DOBLE AGUILA escribió:¿Por qué presupones que tiene que ser el otro el que tenga que estar en planta de ángulo recto, si puede referirse a sí mismo cuando dice "hallarle afirmado (Nota: hallarle el diestro afirmado en ángulo recto al otro que tiene otra guardia)"?.
Yo lo entiendo como que es el diestro el que está afirmado en la planta dicha. Quizá es la manera de hablar en castellano antiguo, que puede resultar a veces poco clara y liosa y se preste a interpretaciones diversas.
Bien, quizás la culpa sea mía por no poner la cita completa y extensa, de manera que no quepan dichas interpretaciones diversas:
"Aviendose de dar principio al atajo (que es lo mismo que a impedir, y embaraçar las acciones e intentos del contrario) es necesario que aya la disposición conveniente, que es hallarle afirmado en razón de Angulo Recto (segun su difinicion) presentando la Espada, y ocupando con ella la Linea del Diametro superior; porque si falta, no avrà en que poder obrar; pero en suposición de que la ofrece con toda conveniencia, digo: Que se debe elegir Medio de proporción [...]"
Ettenhard y Abarca, Francisco de: Compendio de los fundamentos de la verdadera destreza y filosofía de las armas (Madrid, 1675)
Para que el texto fuera interpretable en el sentido de que es el agente el que tiene que estar en el ángulo recto, y no el paciente debería de haber concordancia en las personas gramaticales del "hallarle afirmado" y del "debe elegir", pues sabemos, sí o sí, que al iniciar el atajo el que elige el medio de proporción es el agente. Sin embargo, no existe dicha concordancia: el texto dice "se debe elegir", por lo que para que la frase referente al ángulo recto estubiera en concordancia con la referente al medio de proporción, debería decir "hallarse afirmado". No es el caso: el "le" de "hallarle" se refiere al contrario; el "se" del "se debe elegir" se refiere al agente y no siendo la misma persona gramatical, dificilmente serán la misma persona conceptual (salvo aduciento un grave error de redacción, que tendría que ser sustentado con más pruebas que el "podría ser, ¿no?") (*)
Hay otros argumentos menores como que el "hallarle en ángulo recto" es una "disposición" "ofrecida", lo que apunta a que se están describiendo los términos que el paciente ofrece al agente para el inicio de la accion; o que si el susodicho "afirmado en ángulo recto" se refiriese al agente y no al paciente, en la descripción de la ejecución de la treta faltaría precisamente la descripción de los términos contra los que el atajo puede ejecutarse.
En cualquier caso, en su razonamiento se intuye un gravísimo error de método, y otro algo menos grave de carácter técnico; Dicho razonamiento se puede resumir así: "Restringir la ejecución del atajo a que el contrario esté en el ángulo recto es un grave error; Ettenhard no puede haber cometido ese error, luego en el párrafo en cuestión no puede estar refiriendose a que el contrario debe de estar afirmado en el ángulo recto."
El error de método está en plantear como punto de partida algo que en realidad es una conclusión, lo que le hace enfrentarse a la fuente textual con una idea preconcebida de lo que debería de decir, y al no concordar el texto en una primera instancia con dicha idea (esto es, que el sentido más sencillo y lógico que se le puede dar al texto no concuerda con la idea preconcebida), propone una interpretación alternativa que sí concuerde con ella.
El error técnico es considerar un error gravísimo limitar la ejecución del atajo a que el contrario esté afirmado en ángulo recto. No es tan descabellado: más que de error grave, yo lo considero algo incompleto, nada más. Si prescindimos del atajo virtual y de los atajos inferiores (de los que Ettenhard, si no recuerdo mal, también prescinde) y no los consideramos atajos perfectos (en el sentido de completos en sus funciones de privación, sujeción y disposición) vemos que de las rectitudes en las que se puede afirmar el contrario, las atajables con atajo interior son sólo la de adelante, la de la derecha y la mixta de abajo a la izquierda; y aún más, de esas tres, las dos últimas son casos específicos de la primera. Vamos, que si se puede puntualizar que se pueden hacer atajos interiores en otras disposiciones distintas a la del paciente en ángulo recto, pero tampoco hay que rasgarse las vestiduras ante la afirmación de que el atajo interior requiere que el contrario esté afirmado en ángulo recto, pues dicha afirmación puede considerarse una simplificación cuasirazonable.
En cuanto a lo que mencionas de las guardias italianas, lo cierto es que muchas de ellas no se pueden atajar con atajo interior, y no por ello la destreza pierde su caracter "científico". Primero, porque hay otras acciones que pueden resultar adecuadas a los términos ofrecidos por el contrario: por ejemplo, una espada en ángulo obtuso no se puede atajar con atajo interior, pero permite, si está vertical o remisa al lado izquierdo, ejecutar linea en cruz; una espada en ángulo agudo se puede estrechar, etc. De hecho, el atajo no es universal precisamente por eso, porque no puede aplicarse en todos los casos. Y segundo, porque independientemente de la guardia adoptada y de la rectitud en la que se halle la espada, para causar herida la espada contrraria tendrá necesariamente que acercarse al ángulo recto y, por tanto, volver a quedar bajo la jurisdicción del atajo (que es el principio en el que se basa el atajo virtual).
Resumiendo: si bien Ettenhard establece que para poder ejecutar el atajo (y recordemos que no considera los atajos inferiores) es necesario que el contrario esté afirmado en el ángulo recto, ésto no representa un gravísimo error que pone en entredicho sus capacidades técnicas ni la misma validez de la verdadera destreza, sino que no pasa de ser una simplificación algo excesiva.
(*)Acabo de experimentar en mis propias carnes aquello de que cuanto más obvio parece algo, más dificil es de demostrarlo formalmente.