Pongamos nombres al tema:
Los videos pertenecen a la Sala de Armas de Elda, entidad fundada y dirigida por el maestro (de esgrima deportiva, se entiende) Jose Luis Gil, el cual, según un artículo de la web VivirDigital de Elda, "pretende devolver la práctica de este arte marcial patrio al lugar que le corresponde dentro del mundo de la esgrima, esto es, al ámbito de una federación deportiva" (ver
aquí).
Merece la pena mencionar que dicha sala forma parte de un proyecto, asociación, o lo que sea, llamado "el arte del duelo" (ver
aquí), junto con la sala de armas Castillo de Santa Bárbara de Alicante. Y es ahí donde ya cosa toma tintes completamente berlanguescos; como muestra, un botón (énfasis mío):
"Nuestro trabajo en las Salas es de esgrima real, tomando como base los tratados antiguos, la morfología de las armas, la filosofía del método y de los duelos, y todo ello sobre una base de trabajo técnico de esgrima, ya que nuestros técnicos especializados en Esgrima Antigua lo son además de Esgrima Deportivo, por lo que a la hora de crear dinámicas de trabajo individual, por parejas, simples y escalonados, obtenemos unos resultados reales y de esgrima efectiva, y siendo ésta una disciplina federada, cuenta con los respectivos seguros deportivos que la hacen una actividad totalmente segura para ofrecerla desde los 12 años en adelante, y en colegios desde 6 años."
Efectivamente, y como no cesan de repertirnos en la publicidad del sector, nada como un buen seguro para estar a salvo. Sólo tengo una duda: para que la protección del seguro sea efectiva, ¿es necesario colgarse la póliza en plan escapulario en el pecho (como los famosos "Detente, bala" de la Guerra Civil) o la protección se activa automáticamente al firmar la póliza? La protección, ¿es efectiva aunque no estés al corriente de las cuotas federativas o se desactiva por impago?
Pero lo que realmente me ha sublevado es ésto:
"El sistema de lucha aplicado al Duelo, se basa en un método matemático y geométrico denominado Verdadera Destreza sobre el llamado Círculo Español, en el que los duelistas se enfrentaban, parando, fintando, cruzando pasos como si de un baile se tratase llegando a denominar a éste método como la Danza de la Muerte."
¡¡¡"La Danza de la Muerte"!!! ¡¡¡Oooohhhh!!! ¡¡¡Que épico a la par que lírico y místico!!! Con esto te llevas a las chatis de calle, fijo ("No, nena, yo no hago esgrima: yo practico la Danza de la Muerte"). Sin embargo, lo del "Círculo Español" tiene menos potencial, quizás porque suene a nombre de casino de provincias.
Ahora en serio (por decir algo):
-Limitar la función de la esgrima del siglo XVII al duelo es un reduccionismo inadmisible en cualquier planteamiento con pretensiones de seriedad: en esa época (e incluso en buena parte del siglo siguiente) el uso de la espada en ámbitos puramente militares (batallas, vaya) y como arma de autodefensa todavía tiene un peso equivalente, si no superior, al uso en duelos de honor, cuestión ésta que transpira a las técnicas y tratados.
-No pocos de los autores que escribieron sobre la verdadera destreza renegaban precisamente de la figura del "duelista profesional" que pretenden mitificar estos dos grupos: para los teóricos de la destreza, católicos ellos a carta cabal, matar a un semejante sólo tenía dos justificaciones válidas: la defensa de la patria y la defensa de la vida y el honor propios (y a veces, ni eso, como por ejemplo ilustra Ettenhard a propósito del movimiento de conclusión). Desde este punto de vista, matar a alguien por encargo y a cambio de dinero era una absoluta aberración.
-La calificación de los duelos del siglo XVII como
"el mayor y más letal espectáculo desde los combates de gladiadores" es completamente incorrecta: muy al contrario, y aunque los retos y las consecuencias tuvieran una gran difusión social, el acto del duelo en sí solía llevarse a cabo de una manera harto discreta, principalmente porque los duelos eran ilegales y repudiados por la Iglesia (morir en un duelo podía implicar, por ejemplo, que el fallecido no fuera enterrado en suelo sagrado).
-Sí es cierto que en aquella época había un espectáculo esgrimístico, denominado palestra pública: con ocasión de festividades señaladas se acotaba un recinto donde maestros y esgrimidores desplegaban sus habilidades ante el público, a veces con forma de competición más o menos regulada, a veces simplemente como una sucesión de asaltos, pero nunca con la muerte del contrario como objetivo y, por ello, generalmente llevados a cabo con armas negras. Y no en pocos casos los profesionales de este tipo de actividades eran severamente criticados por los autores de la destreza verdadera como danzarines que desvirtúaban la realidad del combate con armas blancas en arras de la espectacularidad.
-Los "ricos y poderosos" del siglo XVII no "dirimían sus asuntos, bien por su propia mano, bien por espadas de alquiler en lugares apartados" sino por maniobras políticas y judiciales que a nosotros nos resultarían bastante familiares (salvo algún que otro caso excepcional). Los duelos de honor eran cosa de hidalgos y de, digámoslo así, la nobleza "media".
En resumen, que todo esto es un montaje apriorístico que parte de una imagen mitificada, deformada y anacrónica de un personaje que nunca existió (el duelista profesional tal y como es descrito) para presentar una actividad supuestamente divulgativa de la historia lo que en realidad no es otra cosa que la misma colección de tópicos románticos compartido por el gran público barnizados de un supuesto historicismo. Eso sí, a cara descubierta y avalados por una serie de entidades tan serias y rigurosas como la Federación de Esgrima de la Comunidad Valenciana, la Academia de Maestros de Armas de la Comunidad Valenciana o el Ayuntamiento de Alicante. ¡Ah! Y además, con seguro...
Y en realidad ese planteamiento no tendría nada de malo si empezasen diciendo "Esto es un espectáculo para entreter y de paso ilustrar algunos aspectos de la esgrima del siglo XVII", pero la puñetera manía de venderlo como "así es como de verdad se hacían las cosas" se lo carga todo.