Conclusiones El Batallador

[Carlos Negredo]

La Sala de Armas El Batallador es una sala de Esgrima Histórica asentada en España desde hace 10 años por un grupo de entusiastas, en una época donde apenas había movimiento mayoritario en esta actividad. Se levantó desde la nada con esfuerzo y dedicación, estudio y colaboración con otras salas nacionales. Así, poco después de comenzar las andadas la sala se unió al compendio nacional de salas de la Asociación Española de Esgrima Antigua, en aquella época con el nombre de Asociación Zaragozana de Esgrima Antigua (AZEA).

La AEEA, en su buen hacer, definió una serie de planteamientos técnicos, didácticos, y una serie de normas sobre uniformidad, seguridad y, más adelante, titulaciones.

Estas normas eran parte de la lista de obligaciones globales para todas las Salas AEEA. Se definieron también una serie de derechos que tenía la sala perteneciente, como academias de instructores, derecho a participación en encuentros cerrados AEEA, etc.

La Sala de Armas El Batallador comparte los planteamientos técnicos y didácticos de la AEEA sin entrar en lo particular, y consideramos los aspectos de seguridad ajustados a nuestras necesidades.

Sin embargo, a través de los años y la evolución de la Sala, hemos ido viendo como las obligaciones que la AEEA expone sobre la uniformidad y titulaciones no encajan con nuestra forma de entenderlas. Esto no quiere decir que no las respetemos, porque para nosotros, cada sala es una autoridad en cuestiones internas, y debería auto gestionarse si así lo desea. Pero esto no es posible dentro de un colectivo como la AEEA, donde la reglamentación de la sala queda supeditada.

Por supuesto, entendemos perfectamente que haya salas que busquen y quieran esto, aunque en nuestro caso, somos una sala con un recorrido individual y unas ideas más establecidas hacia una visión internacional y global, en vez de a un colectivo nacional concreto.

Nos gustaría exponer aquellos puntos que no concuerdan con nuestro planteamiento interno en la Sala de Armas El Batallador.

UNIFORMIDAD

En Zaragoza tenemos unas normas de uniformidad, pero son normas locales. La uniformidad en la AEEA, a nuestra forma de ver, no es correcta por diversos motivos. Esto no quiere decir que no funcione para los demás, sencillamente nuestra sala no encaja en estas normas de la AEEA. Vamos a exponer los diferentes puntos, pero nos gustaría que nadie se enojara por nuestra visión, sencillamente nos gustaría aclarar las razones por las que no coincidimos:

-Primero es el acercamiento a la esgrima deportiva, pues esa es la visión que genera de cara al exterior.

-Segundo es la escasez de protección que genera y por ello, la destrucción de esa misma uniformidad debido a la necesidad de colocar protecciones adicionales que empobrecen excesivamente la uniformidad, haciendo que cada uno lleve unas prendas distintas con distintos colores y formas.

-Tercero, toda la comunidad internacional (o la mayoría) tiende al negro como uniforme, sin imponerlo, es el curso natural y lo que va a definir y diferenciar a la Esgrima Histórica de todo lo demás.

-Cuarto es la limpieza. El blanco es muy sucio.

-Quinto, los gustos. En esta actividad que apenas acaba de nacer, tenemos la oportunidad, como no es el caso en otras actividades, de escoger la uniformidad que más se acerque a los gustos de los participantes.

Están enumerados por orden de importancia. Pero todos son importantes para nosotros.


RANGOS

Nosotros sí que tenemos rangos, pero tenemos los nuestros. En la sala no compartimos que un rango deba ganarse por examen puesto que, a nuestra forma de ver, la validez no se demuestra un día ante un juez, se demuestra a través de los años y el evaluador es el instructor que está ahí para que un día decida que ese alumno, por antigüedad y validez, reciba ese título, en caso de que el alumno acepte la responsabilidad que acarrea. Consideramos que un examen no es representativo de la calidad y validez de un alumno, sino que es demostrado a los demás instructores con la dedicación, implicación y evolución en la constancia. Es por eso que seguimos este otro camino.

Respetamos los rangos de la AEEA, pero no por el rango en sí, sino por su validez y sus capacidades. También respetamos las responsabilidades que acepta un alumno al ostentar el rango.

Así pues, para nosotros es el respeto lo que lleva al rango o título, y no el rango o título el que lleva al respeto.

Así mismo, la uniformidad base no es para nosotros indicador del rango o título, sino la uniformidad complementaria (brazalete en nuestro caso). La función es meramente el recordatorio a los alumnos de que disponen de un instructor cerca al que pueden recurrir. En la práctica es innecesario si la clase no es excesivamente grande, pues cada alumno ya sabe a quién puede recurrir buscando ayuda.


CONCLUSIÓN

A través de los años la Sala de Armas El Batallador se ha convertido en una sala con autoridad interna, gestionando sus propias normativas, a veces coincidiendo con otros colectivos nacionales, a veces coincidiendo más con la tendencia global respecto a la Esgrima Histórica. Consideramos que nuestro planteamiento y visión es más adecuado para nuestras necesidades, lo cual no quiere decir que lo sea para otras salas. Respetamos los planteamientos de otras salas respecto a estos temas, y nuestra relación con el compendio de salas nacionales ha sido, es y será siempre amistoso y participativo. Estamos ampliamente interesados en la colaboración con otras salas y asociaciones en todos los aspectos didácticos y técnicos.

Dicho esto, y por respeto a todos los miembros pertenecientes a la Asociación Española de Esgrima Antigua, consideramos que la Sala de Armas El Batallador no encaja lo suficiente con las exigencias normativas de la AEEA, por lo que a partir de ahora dejará de formar parte integrante de esta asociación nacional, manteniendo por nuestra parte una actitud colaborativa en todos los aspectos meramente esgrimísticos, y aunque esto pueda sonar desalentador, nuestra intención es estrechar cada día más los lazos con el resto de salas nacionales y poder compartir más encuentros juntos. Aunque esto pueda sonar como una ruptura, sin duda para nosotros significa poder desarrollar plenamente nuestras ideas de forma autónoma, y ese desarrollo llevará sin duda a una mejor conexión con el resto de salas.

[Alberto Bomprezzi]

Sin ánimo de generar debate alguno me veo obligado a intervenir ya que del mensaje se desprende la sensación de que la AEEA es una especie de organización opresora que obliga a sus salas a respetar ciertas normas absurdas a la fuerza por imposición, algo que para nada es así. En realidad nosotros no imponemos nada, proponemos una forma de entender la Práctica de la Esgrima con armas antiguas que se articula alrededor de tres ejes esenciales: uniformidad, grados – y sus exámenes – y método- práctico y teórico -.

Esos tres puntos constituyen el nexo de unión entre las salas, que en todos los demás aspectos – económicos, promoción, contactos nacionales e internacionales, actividades etc. son completamente independientes.
El que se interesa en la AEEA acepta libremente respetar esos tres puntos porque ellos son el eje que dota a la estructura de coherencia interna y fortalece a cada una de las salas por separado. No buscamos imponer nada, sino solo convencer a los que puedan tener interés a través de una propuesta que pueda permitir el desarrollo organizado y de calidad de la Esgrima Antigua como actividad. Siempre repito y lo seguiré haciendo que Sumar es mejor que Restar, y para sumar de forma real es necesario, tener una mínima cohesión, unos pilares sobre los que asentar el edificio. Uniformidad, grados y método son nuestros tres pilares, sin eso no seríamos nada.

Más allá de esos tres puntos la AEEA nunca ha impedido a nadie, ni a la sala de Zaragoza ni a ninguna otra a relacionarse libremente con otras salas, ya que ni tenía - ni tiene - forma de controlarlo, ni es ese su interés. En el mensaje da la impresión de que lo impedíamos obligando a una comunicación centralizada lo que no es cierto. Que la sala Batallador haya tenido o no tenido contacto con otras salas siempre fue una competencia exclusiva suya, la AEEA jamás se interpuso en nada ni tuvimos interés en ello, ni podíamos impedirlo en cualquier caso.

Y para esto no hay más que ver como la sala de Barcelona y muchos de sus miembros se relacionan con grupos españoles o extranjeros de forma directa sin que ninguna otra sala intervenga, como organizan un evento internacional se organizan para dar cursos en la universidad u organizan sus cursos de iniciación. En Madrid funcionamos de forma distinta, y lo mismo ocurre en las demás salas. Somos amigos y mantenemos el contacto pero no actuamos bajo las directrices de la AEEA. No existen. Cada sala tiene sus intereses, sus planteamientos, sus medios económicos, sus circunstancias y se adapta a ellos. Tenemos unos mínimos que se concretan en los tres puntos arriba mencionados, por el hecho, evidente, de que juntos podemos hacer más que por separado. Esa convicción nos ayuda a superar las diferencias que entre salas a veces pueden existir y a intentar construir entre todos algo mejor, de mayor calidad, mejor organizado, y más eficiente.

Pero esto no se impone, simplemente, porque no se puede imponer, no tenemos fuerza coercitiva para hacerlo. Se acepta libremente; el que cree en ese planteamiento, si quiere, es siempre bienvenido; si no lo comparte, lo aceptamos, no pretendemos obligar a nadie, ni en realidad podemos. Somos una organización completamente descentralizada. La Sala Batallador lo aceptaba libremente y libremente decide no seguir haciéndolo.

Intervengo solo para aclarar, dado que esto es un anuncio público, que nunca hemos ejercido fuerza coercitiva sobre la sala de Zaragoza ni sobre ninguna en aspecto alguno, lo único que se pedía en todo caso – y se pide a las salas AEEA - era el respeto a los tres puntos expuestos, no para fastidiar a nadie, sino por el bien común.

[Carlos Negredo]

Entiendo que el comunicado pueda haber sido malentendido. Nos gustaría acarar que lo que comenta Alberto es cierto, y si este comunicado desprende alguna idea diferente, entonces es un error nuestro de comunicación.

La AEEA dispone de sus pilares, que en realidad son los mismos que los nuestros, simplemente difieren en lo particular. Es decir, El Batallador no ignora estos puntos, simplemente los ejecuta de manera distinta. Pertenecer a la AEEA conlleva unos derechos y obligaciones igual que pertenecer a El Batallador conlleva otros derechos y obligaciones, es completamente normal.

La AEEA nunca, y digo nunca, ha impedido o reprimido la colaboración con otras salas "no AEEA" y de hecho mantiene contacto con regularidad con otras salas. Cualquier idea opuesta a esto que se pueda entender en el comunicado es simplemente error nuestro de comunicación.

Lo que si nos gustaría dejar claro es, la razón de este comunicado no es que El Batallador no siga estos pilares, es comunicar que en lo particular, estos pilares son diferentes en El Batallador, pero no queríamos irnos (que palabra tan fea, no nos vamos a ningún sitio y estamos aquí para seguir compartiendo con todos los miembros de la AEEA que así lo deseen) sin exponer nuestras razones, mejores o peores, pero nuestras, y por respeto a aquellos que pertenecen a la AEEA, abandonar unas directrices que no encajan con nuestras ideas.

Que nadie entienda mal, uniformidad, grados y método son también nuestros pilares, pero en lo particular, en los dos primeros, no coincidimos. Pero no consideramos que por ello vayamos a estar menos unidos a las demás salas, o tengamos que restar. Sumar es una cuestión de aceptar la diversidad de las salas, independientemente de su afiliación.