Muy buenas. Ya sé que este tema es de hace años, pero no puedo resistirme a meter baza. ¡Hasta me he dado de alta! Así que este es mi primer mensaje. Salud a todos y todas
¡Al lío!
Aunque muchas de las cosas que se han dicho aquí son ciertas, hay otras que merecen aclaraciones...
1) En efecto, el acero no es más que hierro con carbono, y la tecnología para conseguir eso tardó siglos en desarrollarse, concretamente en Hatti (el Imperio Hitita), no mucho antes de caer ante la embestida de los frigios y otros "Pueblos más o menos del mar", hacia 1200 a.C. Antes de esto, desde más de mil años antes, los objetos de hierro solían fabricarse prácticamente en frío con hierro meteórico, que no ofrecía calidad para elaborar herramientas ni armas funcionales, pero por su procedencia celeste era considerado (al menos en algunos sitios) como un metal sagrado. Entre unas cosas y otras, pues, el hierro meteórico se utilizaba principalmente para elaborar adornos y, como mucho, pequeños cuchillos a menudo de carácter ritual.
2) Una vez que se consiguieron construir avanzados hornos que permitían fundir el hierro, sin embargo, tampoco pudieron fabricarse armas ni herramientas funcionales, o al menos no más que el bronce, porque el hierro no acerado es más difícil de trabajar y mucho menos resistente que un buen bronce como los que, a estas alturas de la historia, ya se elaboraban por todas partes. Fueron los hititas, pues, quienes consiguieron insuflar carbono en el hierro para obtener acero, aunque no en cantidades suficientes para imponerse a la primera gran invasión de los Pueblos del Mar hacia 1200 a.C.: el imperio hitita desapareció y la tecnología del acero se extendió sin control y muy rápido, llegando incluso al norte de Cataluña, con la cultura de los Campos de Urnas, hacia el siglo IX a.C. Poco después del año 900 a.C., los asirios ya estaban en condiciones de equipar a la totalidad de su ejército (no solo a las unidades de élite, como hasta entonces) con armas de hierro. Hacia 700 a.C., fenicios, griegos, etruscos y otros lo utilizan con profusión y venden armas de hierro a los aristócratas de todo el Mediterráneo. Hacia 500, la mayoría de los pueblos de Europa y la cuenca Mediterránea están plenamente integrados en la "edad del hierro", lo que significa que las armas y herramientas de hierro de producción local son ya la norma, reservándose el bronce para trabajos de precisión (tipo joyería y afines) y, en algunos lugares en los que el bronce conservaba algún tipo de prestigio de tiempos pasados, para armas de sacrificio y demás parafernalia ritual.
3) Por otra parte, se ha dicho aquí que el hierro permitía elaborar armas más largas que el bronce, y eso es erróneo. De hecho, los primeros estoques documentados (por la forma de esgrimirlos, digo), en distintos lugares del Mediterráneo y la Europa Atlántica, son de bronce, y las espadas de bronce eran en general mucho más largas y más esbeltas que las posteriores de hierro, con la notable excepción de las grandes espadas del período final de los celtas centroeuropeos de La Tene. De hecho, las primeras espadas de hierro tienden en general a imitar las formas de las de bronce, y no debían de funcionar muy bien. Por eso, la solución universal en todo el Mediterráneo fue acortar las hojas y ensancharlas llegándose así a las conocidas espadas de frontón griegas y fenicias, las espadas de antenas de Hallstatt y el célebre gladius romano entre los modelos de hoja recta, y la machaira, la kopis o la falcata contestana entre los modelos de hoja curvada hacia adentro, también presentes por todo el Mediterráneo, especialmente entre los cuerpos de caballería.
4) Acabando ya, para entender la influencia en el combate de la superioridad del hierro frente al bronce, hay que tener en cuenta que, en la época de la que hablamos, las armas elaboradas se limitaban, prácticamente, a cuchillos, espadas y lanzas. Pues bien: la gran ventaja de una punta de lanza de hierro frente a una de bronce es que aquella se rompe, mella y dobla (por ejemplo contra el escudo del adversario) con mucha menos facilidad que esta. En cuanto a las espadas, es aún más simple: un golpe fuerte con una espada de hierro a otra de bronce dobla el arma, o incluso la desenmanga, dejando al enemigo desarmado. La última ventaja de un arma de hierro, cada vez más importante a medida que avanza el período y los ejércitos son más grandes y las batallas más largas, es su capacidad de aguante frente a ese tipo de desgaste en comparación con un arma de bronce.
Me lo he pasado pipa escribiendo esto. ¡Un saludo!