las gafas de buceo. Son las que la gente se suele poner para taladrar pues evitan la entrada de partículas de polvo por los laterales. Ojo que puede haber gafas de montura integral que sean de clase F o incluso de “uso general”.
Clase A: Impacto de alta velocidad con alta energía. La misma prueba que las otras dos clases pero con el proyectil a 190 m/s de velocidad.
Esta norma solo la pueden pasar las pantallas faciales aunque creo que también hay algunos oculares con fijación individual que las pueden pasar (se parecen un poco a las gafas de soldar antiguas que eran como cazoletas individuales para cada ojo). En todo caso esto no es muy compatible con un yelmo de ningún tipo, así que podemos olvidarnos de esta categoría.
Las gafas de seguridad que no llevan símbolo de grado de protección al impacto en la montura son las gafas de
“Uso General o Básico” y ésas solo están pensadas para soportar un impacto de una bola de acero de 43 g de peso en caída libre desde 130 cm de altura (lo cual a poco que lo penséis es muy, pero muy poco; seguramente muchas gafas de cristal podrían superar este test).
Por cierto que esto es solo para las gafas que cumplen la normativa EN 166. Las gafas “chungas” que no llevan ningún certificado detrás ni tan siquiera tienen por qué haber seguido ningún tipo de test de seguridad, ni tan siquiera de resistencia al astillamiento (o sea, que pueden romperse y proyectar un fragmento puntiagudo contra vuestra córnea, cosa que imagino que no interesa a nadie).
A modo de resumen, que se pueden emplear estas gafas para aquello que están concebidas, es decir para detener pequeñas partículas, que es justo para lo que se hacía cuando se esgrimía con espadas de madera y cascos con oculares de rejilla o chapa perforada, situación en la cual sí podían salir despedidas pequeñas astillas o polvillo de madera hacia los ojos. Ahora la situación ha cambiado y se emplean espadas de acero mientras que los cascos son más históricamente correctos, lo que en la práctica se traduce en que se llevan los ojos descubiertos.
Como las gafas de seguridad laboral
NO NOS VAN A PROTEGER DE UNA ESTOCADA no se debería permitir el uso de la estocada hacia la cara a menos que las puntas se emboten con el tamaño adecuado para que no puedan superar la apertura para los ojos del casco. Querer hacer algo más que una esgrima escénica o por lo menos una esgrima muy reglada y limitada con un equipamiento de seguridad inadecuado... no sé ¿tiene algún sentido? ¿es necesario jugarse la salud y la vida por un espectáculo? ¿de verdad queremos dar ese “espectáculo” ante los demás?.
Ah, y un par de detallitos anatomo-fisiológicos a modo de recordatorio para que vayamos tomando conciencia de lo que estamos hablando:
- Detrás del ojo hay una simple laminita de hueso que separa la cavidad ocular de la craneal (sí, justo la que contiene ese delicado órgano llamado cerebro).
- El estallido traumático de un globo ocular no solo puede afectar a la vista, sino que puede desencadenar una curiosa reacción llamada shock neurogénico la cual es bastante complicada de remontar en la práctica (dicho de forma sencilla: perder un ojo de esa forma te puede
matar aunque el órgano afectado sea “solo” el ojo).
En fin, eso es todo: Ya sé que se ha dejado bien claro que no se puede hacer asalto libre con protecciones inadecuadas y que se extreman las medidas, pero creo que esta reflexión era necesaria por si acaso algo de lo dicho aquí se pudiera malinterpretar. Ya sabéis que soy de la corriente radical en el campo de la seguridad y pienso que cuando hay que hacer cualquier mínima concesión en este área es que estamos fallando en algo, o al menos esa es mi modesta opinión.
Saludos.
PD: insisto en que esto no es un reproche a nadie, sino una simple reflexión sobre la seguridad al respecto de algo que no sabía que ocurría y que, como he intentado explicar, podría suponer un grave riesgo (las falsas sensaciones de seguridad pueden trabajar en nuestra contra y hay que saber detectarlas cuanto antes).