Asaltos en Madrid en 1856

Foro dedicado a la Esgrima Antigua, Clásica, Histórica. También se habla de armas y armaduras, asi como de sus técnicas de combate.

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Francisco_Madrid
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Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Mar Nov 17, 2015 3:30 pm

Una nota interesante del Diario El CLAMOR - Periódico del Partido Liberal, del Sábado 6 de Diciembre de 1856.

ASALTO.—Mañana domingo, a la una, se celebra un grande asalto de toda clase de armas en la elegante Sala de
Rada , sociedad de esgrima formada por muchos jóvenes de artes y letras, en la calle de Lope de Vega , números 13 y
13, cuarto principal.
Se tirará florete, sable, espada antigua española, espada y daga, y palo de dos manos.
Están convidados los mejores maestros y los principales aficionados de Madrid.

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Héctor Hernández
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Héctor Hernández » Mar Nov 17, 2015 8:29 pm

Muchas gracias por el hallazgo Francisco. Dan ganas de profundizar más en las referencias que da.

http://hemerotecadigital.bne.es/issue.v ... h=&lang=es
Antes destruiria una vidriera de colores que a un hombre como vos

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Juan J. Pérez
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Juan J. Pérez » Mié Nov 18, 2015 9:06 am

Hmm... qué interesante. Sala de Rada, espada antigua española, espada y daga... ¿Será que la Destreza no estaba muerta aún, que estaba de parranda?

JJ
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Francisco_Madrid
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Mié Nov 18, 2015 10:19 am

A poco que se busque en la hemeróteca de la Biblioteca Nacional, aparecen cosas parecidas fácilmente, por ejemplo en "El Correo Militar" de fecha 3 de Abril de 1903, en el artículo "Después de la Jura", el autor propone la creación de un gimnasios con estas palabras:

"Créese un gimnasio en la capitalidad de cada Cuerpo de Ejército; una escuela de equitación, otra de tiro y la correspondiente dé esgrima, donde se resucite para militares y civiles el manejo de la espada española y de la daga, donde se practique la esgrima de bayoneta, el manejo del palo y todo cuanto con la esgrima se relacione.."

Bien es cierto, que aquí se usa la palabra "resucitar".

Anexo una imagen de entrenamiento de esgrima a caballo en 1903.

El proceso de digitalización de prensa y revistas añejas en curso, traerá más noticias curiosas.
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Entrenando esgrima a caballo-1903
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Francisco_Madrid
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Mié Nov 18, 2015 12:27 pm

Una breve pista sobre la sala de Rada de Madrid y sus componentes, aparece en un ejemplar de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos de 1926. Un extracto:

.....Cruzada, que era hombre de pecho y había comprendido que todas
aquellas fuerzas aliadas, pero casi nunca reunidas, necesitaban un hogar
común, consultó con sus predilectos amigos, los de la célebre "Colonia",
y después de maduro examen, exclamó valerosamente: "¡Todo
el mundo a mi casa! ¡Os cedo la parte delantera del piso principal!"
Pero ¿qué hacer allí?, fué la segunda cuestión que se propuso. Gregorio
la resolvió maravillosamente con esta idea, que al principio pareció
inadecuada a nuestros vecinos del número 3: "¡Aprenderéis el
manejo de la espada española. Yo os enseñaré. Después, ya iremos
pensando!"

Poco tardaron en comprender los de Eguílaz que el pensamiento
podía ser muuy fecundo, por el patriótico y noble colorido que desde
luego prestaba a nuestras Juntas; y de todas maneras, como Gregorio
y los, granadinos estábamos de acuerdo, al día siguiente se fundó la
"Sala de Rada". (Rada es un antiguo tratadista de esgrima, cuyo infolio
se sabía de memoria y nos hizo leer a los más concienzudos nuestro
Mecenas.)

A poco tiempo de establecida la "Sala de Rada", y cuando ya nos
habíamos molido bien a palos todos aquellos amantes o simples amigos
de las Musas, y algunos sabíamos tanto como el mismísimo Rada
acerca de principios de uñas arriba y principios de uñas abajo, y
de fintas, seguitas, paradas, quites y otras lindezas, convinimos Cruzada
y yo en que era menester dar algún pasto al alma de los terribles
gladiadores, proporcionándoles al efecto, en.......
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Revista de Archivos
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por JRamos-midelburgo » Jue Nov 19, 2015 10:30 am

Muy interesante!

Sale por medio el Marques de Heredia. Esta escrito en 1884. Texto completo en

http://www.cervantesvirtual.com/obra-vi ... 064_3.html

Y explicado con fotos aqui:

http://padeaya.blogspot.com.es/2014/05/ ... tonio.html

Aunque parece que en Galicia y Alicante ya sabian de todo esto:

http://www.hispagimnasios.com/a_varios/ ... ropeas.php

https://aplumayespada.wordpress.com/201 ... siglo-xix/
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Francisco_Madrid
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Jue Nov 19, 2015 11:48 am

Aunque fuera de la temática de este foro, no deja de ser interesante, el artículo aparecido en el diario El Motín de 5 de Mayo de 1906. Bajo el título de "La navaja y la ley", firmado con la siglas J.F, el autor realiza un alegato en contra de la venta de navajas por sus funestas consecuencias, y curiosamente se queja de la venta en librería de un manual de esgrima o utilización de dichas navajas.

El Motín
5 de Mayo de 1906

La navaja y la ley
(CONATO DE CRÓNICA)

Por diezmillonésima vez leo que la autoridad competente va á publicar disposiciones prohibitivas acerca de las navajas, facas y demás armas peligrosas; es un favor que debemos al asesino del guardia Manuel Claros.

Pero ¿es que no estaban ya prohibidas con bastante fuerza esas armas, ó que los agentes encargados de velar por el cumplimiento dela ley no llenan este deber rudimentario? Las leyes sí que existen; luego los que aquí han delinquido son esos guardianes de la seguridad pública, delito probado, más no castigado; un bando no es un proceso por negligencia culpable, digo yo.

Bandos como ese no necesitan comentarios, porque es cada uno prueba fehaciente de que la ley no se ha hecho para sus obligados vigías y custodios. He perdido la memoria de los Ordeno y mando publicados en esta corte de las tabernas desde que tengo uso de razón; pero puedo decir que parecían todos calcados sobre el mismo cliché gubernativo rutinario, destinado á ser flor de un día en el jardín de la criminalidad asegurada.

Pensando iba yo en esto, cuando hirió mi vista en la calle de Cuchilleros un escaparate lleno de toda clase de armas blancas prohibidas, cruzado en diagonal por dos monstruosas facas de un metro de largo cada una.

Entonces recordé al pacífico vendedor de esa mercancía en la estación de Albacete, donde al amparo de la ley, con permiso del gobernador, expende navajas, hechas de modo que solo pueden servir para el homicidio. Y al volver a la redacción, vi en cierto lujoso aparador de la calle de la Luna, otra enorme navaja lujosamente construida, pulimentada su hoja desnuda, que estaba diciendo: clavadme en el vientre de quien os estorbe, transeúntes.

Dicha herramienta mortífera, pues no puede servir en manera alguna para otro uso, allí estaba, y como las de Albacete y las de la calle de Cuchilleros, fraguada había sido dentro de las leyes vigentes que prohíben usar esas armas, pero que cobran la contribución por hacerlas y legalmente venderlas. EL palmario conflicto entre el bien público y la utilidad del fisco, se resuelve con perjuicio de la moral y la seguridad del individuo, condenado de hecho á peligro perpetuo con tal que al Erario no le falte el producto de la contribución sobre la factura y venta de armas entredichas, únicamente de derecho.

El arte de la esgrima de la navaja se vende también con toda legalidad en varias librerías, y seguramente ningún guardia ó policía estorbará á los que en plena calle se ejerciten en tal esgrima, si lo hacen supliendo las navajas con trozos de madera, por ejemplo.

Aquí del que dijo que era España el pueblo de los viceversas; porque si contribuciones y permisión de fabricar y vender, ¿para qué leyes penales y bandos gubernativos? Y ¿de qué servirán unas y otros mientras la misma legislación autorice á construir y expender lo que no puede servir más que para contravenirlos?

Aquí, ó estorba la fábrica y la tienda de facas, ó el legislador y sus vetos, siempre incumplidos por su propia culpa, ó al menos su complicidad utilitaria.

Que se diga de una vez que á los gobernantes no les importa que el pueblo se destrocé en riñas salvajes, sí las armas con que se mata le proporcionan rendimiento tributario, y que esos bandos de cliché se publican sólo á raíz de tristes desgracias, para aplacar un tanto a las buenas gentes, y sabremos a qué atenernos.

Resultará una horrible verdad á saber: que para el Estado valen menos la moral, la, vida, la sangre del pueblo y la tranquilidad de todos que el puñado de pesetas anualmente vendido (y serán muy pocas) por ésa industria
del asesinato; pero siempre vale más una verdad triste que cien mentirás alegres.

¿La libertad dé la industria y del comercio? Santa y buena respecto de productos útiles. En las boticas y droguerías no pueden vender venenos sin la firma de un doctor que garantice su empleo curativo ó científico. No sé si un ¡muera esto ó lo otro! que tanto se persigue, causará peores efectos que un navajo propiedad de cualquier Cataclismo; lo que sé es que la índole del arma generalizada influye mucho en la criminalidad de los pueblos.

Mortífera es una carabina, sí; mas no hay suizo que no tenga la suya, y donde pone el ojo ponga la bala; y sin embargo, en aquel pueblo tan armado apenas hay criminalidad. Haced allí usual por tradición la navaja, y pronto estarán llenas las penitenciarias. La proscripción de la espada en el traje del hombre disminuyó en un cincuenta por ciento los homicidios. Ningún barbero ha cometido crímenes con la navaja de afeitar, y ¡cuidado si es peligrosa! Los cometerá cuando no hay facas en venta. Bien; pero eso falta verlo aún.

Si invocáis la libertad de la industria, ¿por qué perseguir la ###? ¿Destruirá y desangrará más que el hierro homicida? Y si al Estado no incumbe cuidarse de la vida y la seguridad de todos, ¿para qué existe? ¿Sólo para cobrar los impuestos? Que sé tenga, si así es, el valor dé declararlo.

J. F.
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Juan J. Pérez
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Juan J. Pérez » Jue Nov 19, 2015 1:55 pm

Es curioso que un artículo tan mojigato se publicase en un periódico con título tan beligerante... lo que son las cosas.

Veo que algunas cosas no cambian: los suizos siguen armados hasta los dientes (donde dice "carabina" hoy se lee "fusil de asalto") y se matan poco, y los españoles "semos peligrosos" y no nos deberían dejar ni pelar patatas con un cuchillo de cocina... ni trabajar con llaves inglesas, destornilladores, practicar el golf, etc., todos ellos ejercicios en los que se utilizan peligrosas herramientas que pueden volverse fácilmente contra el vecino.

Este artículo es un cliché y un tópico en si mismo, aunque el autor, claro, no lo sabía.
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Manuel Valle
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Manuel Valle » Jue Nov 19, 2015 11:57 pm

"The earliest systematic revival of a historical fencing style may have been that associated with a group of Spanish fencers led by the art critic Gregorio Cruzada Villaamil. This revival effort began in Madrid during the late 1850s and is reported to have continued until Villaamil’s death in 1884...”
Tony Wolf. The revival of Elizabethan Fencing in Victorian London. Wheathon: Freelance Academy Press, 2012. p. 24-25
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Francisco_Madrid
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Vie Nov 20, 2015 8:22 am

Calle de la Esgrima en Madrid

Hubo en esta calle próxima a Tirso de Molina una escuela de esgrima que, anteriormente estuvo en una corrala de la vecina calle de la Espada (donde al parecer acudía a instruirse Lope de Vega). Se cuenta que algunos alumnos se entretenían retando y molestando a los transeúntes, por lo que el maestro de esgrima fue amonestado por las autoridades. Era esta una calle de mala nota, de casas con farolillos rojos, tascucias, tabucos y un cafetín nocturno donde se reunía lo mejor de cada casa.
Los más viejos del lugar me cuentan que la escuela estuvo situada en una vieja casa que hoy es un centro de ocio y que fue durante décadas un horno de pan

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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por JRamos-midelburgo » Vie Nov 20, 2015 8:55 am

Si en 1804 todavia se hacian manuales de destreza, y en 1856 ya se reahabilitaba, lo que nos podemos encontrar es que haya habido gente de una generacion que haya experimentado la destreza española y su intento de rehabilitacion.

viewtopic.php?f=1&t=12888&hilit=+esgrimidor#p111471

Seria interesante saber quien enseño a Cruzado Villaamil, porque igual no se rompio la linea sucesiva de maestros y alumnos hasta los años 30 o la Guerra Civil. Ricard Pous empezo en esgrima francesa y luego empezo a reconstruir a partir de manuales, siendo su primer libro de destreza de 1995.
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Francisco_Madrid
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Vie Nov 20, 2015 11:35 am

La calle de la Espada

La calle de la Espada tiene su origen en la plaza de Tirso de Molina y termina en la calle de la Esgrima.

En la casa conocida como la Casa del Inquisidor, un maestro de esgrima levantó su escuela y, a modo de reclamo publicitario, colgó una espada de una cadena junto a la puerta. No sólo eso, sino que afirmaba que la espada perteneció a un noble francés, que la llevó en varias batallas y casi le otorgaba poderes prodigiosos.

Durante años el maestro de esgrima enseñó a muchos tiradores de espada en este corralón -entre otros, don Félix Lope de Vega y su hermano-, hasta que el dueño de la casa, harto de no cobrar algunos pagos y deseoso de demoler la vivienda para reedificarla, echó al maestro de esgrima. Eso sí, como sabía del valor que tenía la espada (o del que su dueño le daba) se quedó con ella en compensación por las deudas. El propietario comenzó el derribo del corralón, pero por un litigio con los frailes del vecino convento de la Merced no pudo completar la obra y la espada quedó allí colgada mucho tiempo, dando nombre a la calle.

Pero, ¿dónde acabó la espada? Se dice que don Antonio de Silva y Toledo, duque de Alba, paseando de camino a su palacio -situado entorno a la actual calle del Duque de Alba-, observó la espada y se encaprichó de ella y de sus fantásticas historias. El dueño de la finca, que aún se encontraba en pleitos con los monjes, no dudó en aceptar la oferta del aristócrata, y desde entonces la espada pasó a formar parte de la colección particular del duque. ¿Habrá llegado a nuestros días?

Fuente: Rutas por Madrid
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Juan J. Pérez
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Juan J. Pérez » Vie Nov 20, 2015 12:35 pm

¡Voto a tal, que historias tan jugosas! Gracias a VVMM por participarlas...

Salvo capricho, no creo yo que el duque de Alba (por las fechas ya no el famoso de Flandes) se encaprichase por un hierro herrumbroso. Que en Madrid no llueve mucho, pero tras años de colgar de una pared...

Por cierto que el que ha encargado los azulejos de las calles ha estado muy acertado, tanto siendo fiel a la leyenda de la Espada, como en la postura de los esgrimistas, que aunque ya huelen a espadín, resulta bastante creíble.

Y por último, si la línea de maestros de la Destreza se interrumpió en fecha tan tardía como los años 1930, y seguramente a causa de la Guerra Civil, es algo absolutamente lamentable, y más triste de lo que pensábamos...

JJ
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Vie Nov 20, 2015 2:29 pm

Ciertamente, muchas de las cerámicas que indican las calles en el centro de Madrid son una maravilla, además de ser fieles al evento o personaje al que se refieren.

En el año 1992, el ayuntamiento de Madrid encarga mediante concurso al ceramista Alfredo Ruiz de Luna, la rotulación de los nombres de las calles del casco histórico de esta ciudad. Este artista ha diseñado y pintado cerca de 1.500 placas cerámicas para unas 400 calles, haciendo de esta señalización un arte.

Entiendo que aquí no se puede hacer publicidad, pero una empresa se dedica a la venta de tazas, imanes, posavasos y cerámicas en pequeño de todas estas placas. De la calle de la Esgrima existen estos objetos. Si alguien va a visitar Madrid, en cualquier tienda de recuerdos del centro los puede encontrar.

Francisco_Madrid
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Re: Asaltos en Madrid en 1856

Mensaje por Francisco_Madrid » Mar Nov 24, 2015 12:41 pm

INVESTIGACIONES

LA ESGRIMA COMO CIENCIA

La Libertad 17-3 -1934

Es lástima que se halle la esgrima tan en decadencia desde que la pistola sucedió a la espada y desde que las ofensas al honor se tienen por prejuicios anticuados. Los lances entre caballeros dieron fin cuando la cobardía se abroqueló en aquella frase de «mis ideas me lo impiden». Nadie se bate hoy sino en retirada. El desafío yace entre las páginas del Libro del duelo. Las «ideas» no impiden cometer toda clase de crímenes; pero vedan exponer el pecho del hombre al más leve rasguño. No es mucho que nadie acuda ya al campo del honor, cuando está el honor abandonado en medio del campo. La vida se aprecia ahora más que nunca, y necio será el que la expusiere por una simple bagatela. Más vale papel de oficio que venda de botiquín, y Juzgado que tajos y reveses. Los cobardes han triunfado en toda la línea. Y la verdad es que tienen razón, porque las contiendas no dirimían nada justamente, y el ofensor salía victorioso si era más certero. Ha quedado, pues, la esgrima reducida a la calidad de mero deporte. Sic transit...

¡Qué lejos aquellos años en que se discutía «la verdadera destreza fundada en ciencia», y el célebre comendador Jerónimo Sánchez de Carranza, natural de Sevilla, publicaba en 1582 su Filosofía de las armas. Todo se lo ha llevado el tiempo, con sus epítetos más nobles. -Ahora se llama diestro al que a la espada (en oficio de matarife) une el capote y la muleta y se le cita en la lidia de los toros; pero antaño diestro se llamaba antonomásticamente al que lo era en el manejo noble de las armas. Pero la «verdadera destreza» ¿se fundaba o funda realmente en la ciencia? No cabe duda, sí oímos al más insigne de los maestros de esgrima,. Luis Pacheco de Narváez. Que estaba loco es indisputable, como todo el que desvelada y
ahincadamente se entrega a sutilizar en una cosa. Empero no admite disputa que de aquella locura participó su siglo y los que le siguieron, con la mayoría de los maestros de esgrima que en el mundo han sido. Yo pregunté un día al barón Athos di San Malato si, efectivamente, la esgrima era ciencia, y me contestó acorde en todo con Pacheco de Narváez. Y aun presumo que seguía las máximas de sus libros con aquella espada de más de más de la marca que se ataba al brazo.

Gran polvareda levantó en todo el siglo XVII, siglo de buenos esgrimidores en España y Francia, la cuestión de la verdadera destreza. Quevedo y D. Luis Mendoza de Cardona, invencibles esgrimidores (hombres de robustas fuerzas y gran intrepidez), no creían en ella. Era Pacheco de Narváez fanfarrón, presuntuoso y avalentonado, y quiso demostrar a Quevedo la verdad de la teoría de sus libros sobre la esgrima «fundada en ciencia». Tuvieron un desafío y Quevedo le venció fácilmente, cubriéndole de ridículo. Pero no perdió la fama
Pacheco, maestro de armas de Felipe IV y de toda la nobleza, que desde 1624 ostentaba el título de «maestro mayor» de todo el reino, (y era examinador de los demás profesores de esgrima, a quienes extendía oficialmente la «carta de examen». Parece que el haberle vencido Quevedo obedeció a que éste y Mendoza de Cardona sabían ciertos secretos, cierto género de acometimiento de la escuela de Carranza, a que, por lo visto, no podía hacer frente «la verdadera destreza», la teoría científica. Hubo sátiras, libelos, rencillas y matracas
con este motivo. En la segunda parte, capítulo XIX, del Quijote, el licenciado Sansón Carrasco y el diestro Corchuelo discuten la cuestión de la verdadera destreza y pónense a esgrimir. Y escribe Cervantes: «Finalmente el licenciadlo le contó a estocadas todos los botones de una media sotanilla que traía vestida, haciéndole tiras los faldamentos como colas de pulpo; derribóle el sombrero dos veces, y cansole de manera, que de despecho, cólera y rabia asió la espada por la empuñadura y arrojóla por el aire.» Y en la Vida del Buscón, Quevedo se burla de Pacheco, introduciendo un loco, que habla de «una treta por el cuarto circulo por el compás mayor», de la «limpiadera contra la espada», de sus «espirales», «ángulos», «grados del perfil» y «movimiento remiso».

Pacheco, en su libro Modo nuevo para examinarse los maestros en la destreza de las armas (Madrid, 1625) dice: •El cuerpo del hombre, en el todo y sus partes, está compuesto de ángulos, los unos siempre formados y otros que puede formar... Angulo obtuso es este que formo ahora, subiendo el brazo y la espada hacia arriba...» En otro lugar enseña que el movimiento de la espada puede ser «violento natural, remiso, de reducción, extraño y accidental... Si estuviera la espada en una de los cuatro rectitudes, alta, baja, atrás o adelante, el prirner- movimiento ha do ser remiso... Si los cuerpos estuvieren perfilados, y correspondiendo los hombros derechos, sólo se podrá hacer movimiento mixto remiso...»

Pero la quinita esencia, a b c , ave fénix y alcaloide de este galimatías matemático, de esta parola científica, se ven completos, y hasta autorizados con el testimonio de Euclides, en otro libro del diestro: Grandezas de la espada (Madrid, 1600), donde se lee en el prólogo: «Trata (la destreza) de figuras geométricas, círculos, ángulos y líneas, y proyecciones de Eucílides, que son principios per se notos, y aunque estos principios aquí en este arte no se prueben, sino que se suponen por ya probados, no obsta para llamarse y ser sciencla, pues también la música y otras matemáticas reciben sus principios probados en sus sciencias anteriores a quien son subalternas, como lo es la música, la aritmética y la pintura a la perspectiva, la teología a la sciencla que tienen los bienaventurados..., y esta sclincia pertenece a la parte de filosofía que consiste en acción, porque la filosofía, o es especulativa, o consiste en acción, cuyo fin es obrar, y esta acción, o es interna del hombre, que pertenece al ánimo..., o es del hombre externa, que pertenece al gobierno de su cuerpo, como es la medicina para curarlo.

El autor no se para en barras para demostrar la «verdadera destreza fundada en ciencia», y a la autoridad de Euclides añade las de Aristóteles y Teodosio, filósofo y matemático. «Ángulo agudo (escribe) es menor que recto, y en el que se hacen las posturas bajas, de suerte que el brazo no está del todo unido al cuerpo, ni la mano y espada al muslo.»

Para Pacheco lo principal es el ángulo recto, porque «dadas dos líneas, la una mayor que la otra, sin aumentar en la menor cantidad alguna, se alcanzará más que con la mayor, sin disminuirle de su largura un punto». La demostración matemática va acompañada de un grabado. El esgrimidor ha de afirmarse siempre en ángulo recto, «eligiendo la punta de la
espada al pecho contrario, yéndola enderezando conforme a sus movimientos, porque afirmarse en este ángulo es como el viento Norte, que por ser el eje por el cual se mueve
la máquina celeste (!), se navega a todas partes como viento general».

Luego trae advertencias de gran curiosidad e interés. No hay que tener los pies desproporcionadamente abiertos y muy tendido el cuerpo. Los que afirman que así se alcanza más, no ven que les sucede lo contrario. «Los pies proporcionadamente juntos es la mejor postura, más firme y segura que todas las demás; y el cuerpo derecho lo propio, y está más descansado y más pronto para acudir con la presteza que se requiere a cualquier movimiento del contrario, así para dilatarlo como para formar reparo, desvío o herida... El brazo se ha de afirmar recto, sin forzarle a que esté uñas abajo o arriba... Y ninguna cosa se ha de hacer con violencia, ni tampoco doblar el brazo para dar la herida, que es lo que comúnmente hacen cuando tiran sus estocadas de puño, pareciéndoles que por doblar el brazo y con gran fuerza volverlo a extender han de alcanzar más, engañándose en ello, antes aquel
movimiento es superfluo, y que de él se podrá seguir daño; pues en aquel punto se encoge el brazo, acortan la espada todo aquello que el brazo se dobla, y la espada contraria en aquel punto, podrá llegar y ofender, como diremos en un lugar...

Pacheco fué toda su vida un esforzado paladín de la ciencia de la esgrima y vio elogiada su destreza por Lope de Vega, Vélez de Guevara, Herrera Maldonado, Suárez de Figueroa, Ruiz de Alarcón, etcétera. Tenía pujos de literato, y en este orden compuso una novela muy mala. Historia exemplar de las dos constantes muxeres españolas (Madrid, 1635). En su arte, además de las citadas, se le deben estas obras: Cien conclusiones o formas de saber la verdadera destreza fundada en sciencia (Madrid, 1608); Compendio de filosofía y destreza de las armas... (Madrid, 1612); Engaño y desengaño de los errores que se han querido introducir en la destreza de las armas (Madrid, 1635); Advertencias para la enseñanza de la filosofía y destreza de las armas, a pie como a caballo (Pamplona, 1642); etc. Quevedo le metió en la cárcel por injurias en un libelo que compuso contra él.

Ese apasionamiento por el noble arte de la esgrima ¡cómo suena hoy a cosa rancia, cursi y hueca ! Pero ¡qué bella y romántica ! i Qué inseparablemente unida a tiempos de grandeza y heroísmo !

Gardenio
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